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2018-09-21 00:00:00

Retos para reconstruir una Historia del Cine en Monterrey desde sus orígenes

Teatro Juárez de la ciudad de Monterrey, N.L.
 

Por Kassandra Sifuentes Zúñiga[1]

La historia del cine ha sido objeto de un interés destacado a lo largo de las dos últimas décadas, cuando menos. Este auge por el estudio del espectáculo cinematográfico ha cosechado abundantes frutos principalmente en países cuya trayectoria en producción fílmica resulta importante, como en el caso de Estados Unidos, México, Argentina, Francia, España, Italia, entre otros países.

En México han sobresalido grandes contribuciones de historiadores, sociólogos o especialistas quienes han sentado las bases para las futuras aportaciones. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones se han realizado en torno al centro del país en donde el cine emergió con gran éxito. De esta manera queda en duda sí el arribo del cinematógrafo tuvo el mismo reconocimiento en los distintos estados del país.

En el caso de Nuevo León, específicamente su capital Monterrey, el arribo del cinematógrafo o los inicios del cine han sido considerados de poca relevancia para los investigadores y especialistas en la materia, pues han tocado los orígenes apenas en escasas hojas o en menciones breves. Dentro de la historiografía neolonesa, la mayoría de los autores se concentran en temporalidades en las cuales el cine llegó a su mayor apogeo: construcción de cines monumentales, producciones realizadas en la ciudad, famosos circuitos cinematográficos, empresarios dedicados a la industrial, entre otros temas. Esto no desacredita los aportes realizados por cada autor, al contrario, las obras neolonesas nos muestran diferentes perspectivas para la realización de una historia del cine en la ciudad.

Después de finalizar lecturas como “Nuevo León en el cine” de Maximiliano Maza y Diana González o “100 años de cine en Nuevo León” de José Reyna Saldaña, obras en donde se destacan los grandes cines monumentales, surgió una pregunta: ¿Cómo llegó el cine a Monterrey?

Pocos son los estudios que nos brindan información acerca del impacto (social, económico y político) que generó el cinematógrafo en una localidad, dejando de lado cuestiones como: ¿Qué generó su arribo a la localidad?, ¿Qué tipo de público asistía a las salas de cine?, ¿Qué implicó para la sociedad la apertura de salas de cine?, ¿Cómo reacciono la sociedad ante las vistas móviles? entre otras cuestiones que nos indicarían la importancia actual de la industria cinematográfica.

Durante tres años se realizó una búsqueda exhaustiva tanto de fuentes documentales como fílmicas, para llenar el espacio vacío que existía en la historia del cine en Monterrey, pues los autores que dedicaron obras al tema solo presentan su arribo y se enfocan en temporalidades en donde el auge del cine no tenía retorno. La investigación titulada “Implicaciones sociales y culturales relativas al desarrollo del cine en Monterrey, 1898-1927” presenta los primeros pasos del cinematógrafo en la ciudad de Monterrey, no solo mediante la consulta de diversas fuentes bibliográficas, sino también a través de documentos que dan fe de ello. El periodo que se estudió abarcó desde 1898 (año en que se registra la llegada del aparato Lumière a Monterrey) hasta 1927, año en que se presenta la primera película sonora a nivel internacional. En este lapso se suscitaron diversas transiciones sociales que fueron determinantes en la evolución de la industria cinematográfica local, entre estos factores se encuentra la Revolución mexicana y el creciente desarrollo económico del estado.    

Cartelera del Teatro Salón Variedades “El Progreso” del sábado 28 de abril de 1917, publicada en el periódico “El Reformista.

 

Se partió de la hipótesis de que, en Monterrey, a finales del siglo XIX y principios del XX, se reunieron las condiciones económicas, políticas y sociales que permitieron la proyección y difusión del cine, pues se presentaron diversas situaciones históricas que dieron relevancia a este espectáculo. Su desarrollo implicó la irrupción de diversas prácticas culturales, entre ellas el teatro; fomentó la creación y modificación de los espacios en donde la sociedad interactuaba; favoreció el surgimiento de un círculo empresarial dedicado a la cinematografía en la entidad y logró la conformación de un público específico para este espectáculo.

