Habla de La patada Andres Veiel en Escenarios
Por Leticia Carrillo
Andres Veiel, director de Der kick (La patada, 2006) describió a su filme como un “viaje a la oscuridad para dar luz a ciertos acontecimientos, es ir más allá del shock para entrar al terreno del entendimiento”.
Der Kick aborda -a través de dos actores de teatro quienes interpretan a casi una quincena de personajes- el sonado caso de la tortura y muerte de Marinus Schörbel, a manos de sus amigos neonazis quienes imitaron una escena de la película Historia Americana X (Tony Kaye, 1998) para perpetrar el crimen.
Veiel participa en Escenarios Séptimo Encuentro Internacional de Cine Documental que desde el jueves 2 de julio y hasta el sábado 11 se lleva a cabo en el CCC y la Cineteca Nacional.
El cineasta relató que llegó a la decisión de usar actores en la película porque en Potzlow, la población en donde ocurrieron los hechos, nadie quería hablar del tema por la forma en que el caso fue tratado en los medios de comunicación que etiquetaron a los hermanos Marcel y Markus Schönfeld, asesinos de Schörbel, como unos monstruos.
Sin embargo, Veiel contó que después de varios visitas al lugar, se le permitió hablar con los señores Schönfeld y luego de que la mamá de los jóvenes le preguntó sí iba a regresar, se dio cuenta que ellos tenían necesidad de olvidar el asunto pero también de hablar acerca de él.
Andres Veiel expresó que Marcel y Markus propiciaron la imagen que la prensa les atribuyó pues durante el juicio no mostraron arrepentimiento alguno e intimidaban al jurado con la mirada.
Cuando finalmente conoció a Markus, se llevó una sorpresa porque lo encontró deprimido y con deseos suicidas. Esto lo hizo sentir cierta lástima por el muchacho pero se dijo a sí mismo que no podía experimentar ese sentimiento ya que “entender es distinto a disculpar”.
Acerca de la puesta en escena, el realizador indicó que tenía claro que la acción no se tendría que desarrollar en un set normal por lo que buscó una nave abandonada en Berlín que tuviera ventanas para hacer el contraste entre un espacio artificial y la “vida normal” que se vislumbra a través de ellas.
Asimismo, subrayó que el diseño sonoro jugó un papel primordial en la obra pues para cada uno de los personajes que hicieron Susanne-Marie Wrage y Markus Lerch, se creó una atmósfera propia.
De cómo fue recibida Der Kick en Alemania el director dijo que un sector del público la criticó porque la vio como indulgente con los asesinos de Schörbel pero otras personas la reconocieron como una oportunidad para “entender la complejidad de las razones por las que cosas como éstas pasan”.
Respecto a la causa por la que Marcel Schönbel imitó la escena en la que Edward Norton asesina a un joven negro en Historia Americana X, Veiel señaló que a pesar de que la película dirigida por Tony Kaye tiene un mensaje antiracista, si se aparta ese fragmento puede verse como “el nacimiento de un héroe al que se le tiene admiración y miedo” al mismo tiempo.
Pero el cineasta apuntó que siguiendo al dramaturgo Bertold Brecht decidió no mostrar esta imagen en la pantalla para evitar que los espectadores se abrumaran con ella haciendo imposible el proceso reflexivo.
Andrés Veiel comentó que en algunos festivales Der kick ha sido catalogada como documental y en otros se le ha rechazado porque a decir de los programadores, “en el momento en que otro cuerpo habla por otro” se está frente a una ficción.
Empero, él consideró que es más importante la autenticidad y agregó que aunque no les dio información adicional a los actores sobre los personajes, ellos al tomar sus papeles, hicieron expresiones físicas que hacían sentir “como si se estuvieran con los protagonistas reales, prueba de la fuerza del lenguaje. Aquí el documental entra por la puerta trasera, otro tipo de verdad es la que aparece”.
Veiel espera que su filme sirva “como caja de herramientas para ser usado en otros casos, para entender los crímenes que están cercanos, en medio de la sociedad, lo que los hace insoportables”.
Der kick apareció primero como obra de teatro y fue montada en el Teatro Maximo Gorky de Berlín. La versión fílmica estuvo seleccionada en la sección Panorama de la Berlinale en 2006; ese mismo año ganó el Gran Prix en el Festival Visions du Reel, en Suiza y el Premio Adolf Grimme de la televisión alemana.
