Cinecrítica: La Teta Asustada
Por Déborah
Farjí Núñez
“El alma se le escondió por miedo en la tierra. Ahí, nacen las plantas que dicen la verdad”.
Teniendo como fondo el mundo rural que da forma a ciudades perdidas en las periferias de Lima, Perú, Fausta (Magaly Solier) enfrenta la muerte de su madre y perpetua su presencia al buscar darle un entierro digno. A Fausta el alma se le escondió, por miedo, en la tierra. Ella fue testigo, desde el vientre, de la violación que sufrió su madre, en tiempos de vandalismo y terror que vivió el país andino durante las últimas dos décadas del siglo XX. Así, vive casi sonámbula, evitando el contacto con los hombres, a quienes siente culpables de su dolor y potencialmente capaces de ponerla en riesgo.
La Teta Asustada (Perú-España, 2009) parte de una narrativa sencilla que presenta, sin embargo, dos perspectivas. Por un lado, vemos una obra que retrata delicadamente el crecimiento de cada uno de los personajes a través de la trama. Sobresale la actuación pausada, sobria y sosegada, en la que los silencios llenan lo que sus palabras no dicen. Un montaje en el que el timing y los escenarios nos transportan a un terreno tan local que por momentos parece un documental. Por el otro, una anécdota en la que se muestran la historia oral y las supersticiones de un pueblo.
En contraste con el uso mesurado de la música incidental, figura el estruendo de las convenciones y las aspiraciones sociales, que la directora Claudia Llosa (también realizadora de Madeinusa, 2006) recrea en una serie de bodas —un tanto sui géneris— que sirven de marco para el desarrollo de esta historia. De este modo, el dolor de Fausta, se diluye en medio del derroche y la constante de tirar la casa por la ventana para los eventos sociales. Ella sólo se hace presente a través de un llanto ahogado y su canto quechua que expresa lo que su interior tanto teme.
El drama, mezclado con el folklore rural peruano, despliega de manera singular tintes de humor en el que incluso sobresalen figuras del entretenimiento mexicano. De igual manera, su música, bailes, proverbios y costumbres asemejan a los pueblos indígenas de Latinoamérica, a los que bien merece la pena voltear la mirada y es que La Teta Asustada encuentra, dentro de ellos mismos, la fuerza y determinación que Fausta necesita para salvarse.
La Teta Asustada ha ganado muchos reconocimientos internacionales importantes, como el Oso de oro del Festival de Berlín y el Gran Coral a la mejor dirección en el Festival de La Habana. Este año, se encuentra entre las nominadas al Oscar en la categoría de mejor película en lengua no inglesa.
La Teta Asustada (Perú-España, 2009)
Dirección y guión: Claudia Llosa. Duración: 94 min. Género: Drama. Interpretación: Magaly Solier (Fausta), Susi Sánchez (Aída), Marino Ballón (tío Lúcido), Efraín Solís (Noé), Bárbara Lazón (Perpetua), María del Pilar Guerrero (Máxima), Delci Heredia (Carmela), Karla Heredia (Severina), Fernando Caycho (Melvin), Edward Llungo (Marcos). Producción: Antonio Chavarrías, José María Morales y Claudia Llosa. Música: Selma Mutal. Fotografía: Natasha Braier. Montaje: Frank Gutiérrez. Dirección artística: Patricia Bueno y Susana Torres. Vestuario: Ana Villanueva.
¿Dónde la puedes ver?
Lumiere
Reforma
Rio Guadalquivir No. 104, Col. Cuauhtémoc
México D.F.
(A una cuadra del Ángel de la Independencia)
Teléfono(s): 55 14 00 00
http://www.cinemaslumiere.com/