Retomando el concepto de cine, considerado como un fenómeno social, la investigación se fundamentó dentro de la nueva tendencia conocida como Nueva Historia del Cine, una vertiente de la Historia social del cine. Esta nueva tendencia no se concentra en los contenidos de las películas como habitualmente se ha trabajado, sino que se enfoca en examinar en el cine un lugar de intercambios sociales y culturales.

No fue una labor fácil. La historia del cine no es tu tema común o interesante para los especialistas de la localidad. Incluso, se podrían crear diferentes hipótesis tratando de resolver el desinterés por la historia del cine. En Monterrey abundan investigaciones sobre historia social, historia cultural, historia económica y política, entre otros. Sin embargo, han aislado al cine dentro de los análisis sin percatarse que este puede estar involucrado en cualquier aspecto dentro de la historia. El cine, desde su arribo, se involucró en la sociedad, cultura y costumbres, se desarrolló como un factor económico importante formando grandes empresarios, se llegó a proclamar leyes para la reproducción de películas nacionales e internacionales y finalmente, el cine formó parte de las industrias neolonesas. 

Cartelera del Porvenir de julio de 1921, Monterrey, N.L.

 

Como tema pionero en la ciudad, el principal obstáculo para un historiador cinematográfico en Monterrey son las fuentes de consulta. Mientras que las lecturas abrieron paso para comenzar la investigación, las mismas fueron recomendando archivos y fuentes, pero fue imposible encontrar documentos que relataran la llegada del cine a Monterrey. Lamentablemente el Archivo General del Estado de Nuevo León, así como el Archivo Histórico de Monterrey no cuenta con fondos específicos sobre cine o exhibiciones de la temporalidad requerida.

Se llegó a la conclusión que estudiar el cine de manera directa era complicado, se decidió investigar de forma indirecta. Desde estudiar las vías férreas que pasaban por la ciudad (así los itinerantes tomaban en cuenta la ciudad para sus exhibiciones), teatros de la localidad (lugar donde se llevaban a cabo las presentaciones), movimientos sobre la energía eléctrica (soporte técnico para el funcionamiento del cinematógrafo), entre otros documentos presentes en la investigación.

De esta manera, dentro del Archivo Histórico de Monterrey se localizaron informes administrativos mensuales donde se muestran datos de diversos gastos para lograr la urbanización de la ciudad. También, mediante los informes se logró contemplar la situación social y política del estado. Mediante las Actas de Cabildo se logró ubicar los teatros, las primeras salas de cine y los espacios destinados a las exhibiciones cinematográficas. Los datos recopilados dieron una perspectiva del avance y desarrollo del cine en la ciudad.

El Archivo General del Estado de Nuevo León, mediante el fondo Concesiones y Permisos ofrecieron un panorama de los requerimientos por parte de los empresarios para exhibir y construir espacios específicos para el desenvolvimiento del cine. También brindó un panorama más amplio sobre los futuros empresarios cinematográficos. En este caso, solo se localizó un fondo con información acerca de las películas prohibidas en el estado. Dichos documentos contienen información sobre casas productoras y producciones internacionales de los años 20’s. Películas prohibidas se catalogaron por el gobierno federal como “dañinas para la moral del pueblo y ofensivas para el país”. El fondo amerita un análisis profundo fuera de esta investigación.

