Cannes 2017: «La Familia», la melancolía habita en Caracas
Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes (en exclusiva)
Además de la competencia oficial, el Festival de Cannes ofrece una abundante y atractiva programación en sus otras seccione, a las que vale la pena asomarse si el tiempo lo permite. Dentro de la Semana Internacional de la Critica, se proyectó el largometraje venezolano «La Familia» de Gustavo Rondón Córdova.
Pedro, un niño de 12 años como hay tantos en los suburbios de Caracas, va y viene con sus amigos en las calles. A pesar de su edad, la violencia está presente por todas partes y en los juegos de los jóvenes. Un niño todavía más pequeño que ellos (diez años a lo máximo) surge y los amenazas con una pistola tratando de robarles sus teléfonos móvil. Se confrontan con él y la pelea concluye trágicamente pues Pedro le pega fuerte con una botella y el niño cae herido, quien morirá al día siguiente. Entre tanto, Andrés, padre de Pedro, regresa de su trabajo y se entera de lo que pasó. Andrés comprende que la gente del barrio del niño herido vendrá a buscar a Pedro para matarlo, por lo que obliga a su hijo a huir con él para protegerlo.
Es en esta escapada, padre e hijo van a chocar constantemente pero, al mismo tiempo, podrán descubrirse íntimamente. Este proceso les tomará tiempo pero al final padre e hijo son una familia, a pesar de la soledad del niño (la madre murió o se fue, y sólo le queda una foto de recuerdo) y a pesar de la ausencia del padre que trabaja muy duro y muchas veces hace dos tareas, una de día (dando mantenimiento a casas) y otra de noche (mesero en eventos privados). Lo determinante en esta huida es que Pedro se va a dar cuenta que Andrés, su padre, cuida de él en serio, además de valorar lo difícil que es la vida de un hombre honesto.
Todo esto se describe con claridad en los detalles de la historia y en el ritmo que Gustavo Rondón confiere a la película. Es muy realista el estilo de filmación desarrollado, y encontremos aquí algo similar a las películas de Carlos Diegues, Nelson Pereira Dos Santos, Joaquim Pedro de Andrade o Walter Lima Júnior.
« La Familia » funciona por este realismo y, de cierto modo, por la nostalgia que evoca en ciertas escenas a través de las miradas del padre hacia su hijo cuando se da cuenta de la distancia enorme que la vida puso entre ellos dos. Melancolía y tristeza también cuando, después de una noche de trabajo como meseros (tanto el padre como el hijo) reciben una bicoca como pago y tienen que volverse andando hacia su barrio. Es como si esta caminata (y los eventos precedentes, cuando Andrés trata de robar unas botellas de alcohol a una familia de ricos que festejan).
El personaje de Pedro es interpretado con veracidad y mucha energía por el joven Reggie Reyes y el de Andrés, el padre , por el actor Giovanny Garcia. Por su experiencia, Giovanny ayuda mucho a Pedro, como lo precisó Gustavo Rondon en la conferencia de prensa: «La película se filmó en orden cronológico y no di todo el guión, en especial a Pedro para que no anticipe a su personaje y guarde su espontaneidad. Giovanny estuvo siempre muy atento a Reggie, comprendiendo rápido lo que gustaba al niño y lo que les disgustaba. De cierto modo, encontró los útiles para que salga mejor su trabajo. Yo trataba de desarrollar una verdadera complicidad con Reggie así como con los otros miembros del equipo de rodaje, lo que fue fácil pues eramos un grupo pequeñ. Eso ayudó a Reggie a vivir en el grupo, pues no tenía ninguna experiencia en rodajes. Yo quería que mi ciudad, Caracas, fuera el personaje principal de esta historia.»
Hablando del papel de Caracas, Rondón señaló: «Respeté mucho a la ciudad y de cierto modo inyecté mucha verdad en la imagen, de tal modo que alguna belleza pueda hallarse en esta triste realidad. Nunca quise hacer una denuncia, lo importante para mí era concentrarme en los personajes de Pedro y Andrés. El tercer personaje, como dije, es la propia ciudad de Caracas».
La narración expone claramente la sutileza del análisis de Rondón en términos sociales, pues deja ver la realidad en pocos diálogos pero con mucha certeza.
En Cannes, ciertos críticos, hablando de ciertas películas de la competencia, las calificaban como «cine viejo». Lo dijeron por ejemplo de «Rodin» de Jacques Doillon. Yo no sé lo que es un cine viejo, pero sé que son los meses y los años los que dan cierto valor a una película y permiten que uno la guarde en su memoria (o no) . Así pasan las cosas con los buenos vinos. Estoy casi seguro que en el futuro no se olvidará a «La Familia» de Gustavo Rondón Córdova.
La Familia de Gustavo Rondón Córdova
Venezuela, 2017,
Semana Internacional de la Critica
