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2018-09-19 00:00:00

«Decir que la mujer es aguerrida no quiere decir que no haya violencia contra ella»: Martín Boulocq

Por Ingrid Pohlenz

Eugenia, una mujer joven de clase media que vive en una pequeña ciudad de Bolivia, decide separarse de su esposo, cambiar de vida y estudiar lo que le gusta. Se muda a la ciudad donde vive su padre con otra familia, consigue un trabajo temporal como maquillista y acepta el papel de una guerrillera espía en una película amateur. Lo que parece un juego de niños, provoca en ella una crisis que la lleva a cuestionar su pasado, presente y futuro. Esta es la trama de "Eugenia", la más reciente película del director boliviano Martín Boulocq, quien se hizo acreedor del premio a mejor a guion en el Festival de Cine de Guadalajara y que se estrena en los cines mexicanos este 21 de septiembre.

Nacido en Bolivia, un país de escasa producción cinematográfica, Boulocq estrenó a sus 25 años su primera película “Lo más bonito y mis mejores años” (2005), proyectada en San Sebastián, Locarno y otros festivales recibiendo premios y aclamada por la crítica boliviana entre las 12 películas fundamentales de la historia de Bolivia. “Los viejos” (2011) fue su segunda película que también tuvo un recorrido existoso por festivales. Ahorta, en “Eugenia”, el cineasta se adentra en los roles del hombre y la mujer y la manera en que están cambiando poco a poco en la sociedad, lo que para él resulta natural que éstos se resignifiquen en la ficción. Boulocq es consciente de eso, y es consciente de que la realidad y los rasgos de las problemáticas que comparten las mujeres a lo largo de Latinoamérica son semejantes, de acuerdo a lo que comentó para CorreCámara en la siguiente conversación..

“Yo me animaría a decir que, históricamente, la mujer boliviana ha sido siempre aguerrida; los personajes femeninos (de “Eugenia”) están muy inspirados en las mujeres que me han rodeado, que me han criado: mi abuela, mi madre; pero al mismo tiempo quizás se ha invisibilizado un poco ese lado aguerrido de la mujer y estoy convencido de que esa parte aguerrida que tiene es básicamente una resistencia a un poder patriarcal que está presente históricamente, por supuesto.” Nos relata él, “A mí me interesaba problematizar y evidenciar un poco eso, pero sin caer en el victimismo; plantearlo más bien como un problema que está ahí: decir que la mujer es aguerrida no quiere decir que no haya violencia contra ella, sino justamente que está respondiendo con una forma de resistencia, de rebelarse ante un poder muy violento.”

Y justamente es un acto de violencia, una ruptura articulada a partir de un plano secuencia elegante que detona la búsqueda de la protagonista, que la enfrenta con una lejana lontananza del camino que tiene que recorrer. Eugenia fue interpretada por Andrea Camponovo, que además fue productora de la cinta.

“Yo diría que la película es de los dos,” explica Martín, “Andrea es mi esposa y la construcción del personaje y de la cinta van de la mano; una vez que yo tenía las ideas de lo que quería hacer, conversábamos al respecto; como ella está muy cerca de mí, Andrea aportó y confrontó muchas cosas; creo que el resultado fue que se fueron ampliando algunos aspectos que yo tenía de cómo debía de ser la película, enriqueciéndola.”

Después nos describe cómo, a la par de Andrea y de las necesidades de la cinta misma, él fue encontrándose y desarrollando a su protagonista a partir justamente del cómo interactúa su protagonista con su entorno y qué papel desempeña en el mismo:

“La película explora los roles que la mujer, o ciertas mujeres de cierta clase en Bolivia, tienen dentro de la sociedad; de pronto me encuentro con una serie de preguntas y exploraciones alrededor de la feminidad y de la masculinidad también.”

El sonido es nítido y cercano, los espacios son acogedores y responden a un entorno personal, la cinta es en blanco y negro, esto acentúa su estilo intimista que juega con los silencios y los espacios en busca de una naturalidad semejante a la de un documental.

