Cinecrítica: Hidalgo, desmitificar a un prócer
Por Perla Schwartz
A la gran mayoría de los hacedores de la Guerra de la Independencia en México se les suele conocer en modo mínimo, y más por sus proezas que por su lado humano o cotidiano, pasa el tiempo, e inevitablemente todo se desdibuja.
Por ello hay que agradecer al realizador Antonio Serrano (“Sexo, pudor y lágrimas”) y al guionista Leo Eduardo Mendoza el ponerse a investigar en torno a Miguel Hidalgo y presentarlo en un filme, de una manera desmitificadora, es así que el resultado es “Hidalgo: la historia jamás contada”, una película correcta a la que se le agradece el tono lúdico que maneja.
Rodada en Michoacán, San Luis Potosí y el Distrito Federal lo que más destaca son sus imponentes locaciones, y en esto sobresale en relación a “El atentado” de Jorge Fons y “Chicogrande” de Felipe Cazals, subyuga a la vista ver los escenarios en donde transcurre la historia, y ello se debe al gran oficio de Brigitte Broch, en quien recae por fortuna el diseño de producción, mismo que se encuentra cuidado hasta su último detalle.
Serrano dirige con corrección este biopic que se centra en un largo falsh back de Hidalgo, quien se encuentra en su celda del Hospital Militar de Chihuahua, poco antes de ser fusilado en 1811. Demián Bichir como el prócer de la patria hace un recuento de los momentos estelares de su vida, cuando de modo fugaz tomó plena conciencia de que era la felicidad, de su pasión por las mujeres, su apego a la parranda y a una vida alegre, tiempos en que fungió como párroco en San Felipe Torres Mochas. Tiempos, en que tradujo “Tartufo, el impostor” de Moliére, siendo fiel a su ideario libertario, definitivamente son los momentos dedicados a la puesta en escena de esta obra, los mejores de la película, donde Antonio Serrano, a su vez director teatral, muestra su profundo amor por el hecho escénico, ese ritual efímero, a decir de la desaparecida Esther Seligson.
Un tono lúdico y antisolemne preside “Hidalgo la historia no contada”, se agradece que en ningún momento se caiga en lo didáctico o el panfleto gratuito.
Antonio Serrano dirige con mano firme a sus actores, les logra sacar su mejor casta, así tenemos a Ana de la Reguera desplegando sensualidad como Josefa Quintana, la amada de Hidalgo; a Juan Carlos Colombo en una breve pero efectiva intervención como titular de la Inquisición o a Marco Treviño como un obispo enojado.
Mención aparte merece Cecilia Suárez como una estupenda Amandita o Carolina Politi representando a una beata criticona. Probablemente no sea un reparto multi estelar pero si sostiene el desarrollo del filme.
La historia de Mendoza desmitifica a un prócer y nos los acerca más allá de lo que conocemos en una estampa escolar: la narración fluye con buen ritmo y también está presente el Miguel Hidalgo que se preocupó por cambiar los derroteros de un país subyugado hacia la emancipación.
Hidalgo: la historia jamás contada
México, España 2010. Dirección: Antonio Serrano. Guión: Leo Eduardo Mendoza. Fotografía: Emiliano Villanueva. Música: Herminio Gutiérrez. Intérpretes: Demián Bichir, Ana de la Reguera, Juan Carlos Colombo, Carolina Politi. Duración: 115 minutos.
