Walter Salles habla de ‘On The Road” que busca en Cannes alzarse con la Palma de Oro
Noticine.com-CorreCamara.com
El brasileño Walter Salles ha presentado este miércoles en la
competencia del Festival de Cannes la adaptación del clásico
norteamericano del siglo XX “En el camino” (On the road), novela
emblemática de la generación “Beat” que ha adaptado el guionista
puertorriqueño José Rivera, con quien ya había trabajado en “Diarios de
motocicleta”, otra película de carretera con jóvenes que evolucinan
conforme quedan atrás los kilómetros. El autor de “Linha de passe”,
“Dark water (La huella) / Agua turbia”, “Abril despedaçado” y “Estación
central de Brasil”, habitual del certamen de la Costa Azul, explica que
leyó el libro cuando tenía la misma edad que sus personajes y jamás
creyó que algún día la convertiría en película.
Salles dijo en la conferencia de prensa, en cannes, que le había
tomado ochos años hacer esta película. “Incluso pensamos en hacer un
documental para utilizarlo como base. La historia es más bien la de la
época anterior a la Generación Beat. Cuenta el despertar político y
social de dos jóvenes que descubren una geografía humana de la cual no
sabían nada”.
– ¿Recuerda sus sentimientos cuando leyó por primera vez la novela de Kerouac?
La leí en un momento muy difícil para mi país, en plena dictadura
militar. Había censura y no existía una versión de “En el camino” en
portugués. Lo tuve que buscar en inglés. Era un relato iniciático que
hablaba de todo lo contrario de lo que estábamos viviendo en Brasil. El
aliento libertario de Dean, Sal y los otros personajes, su movimiento
constante, la experimentación, el sexo, la droga, el jazz… todo eso
era como el contracampo de que pasaba a mi alrededor. Por eso me marcó
poderosamente, pero no sólo a mí. En esa época estaba en la universidad,
tenía 18 años y el libro corría de mano en mano. Curiosamente, la
novela no se editó en Brasil hasta 1984, en coincidencia con los
movimientos en favor de la Democracia.
– ¿Cómo fue que le propusieron adaptarla?
Esa idea no se me había pasado por la cabeza por el respeto y el
sentido emblemático que tenía para mí, y no fue hasta 2004, cuando
Zoetrope Studios (la productora de Coppola), coincidiendo con una
presencia mía en Sundance, me habló del proyecto. Yo no me sentía
preparado. Me parecía algo tan complejo que sólo se me ocurrió empezar
por hacer un documental (aún inédito) sobre las rutas reales de Kerouac y
sus amigos, manejando mucha información, de manera que pudiera entender
mejor aquella odisea descrita en su libro. Era también una manera de
comprender los desafíos de aquella generación, el contexto histórico de
las luchas que tuvieron que emprender, y todo eso en un país que yo
desconocía. La verdad es que tenía otro motivo personal, y es que
lamenté no haber grabado de forma similar todo el proceso de rodaje de
“Diarios de motocicleta” a lo largo y ancho de América Latina, con
momentos irrepetibles.
‘On the Road’ no es un relato sobre la generación Beat, sino la epopeya de unos muchachos de 18 o 20 años
– Precisamente ha recurrido al mismo guionista de esa cinta, el puertorriqueño José Rivera. ¿Cómo resultó el trabajo?
Primero estuve en Lowell, donde Kerouac pasó gran parte de su
infancia y adolescencia, y allí conocí a John Sampas, el hermanastro de
Jack, quien me facilitó una copia del original del libro, la primera
versión escrita en un rollo de papel como los que usaban los teletipos,
que tenía diferencias con la que se editó en 1957. José y yo estuvimos
hablando y trabajando en el guión durante cinco años con muchas
versiones, intentando respetar al máximo el libro pero a veces
bifurcando, traicionándolo para ser aún más fieles. Una adaptación lo
que debe es permitir al espectador que tenga ganas de volver al libro,
al original. Y construir luego sus propias versiones de “En el camino”.
– ¿Qué puede contarnos de la elección del elenco?
Fue variando en función del proceso que sufrió el proyecto. Kirsten
Dunst fue la primera a la que le propuse ser Camille. Y la encuentro
completamente justificada… Respecto de Kristen Stewart, fue algo
imprevisto. Gustavo Santaolalla (compositor de la banda sonora de ésta y
otras películas de Salles) y Alejandro González Iñárritu acababan de
ver un primer montaje de “Hacia rutas salvajes / Camino salvaje” (2007) y
me dijeron: “No busques más a Marylou, esa chica está en la nueva
película de Sean Penn y es genial”. Hablé con ella por primera vez antes
de que empezara la locura de “La saga Crepúsculo” y siempre quiso hacer
mi película, así que en todo ese tiempo nos fue fiel en tantos momentos
de incertidumbre. En cuanto a Garrett Hedlund, participó en una prueba
de casting. Pidió leer un texto que él mismo había escrito en el bus,
entre Minnesota y Los Angeles, camino de esa prueba. A mitad de su
lectura, tuve la certeza de que él era Dean. El también esperó durante
años, hizo otras películas y cada vez que se las ofrecían me llamaba
para preguntarme si debía aceptarlas o no. Así construimos una amistad
fundada en esa confianza mutua, como me pasó antes con Gael García
Bernal. Finalmente, respecto de Sam Riley, le había visto en “Control”,
donde me pareció brillante, y en su prueba y ensayos resultó muy
inteligente y muy preciso.
– ¿Es cierto que montaron ustedes una especie de comuna o campamento “beatnik” en vísperas de rodar?
Sí, es una experiencia que mantenemos desde “Terra Estrangeira”. La
idea es de crear entre los actores y los que vamos a trabajar en la
película un colectivo antes de empezar a filmar. Escritores como Barry
Gifford, que conoce muy bien a Kerouac y “En el camino”, vinieron para
hablarnos del libro y los personajes desde sus puntos de vista. Barry
conoció a la auténtica Marylou (LuAnne Henderson) y tenía grabadas
conversaciones con ella, que ayudaron mucho a Kristen. Además la hija de
LuAnne también nos visitó, y fue muy emotivo. Lo mismo pasó con John
Cassady, hijo de Neal. Fue muy generoso con Garrett y nos hizo
comprender una cosa fundamental: “En el camino” no es un relato sobre la
generación “Beat”, sino la epopeya de unos muchachos de 18 o 20 años
que no tenían en ese momento la menor idea de que más tarde iban a
cambiarlo todo.