“Es una película que me ha tomado prácticamente tres años” recuerda Boulocq, “me gusta mucho tener un primer acercamiento, la estructura de un guión, para después integrar después de filmar un poco la manera del documental; me interesaba mucho que se sienta la ciudad, que se sienta el entorno real, lo urbano de Cochabamba y de Tarija, que son los lugares en los que filmamos. El rodaje ha sido de más de un año, con intermitencias, con espacios para detenerme a pensar, para jugar y reescribir.”

Y sí, hay un guiño en la vulnerabilidad y en las dinámicas que tienen los personajes que evoca a un documental, pero la cinta es más íntima que un retrato, que un documento; ésta responde más a la sensación de un recuerdo, a la narrativa de una perspectiva personal que simplemente se desenvuelve.

“Me gusta mucho del cine documental, aunque no es una regla, que los crews son muy pequeños y eso te permite una mayor flexibilidad; te permite estar más abierto también a lo que pueda suceder de forma sorpresiva delante de las cámara; eso por un lado, por otro, los tiempos de rodaje son distintos en el documental: puedes filmar pocas horas al día en tiempos extendidos, en varios meses o en años… Eso es también algo que me gusta porque te permite pensar, pensar lo que estás filmando, revisar el material; la escritura va más allá del papel: estás escribiendo con imágenes, entonces la edición, el rodaje y la escritura, propiamente dicha del guión, se entremezclan. Esos son los aspectos más importantes que me interesan del documental y obviamente también el hecho de que generalmente los documentales te permiten ver la materialidad cinematográfica, que está muy ligada a la realidad sin intervención, más específicamente a los espacios, a los escenarios que tienen muy poco o nada de intervención y eso me gusta mucho.”

Martín busca desdibujar un poco la línea que hay entre lo escenificado y lo real, y lo hace para crear una narrativa consistente y singular, para escenificar también la posibilidad de una narrativa adentro de la narrativa que funciona como espejo del interior de su protagonista y de su búsqueda. 

“Creo que rescato una tradición del cine latinoamericano que yo celebro mucho, sobre todo en décadas pasadas, que tiene que ver con salir a la calle, con filmar en espacios naturales de poca intervención donde tú sientes que lo que está pasando ahí tiene algo o mucho de autenticidad y eso contrastado a la ficción”.

Hay una imagen poderosa y memorable que articula Boulocq hacia el clímax de la cinta de “Eugenia”, en la que aparece ésta atravesando una avenida, ataviada con un uniforme militar, armada, con una mirada afilada lleva unos burros, completamente anacrónica de su entorno.

“Esa fue una de las primeras imágenes que me vino a la cabeza antes de empezar a filmar,” confiesa el director, “me interesaba mucho los distintos contrastes que tiene esta imagen. Me gustaba primero la idea de que, históricamente, es el hombre el que agarra las armas, ahí hay un primer contraste; el segundo, durante la época de la guerrilla, por lo menos aquí en Bolivia, está muy asociada a la época de las dictaduras: una guerrillera en medio de un espacio democrático, democrático entre comillas, porque está sucediendo en la calle, pero está sucediendo en el espacio público, donde salen dos partidos publicitándose justo antes de una elección; también está el contraste de lo público, de lo privado; me parecía una imagen que confluía en contrastes, en oposiciones, en todos estos aspectos que fui explorando en la película.”

“Eugenia” llega a cines mexicanos este 21 de septiembre y es también un retrato íntimo de los que trabajaron en ella estos últimos tres años.

Dirección · Director Martín Boulocq. Guión · Screenplay Martín Boulocq. Fotografía · Cinematography Martín Boulocq. Música · Music Diego Boulocq. Sonido · Sound Martín Boulocq, Confraria de Sons & Charutos. Director de arte · Production designer Andrea Camponovo. Edición · Editor Martín Boulocq. Productor · Producer Andrea Camponovo, Martín Boulocq, Rolando Lora. Intérpretes · Cast Andrea Camponovo, Álvaro Eid, Alejandra Lanza, Simón Peña, Ricardo Gumucio, Alicia Gamio, Rafaela Mesquita, Emilio Lanza