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2010-03-18 00:00:00

Elogia Agnès Varda trabajo de Reygadas

*La Cineteca Nacional mostrará del 23 al 28 de marzo, una retrospectiva de su filmografía.

Por Leticia Carrillo

Guadalajara, Jal.- “Hace treinta años vine a Guadalajara y nadie sabía quién era, ahora que regresé ya hay personas que me conocen” dijo, bromista, la cineasta belga Agnès Varda al recibir el Mayahuel de Oro dentro del homenaje que le brindó el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

De manera previa al evento efectuado en el Teatro Diana, la considerada ‘dama de la Nouvelle Vague’ del cine francés, expresó en rueda de prensa: “me encanta sentir que un autor está detrás de la cámara”. Y detalló que un ejemplo reciente de esto lo experimentó al ver la película ‘Japón’ de Carlos Reygadas en el Festival de Cannes: “fue una gran sorpresa, todos dijimos: ¿quién es este tipo que hace estas cosas?”.

“Luego volvió con ‘Batalla en el cielo’, en ese entonces yo formaba parte del Jurado del festival y casi todos estábamos escandalizados con la película; a mi me pareció así, escandalosa, pero también muy interesante por todo lo que planteaba: a lo que yo llamo cine-escritura (los elementos del lenguaje cinematográfico); el tema de la lucha de clases, la religión; y porque muestra a un México contemporáneo y contrastante”, agregó la ganadora del León de Oro del festival de Venecia.

Varda señaló que también disfruta de la obra de Arturo Ripstein, aunque destacó las diferencias estilísticas y temáticas que hay entre el director de ‘Carnaval de Sodoma’ y el de ‘Luz silenciosa’. Asimismo, calificó de “muy interesante” a ‘Amores perros’, de Alejandro González Inárritu y consideró que “en México hay muchos autores” pero aceptó que no conocía a todos, lo que no le impidió externar: “me encantan, los quiero, los amo porque tratan de tener un lenguaje propio”.

La directora de ‘Cleo de 5 a 7’ comentó que, aprovechando su paso por el país, tomará fotografías y filmará –como ya lo hizo en Tonalá, Jalisco- en distintos puntos de la Ciudad de México relacionados con el arte contemporáneo “e ingenuo” como llamó al trabajo de los artesanos. Las imágenes que capture formarán parte de una serie televisiva que se transmitirá en Francia bajo el título de ‘Agnès Varda: aquí, allá y acullá’, que será una especie de “notas de viaje” en la que se mostrará a la gente con la que convive en los distintos países que visita.

Interrogada sobre su parecer acerca de la preocupación existente entre ciertos cineastas franceses sobre el viraje comercial que está tomando la producción de su país, en el que las televisoras financian buena partes de los filmes, la realizadora comentó: “Si no tengo dinero de ellas no puedo rodar, estamos obligados a hacer tonterías por la televisión. Es terrible porque las decisiones se toman por gente que tiene prejuicios y piensan que al público le gustan las historias convencionales. Los programadores de las televisoras son muy irresponsables, desprecian a su público, los espectadores tienen ganas de reírse, jugar un poco, ver series televisivas americanas pero también quiere ver otro tipo de cosas”.

Y respecto a los espacios que ha conquistado el sexo femenino en el ámbito cinematográfico con el transcurrir del tiempo, la autonombrada única mujer de la Nouvelle Vague apuntó: “lo que nos salvó fue que algunas mujeres lograron hacer cine con mucho dinero y que resultó exitoso; solamente de esa forma conseguimos el respeto y la confianza de los productores y distribuidores. Creo que Francia no hay discriminación en la profesión de cineasta específicamente sino es una situación generalizada en toda la sociedad. Este tipo de problema siguen ocurriendo pero prueba del avance de las mujeres es el Oscar obtenido por Kathryn Bigelow”.

En este sentido, la autora de ‘Sin techo ni ley’ consideró que a lo largo de su existencia se ha enfrentado muchas veces a situaciones que han marcado un antes y un después en su vida: “la primera fue cuando tenía 19 años, me fugué de mi casa y desaparecí durante tres meses, gracias a eso me di cuenta que podía ser capaz de hacer lo que yo quisiera y ya no tendría miedo”. O para mi primera película, me dije: “voy a ser cineasta”.

“Otra cosa que cambió mi vida fue mi encuentro con (el cineasta que a la postre sería su esposo) Jacques Demy; también el viaje que hice a China en 1957 me impresionó, en ese entonces, ese país todavía no era reconocido por la ONU, o sea que mi pequeña mirada atravesó la historia. California (Estados Unidos) me cambió la vida porque fue un choque cultural muy grande para mí. Tener hijos también cambia la vida”, manifestó la autora de ‘Jacquot de Nantes’.

Y de manera más amplia, consideró que la lucha de la mujer a favor de decidir sobre su cuerpo y tener hijos o no “se ha vuelto algo común y no se le da la importancia que tiene pero es un triunfo total como la invención de la imprenta por Gutenberg”, finalizó Agnès Varda.

EN LA IMAGEN: Agnès Varda.