Pero sin duda, la mayor fuente de información fueron los periódicos. La Hemeroteca Nacional de México, en la Ciudad de México, a través de sus ejemplares que datan de 1820 hasta la actualidad, es una fuente que no se puede omitir. Contando con un gran número de ejemplares nacionales e internacionales, permiten rastrear las exhibiciones por parte de las compañías cinematográficas, así como teatrales y de zarzuelas. Con la información recabada se logró realizar una filmografía de las vistas y filmes que se presentaban en la ciudad, añadiendo precios por función, día y hora de las exhibiciones, incluso, reseñas por parte de los periodistas de la época. Así mismo, los periódicos brindaron información sobre los hechos que acontecían en la ciudad, de esta manera se logró ampliar el contexto histórico. 

Dibujo donde se muestra el impacto social que generó el cine, el porvenir de 1924.

 

Algunos ejemplares que se analizaron para la investigación fueron: “El Diario del Hogar”, “El Renacimiento”, “El Contemporáneo”, “El Universal”, “El Popular”, “El Correo Español”, “La Voz de México”, “La Voz de Nuevo León”, “Zigzag” entre otros. Se indagó desde la llegada del cinematógrafo al país, 1895 a diciembre de 1927.

A pesar de reunir la información para lograr la investigación, se tenía que sustentar mediante una teoría. Las teorías usadas por los grandes historiadores del país datan de la década pasada y la necesidad de nuevos estudios se hace más evidente, con teorías ad hoc a los nuevos tiempos. Es por ello que se tomó en cuenta nuevas tendencias como la Nueva Historia del Cine. Esta tendencia deja de enfocarse en los contenidos de las películas para analizar en el cine un lugar de intercambios sociales y culturales usando herramientas como la Historia Oral, sin dejar atrás los acervos y archivos. En este caso no se aplicó un estudio de historia oral por la temporalidad analizada, en su lugar se localizaron reflexiones y notas periodistas acerca del sentir de la sociedad ante el cine.

A pesar de que la investigación se realizó con éxito y se cumplió el objetivo, se tiene la necesidad de seguir realizando estudios en torno al cine desde las disciplinas de las ciencias sociales. De indagar en los diferentes aspectos que están relacionados con la industria cinematográfica: económica, social, política, estética, entre otras áreas. Hay una necesidad por impulsar el desarrollo de nuevas tendencias teóricas que nos ayude a realizar más investigaciones sobre la historia del cine en México y sus diferentes estados. Se necesita de impulsos por parte de universidades y centros de investigación para generar diversas corrientes, pues la historia del cine y estudios visuales deben formar parte de los programas académicos, contar con la seriedad respecto a la importancia que tiene su estudio y tomarlo en cuenta como una fuente histórica.

 

REFERENCIAS:

González, Diana, y Maximiliano Maza. Nuevo León en el cine. Nuevo León: CONARTE, 2013.

Reyna Saldaña, José. 100 años de cine en Monterrey. Nuevo León: Tecnológico de Monterrey, 2011.

 

* Este artículo fue presentado en el Décimo Coloquio Nacional de Historia del Cine Regional que se llevó a cabo del 20 al 22 de agosto de 2018 en la Cineteca Nacional, organizado por el historiador Eduardo de la Vega Alfaro.

** Corre Cámara agradece  a la autora su colaboración para publicar este artículo.

[1] La autora nació el 27 de diciembre de 1993 en Monterrey, Nuevo León. Es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la carrera en Historia y Estudios de Humanidades (2012-2017). Sus principales líneas de investigación son la Historia Social y la Historia del Cine. Ha participado en Encuentros Regionales de Estudiantes de Historia y Coloquios sobre Historia del Cine en ciudades como Guanajuato, Tijuana, Chihuahua y Ciudad de México. Es miembro de la Red Internacional de Investigadores sobre Cine Latinoamericano (RICiLa). Ha publicado en la revista Reforma de la UANL. En el 2017 fue premiada en el V Encuentro de Jóvenes Investigadores del Estado de Nuevo León. Actualmente trabaja como asistente de investigación a lado del Dr. Romeo Flores Caballero en la elaboración de un libro sobre la Historia del Sindicato de Servidores Públicos en Nuevo León.

Correo: kazz.sifuentes@gmail.com