“Cefalópodo es un ritual de sanación”: Rubén Imaz
Por Leticia Carrillo
El director Rubén Imaz (‘Familia tortuga’), quien este viernes 24 estrenó en 5 salas de la Ciudad de México su segundo largometraje ‘Cefalópodo’, aseguró que su realización “para mi fue un ritual y el personaje de “Sebastián” (Unax Ugalde) también entra en el proceso, de tratar de acercarse a sus propias respuestas sobre la pérdida y el duelo con el fin de encontrarle de nueva cuenta, sentido a la vida”.
El cineasta dijo que confía en que la respuesta que los espectadores le van a dar a este trabajo ganador del Mayahuel de Plata a Mejor Actor y Mejor Ópera Prima en Guadalajara, será positiva: “yo soy muy creyente del público, creo que el único problema es que estamos desfasados de tiempo, de información y de espacios donde conjugarnos y convivir pero una vez que estás dentro de la sala de cine ‘Cefalópodo’ te puede sacudir individualmente, la película es muy dócil, honesta, cercana, no está sobreintelectualizada, creo que es clara y directa en lo que propone”.
Imaz recordó que el guión de el filme surgió a partir de la necesidad de expresar las emociones que experimentó tras la muerte de un ser querido: “me empecé a perder en un sinfín de preguntas y respuestas, a no comprender por qué tienen que suceder las cosas así y uno tiene que volver a lavarse los dientes y salir a la calle al día siguiente”.
Y continuó: “busqué en el cine una ayuda para mi mismo, para aceptar la terrible situación en la que me encontraba; la película propone hablar de la muerte para poder valorar, descubrir, gozar, disfrutar, encontrar la vida. A mi me funcionó en ese sentido, la gente que la ha visto en Guadalajara, Nueva York o la Ciudad de México reacciona por ese mismo camino”.
Sobre la utilización en la cinta de un animal perteneciente a la familia de los cefalópodos, Rubén Imaz explicó: “etimológicamente esta palabra significa cabeza con patas y estos se me hace muy parecido a lo que somos los humanos, y a nosotros nos funciona reflejarnos en un vaso con agua, en el cosmos, en un Dios, en el inframundo o en estos animales. También el hecho de que sean hasta cierto punto desconocidos, nos puede hablar que las que cosas que no tenemos conscientes o claras, al descubrirlas nos pueden ayudar a vernos a nosotros mismos”.
Rubén Imaz también habló de la relación que sostiene con el grupo Axolote Cine, que cuenta entre sus miembros a la experimentada directora María Novaro (‘Las buenas hierbas’) y a Matías Meyer (‘Wadley’): “no es que nos estemos poniendo de acuerdo para hacer un mismo tipo de películas, en lo que sí coincidimos es en el cansancio por ver la absurda masificación del cine, porque esto ha simplificado las cosas y ha hecho que los mitos se conviertan en mentiras que uno no puede cuestionar, simplemente aceptar. Lo que hacemos parte de una necesidad de explorar nuevas posibilidades en donde la clave es la humanización”.
Finalmente, el realizador contó que se encuentra escribiendo dos proyectos “muy diferentes entre sí pero que buscan darle dignidad a la condición humana” y que se rodarán en el volcán Popocaltépetl y en el Estado de Campeche, respectivamente.
