Luis Buñuel provenía de una numerosa familia de la burguesía aragonesa, cuyo pueblo tenía en su época un fuerte arraigo a las tradiciones religiosas. Por ello mismo  recibió en su niñez la educación jesuita, lo que será una influencia notable en su futura obra artística.

En su juventud se trasladó a Madrid para realizar sus estudios universitarios. En la residencia de estudiantes conoció al pinto Salvador Dalí y al poeta Federico García Lorca, dos de las relaciones que marcarán su vida. A la sazón, su filiación con los movimientos artísticos  de vanguardia se manifiestaron abiertamente con su apoyo al Dadaísmo.

En 1925 arribó a París donde trabajó como ayudante del cineasta Jean Epstein.  Ese mismo año, realizó su primera película al lado de Dalí, Un perro andaluz, financiado por su madre. Debido a su original planteamiento, el movimiento surrealista convirtió este filme en uno de sus símbolos.

En 1930, Buñuel dirigió La edad de oro, cinta que causó escándalo y que culminó con su prohibición hasta 1981. Entre 1933 y 1935, Buñuel trabajó en diferentes producciones pero la guerra civil española lo emplazó en otra dirección. Participó en un documental a favor de la causa republicana y luego viajó a los Estados Unidos.

Finalmente la suerte hizo que Buñuel llegara a México donde, en 1946, reanudó su carrera de realizador. Su película Los Olvidados (1950) fue saludada en el Festival de Cannes como un gran suceso. Otras de sus valiosas cintas de esta época, como Él (1952), Ensayo de un crimen (1955) y Nazarín (1958), están ahítas de sus obsesiones artísticas, de referencia a la religión, a Sade, a la burguesía.

Con Viridiana (1961), Buñuel volvió a rodar en España, y obtuvo con ella una Palma de Oro en Cannes aunque causó un gran malestar político al régimen de Franco, que terminó por prohibirla. Luego de filmar El Angel Exterminador (1962), El Diario de una recamarera (1964) y su última película mexicana, Simón del desierto (1964).

Buñuel dividió su residencia entre México, donde tenía su casa, y Francia, donde filmó las películas de su última etapa, ya como un director en plena madurez y con un estilo depurado: Bella de día (1967), La Vía Láctea (1969) y El discreto encanto  de la burguesía (1972), que recibe un Oscar como mejor película extranjera, entre otras.

Después de cerrar su carrera con Ese oscuro objeto del deseo (1976), falleció en la Ciudad de México y sus restos mortales fueron inhumados. Actualmente ha corrido el rumor que sus cenizas serían depositados en el Templo de Santo Domingo en el Centro Histórico del D.F., por iniciativa de su amigo el padre Julián. Una ironía para quien inmortalizó la frase “soy ateo, gracias a Dios”.

ANECDOTARIO

Nuestro estimado amigo Alfredo Robert nos ha compartido lo que sigue: Las anécdotas del inmortal "León de Calanda" son incontables, pero ahí les va la que sería su última (no se si sea totalmente cierta, es bastante surrealista y aunque proviene de alguien muy cercano a Don Luis, muchas cosas alrededor del genio están llenas de culto y miitología) pero bien valdría la pena averiguarlo... El día de su muerte en la agencia funeraria donde lo velaron muy cercana a su casa de Félix Cuevas, se reunieron todo el grupo de amigos mexicanos que lo frecuentaban y que se vanagloriaban de serlo, estaban tan contentos y divertidos de recordar el ingenio de Buñuel que acordaron reunirse para continuar celebrándolo; Así, se olvidaron del pequeño detalle de que alguien recogiera las cenizas del admirado amigo, y cuando el empleado de la agencia buscó a quién entregar las cenizas, sólo estaba el jardinero de la casa de los Buñuel; y así, sus cenizas se extraviaron aunque en pueblo español donde nació, las reclamaba.

Still de Él.