"Acuérdate que eran muchos, y que Dios siempre ayuda a los malos cuando son más que los buenos" (Jorge Negrete en Tal para cual)

Actor y cantante. Su nombre completo fue Jorge Alberto Negrete Moreno y nació en Guanajuato, Guanajuato, el 30 de noviembre de 1911. Arquetipo de figura gallarda y varonil, e ídolo indeclinable en la memoria popular, realizó estudios en el Colegio Militar y desempeñó tareas administrativas en el ejército hasta que, en 1931, decidió retirarse de ese ámbito.

A lo largo de la década de los años treinta ganó gran fama como cantante, con su voz de corte operístico, y pronto incursionó en el cine, desde sus inicios en papeles protagónicos. Debutó en La madrina del diablo, en 1937, pero sería hasta 1941, convertido ya en cantante ranchero pese a su reticencia inicial, cuando su intervención en ¡Ay, Jalisco, no te rajes! (1941), de Joselito Rodríguez, le permitiría alcanzar un éxito de dimensiones continentales y lo entronizaría como una figura de extraordinario arraigo, como no había existido otra en el cine nacional. 

Más tarde, formó parejas memorables, en la pantalla y en la vida real, con las actrices Gloria Marín y María Félix, y alternó, también, con muchas otras de las más bellas intérpretes de los años cuarenta y cincuenta, cuando estelarizó numerosas cintas, alrededor de cuarenta, en la etapa central de la Epoca de Oro del cine nacional. 

Entre las películas en las que participó, y en las que impuso un modelo de galanura y, en ocasiones, de altanería, se recuerdan La Valentina (1938), Así se quiere en Jalisco (1942), El peñón de las Animas (1942), en la que debutó María Félix, Historia de un gran amor (1942), Una carta de amor (1943), Me he de comer esa tuna (1944), Canaima (El dios del mal, 1945), Jalisco canta en Sevilla (1948), Siempre tuya (1950), Los tres alegres compadres (1951), Dos tipos de cuidado (1952), en la que por única ocasión alternó con Pedro Infante, y El rapto (1953), en la que brindó su actuación postrera. 

Igualmente, se distinguió con creces por su activismo gremial, lo que lo llevó a ocupar la Secretaría General de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), donde realizó una gran labor, y a colaborar de manera decisiva en la fundación del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC). En la cima de su fama, falleció el 5 de diciembre de 1953, en Los Angeles, California, víctima de una afección hepática. (Fuente: Cien años de cine mexicano, Conaculta-Imcine-Universidad de Colima).