Por Sandra Lara

Xavier Robles, escritor de “Rojo amanecer”, “Los
motivos de Luz” y “Las Poquianchis” entre los más de 100 guiones que ha
escrito, recibió la tarde del domingo el Cuarto Reconocimiento a
Escritores Cinematográficos (REC), dentro de la 32 edición de la Feria
Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

Al tomar la palabra Xavier Robles, comentó sobre la
censura que está sufriendo “Presunto culpable” y además de
solidarizarse con su director, indicó que no es la primera vez que un
juez tiene injerencia en la proyección de un filme ya que en 1985 “Los
motivos de Luz” fue censurada y condenada al olvido, porque hasta la
fecha no ha sido reproducida en formato DVD lo cual sería de gran
utilidad para el análisis y discusión de futuras generaciones.

El escritor también mencionó cuando “Rojo amanecer”
estuvo a punto de terminar enlatada en el sexenio de Carlos Salinas,
pero gracias a una denuncia oportuna y al apoyo de la prensa, no se
llevo a cabo, no así la difusión de la misma en el extranjero que ha
sido limitada.

El REC es un premio otorgado por la asociación Cinérgica, conformada por la Asociación Mexicana de Filmadoras, la Asociación Mexicana de Productores Independientes, el Centro de Capacitación Cinematográficas, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Cine Fusión, los Estudios Churubusco Azteca, la Filmoteca de la UNAM, el Instituto Mexicano de Cinematografía y la Sociedad General de Escritores de México.

 El acto fue presidido por Armando Casas, director del CUEC; Marina Stavenhagen, como titular de Imcine; Lorena Salazar, presidenta de la SOGEM; Carlos Barrón, presidente de la Asociación Mexicana de Filmadoras y José Antonio Elo, representante de Cinérgica, quienes elogiaron la trayectoria del guionista. Este mismo espacio fue aprovechado para preguntar a Lorena Salazar si la SOGEM iba a desaparecer, cuestión que desmintió.

Robles enumeró una serie de historias de su autoría que han sido rechazadas para obtener apoyos económicos y cómo más de una veintena de sus obras importantes están ahora almacenadas en su computadora mismas que “(…) esperarán pacientemente la llegada de otros tiempos, de otras realidades, de otras circunstancias en las que los canallas y los esos sí mediocres no tengan siquiera un lugar de respeto en la historia del cine”.