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2009-06-01 00:00:00

Viajes fílmicos alrededor de Julio Verne

Por Raúl Miranda López

¿Por qué hay que salir de viaje? Para el optimista Verne el paraíso sólo advendrá después de la travesía, y el Edén no se encuentra en otra parte mas que en el planeta mismo, no importa si se trata de los polos o de su centro, en la India septentrional, en el Amazonas o en una Isla Misteriosa. La salvación siempre se presenta en forma de isla, los náufragos son hombres justos. El fuego es el alma del mundo, el oxígeno constituye una verdadera figura de la gracia, el frío es la expresión misma del peligro. El agua no puede pertenecer a otro que no sea un personaje mitológico: el Capitán Nemo, quien navega siempre en su célebre submarino Nautilus. Los personajes de Verne (Lidenbrock, Axel, Aronnax, Paganel, Maucler, Smith) se mueven entre la frontera de la sabiduría y la aventura.

El francés Jules Verne (1828-1905) creó un género nuevo, la novela de ciencia-ficción (Cinco semanas en globo, 1862; Viaje al centro la Tierra, 1864; De la Tierra a la Luna, 1865; Los hijos del capitán Grant, 1868; Veinte mil leguas bajo el mar, 1870; La vuelta al mundo en 80 días, 1873). Narrador profeta, sensible al mundo por venir (porvenir). Creador de la anticipación científica. Escritor de vida libre y viajera. No todos han leído a Jules Verne y por lo tanto no han experimentado las posibilidades de soñar en sorprendentes viajes. La fenomenología del desplazamiento creada por Jules Verne atrajo rápidamente a los creadores audiovisuales. Ya en 1901 Ferdinand Zecca dirige la primera película basada en una obra de Jules Verne: Les Enfants du Capitaine Grant, cuya duración consistía en 50 metros. El prestigioso escritor cuya prosa inventiva aparecía cada mes en el Magasin d´Éducation et de Récréation, bien pudo enterarse de los siguientes cortometrajes inspirados en sus obras: Le voyage dans la Lune, (George Mélies, 1902), de una audacia en la duración para la época, 16 minutos; Voyage of the Arctic, 1903; Un Drame dans les Airs, 1904; Le Voyage a Travers L'Impossible, 1904.

Raymond Roussel lo consideraba el mayor genio literario de todos los tiempos, y afirmaba que era “monstruoso hacer que lo lean los niños.” Desde su publicación, los maravillosos relatos vernianos ya eran acompañados por el trabajo de minuciosos ilustradores y grabadores. Era inevitable que el cinematógrafo cayera en la tentación de recrear los paisajes submarinos que decoran Veinte mil leguas... Imposible no filmar desde los aires y tomar como buen pretexto Cinco semanas en globo. Muchos sucumbieron a la magia escrita de Verne (los artistas plásticos Henri Rousseau, Max Ernst; los poetas Lautréamont y Michaux). Se piensa que Nietzsche influyó en Verne, pero también se cree que fue a la inversa: la idea filosófica del “eterno retorno”, ir y regresar, siempre se vuelve, como en La vuelta al mundo en 80 días.

La inmensidad de los designios de Monsieur Verne, formador del amor a los mapas y a las láminas cartográficas; la geografía toda, la geología, la náutica, la aeronáutica y la astronáutica, derivarán en un universo imaginado, en viajes por los mundos conocidos y desconocidos, en descifrar los códigos del relato literario de viajes extraordinarios para descubrir el pensamiento perspicaz del hombre hacia la naturaleza: “La luz de los aparatos, repercutida por las pequeñas facetas de la masa rocosa, cruzaba sus chorros de fuego en todos los ángulos, y yo me figuraba estar viajando a través de un diamante hueco en el cual los rayos se quebraban en mil deslumbramientos.”

No siempre el cine obtuvo el nivel de expresión de Verne, y para que el espectador no fuera arrullado por el diablillo de las cuatro de la tarde: el tedio, en la producción de la Fox de 1959, Journey to the Center of the Earth, Henry Levin, el realizador permitía que Pat Boone, el canta-actor juvenil acompañara al profesor Lidenbrook (James Mason) en su descenso por el cráter volcánico. El director Alfredo B. Crevenna localiza la entrada al centro de la Tierra en las Grutas de Cacahuamilpa, y hace lo propio, haciendo acompañar al prof. Díaz (José Elías Moreno) con el prodigioso cantante bolerista Javier Solís.

Existen cerca de cien filmes basados en diferentes obras de Verne. Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña son los países con mayor producción. México también cuenta con cuatro versiones: Miguel Strogoff (El correo del Zar), de Miguel M. Delgado, 1943: Ochocientas mil leguas por el Amazonas (La Jangada), dirigida por Emilio Gómez Muriel en 1959; Aventura al centro de la Tierra, 1964, del mencionado Alfredo B. Crevenna; Viaje fantástico en globo, 1976, de René Cardona, Jr., donde el intrépido Hugo Stiglitz llevaba el papel del profesor Fergusson.

Desde Verne, todos sabemos que ascender y descender son metáforas de la vida, y de la civilización.