Por Gustavo Ambrosio
La familia. Fuente inagotable de dramas. En medio de las reuniones, las sonrisas amables, los comentarios incendiarios, y los genes en común, muchas veces, aquellos que se reúnen en una mesa para satisfacer la comunión denominada familia, son unos desconocidos entre sí que guardan secretos, rencores y están dispuestos a imponer el dominio sobre el otro.
“August: Osage County”, la obra de teatro, ganadora del Pulitzer y diversos Tony, del escritor Tracy Letts, además de tener un halo autobiográfico de la autora, crea personajes complejos psicológicamente que podrían poner los pelos de punta a varios y el humor ‘negro’ que desprenden los diálogos en realidad dejan un rastro amargo y oscuro en quien los escucha.
George Clooney, los hermanos Wenstein y la propia Letts decidieron llevar la historia de “Agosto”, esta familia resquebrajada de Oklahoma, a la pantalla grande con John Wells (The Company Man) a cargo de la dirección.
Si bien se sabe que pasar de un lenguaje teatral a un cinematográfico se antoja difícil, cuando el director apenas tiene sesgos de creatividad y la escritora, en este caso la propia autora de la obra, no tiene muchos conocimientos de guión fílmico, el resultado puede ser menor del esperado, y lo es.
Si bien la obra trata de no perder su esencia, el excesivo paisaje teatral, y el transcurso de personajes, debido a su amplia variedad, no permite solidificar el guión de la historia que consigue un excelente arranque sólo para serpentear entre momentos flojos y un final insípido.
Sin embargo, la adaptación tiene algo que pocas obras teatrales llevadas al celuloide consiguen, la fuerza dramática y psicológica de sus personajes. Con ello, el reparto de la cinta se puede dar el lujo de explotar al máximo esas capacidades y brillar en ciertos momentos, aunque sea intermitentemente.
Pero quien se roba la película es, sin duda, Meryl Streep, quien ha conseguido su dieciochava nominación al Oscar gracias a su ‘Violet Weston’, la matriarca de la familia, una mujer con un pasado tortuoso, adicta a las pastillas, con cáncer y con un carácter narcisista fuera de lo común.
Streep se apodera del filme, lo hace suyo, a tal grado que cuando ella no sale a cuadro, el filme flaquea mucho. La vemos desde la primera secuencia, en un papel delirante, difícil y devastador. Su mejor papel desde “Las Horas” y “Adaptation”. Pero cuando alcanza el momento cumbre es cuando por unos momentos, el personaje pierde esa cortina que se ha impuesto y Streep, en personaje obvio, relata su pasado. Simple. Una cátedra de actuación.
Haciéndole segunda, Julia Roberts soporta duelos interpretativos duros con Streep y sale bien parada, es para la Mujer Bonita, su mejor papel en décadas y lo aprovecha. Por otro lado, Juliette Lewis, Benedict Cumberbatch y la desconocida Julianne Nicholson encienden la cámara con papeles secundarios pero contundentes a la hora de demostrar su profundidad dramática. Sobre todo la primera, una mujer encandilada por la autoayuda y la filosofía de vivir el presente.
“Es mentira que tengamos una conexión por ser familia, sólo tenemos células y genes en común”, dice el personaje de Ivy, dándole al clavo de la premisa del filme, devastador, grandilocuente, radiografía de lo difícil que puede ser formar parte de esa célula social cada vez más gangrenada que es la familia.
“August”, es un manjar de actuaciones, sobre todo la interpretación de Streep vale el visionado. Pero que como filme queda corto en expectativas.
“August: Osage county”, Escrita por Tracy Letts, Dir. John Wells, EUA/2013 Reparto: Meryl Streep, Julia Roberts, Sam Shepard, Ewan Mc Gregor, Juliette Lewis, Julianne Nicholson, Margo Martindale, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch, Abigail Breslin, Dermont Mulroney, Abigail Breslin.
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