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Nada menos que tres películas, dos europeas y una panasiática, han entrado este lunes en la competencia berlinesa por los Osos de Oro y Plata: la violenta telenovela oriental “Mr. Long”, de Sabu; la comedia británica “The Party”, de Sally Potter, y el drama nórdico-germano “Helle Nächte”, de Thomas Arslan. Esta vez la del medio es la que vale…

El concepto del entretenimiento oriental puede resumirse en la nueva película del japonés que se hace llamar Sabu, “Mr. Long”, a su vez pseudónimo de un virtuoso asesino a sueldo cuyo talento se exporta por toda la región. La acción (estamos ante una coproducción nipona con China, Taiwán, Hong Kong e incluso Alemania) arranca en la antigua Formosa, donde el susodicho muestra al espectador, en ese tipo de escenas surrealísticamente coreografiadas, el talento que le ha hecho famoso quitándo gente de enmedio. Luego, le vemos trasladarse a Japón, pero allí le espera una mafia numerosa que lo deja malherido y en fuga. Va a refugiarse al Japón profundo y rural, donde se topa con un niño adorable y su soltera madre, una exprostituta china heroinómana. Mr. Long curará sus heridas físicas y mentales, rehabilitará a la chica, será el padre que el pequeño siempre soñó e incluso se convertirá en un excelente cocinero de tallarines…

Pero obviamente, esta especie de culebrón que pasa sin solución de continuidad de la violencia a la comedia, de las lágrimas a la acción, en un chop-suey con muchas poco evidentes delicias, no podía acabar bien… tan pronto. Así que Sabu se encarga de que a su personaje principal, interpretado con convicción por el atractivo astro taiwanés Chang Chen, le pase factura su pasado manchado de sangre.

Cuando uno ve estos films no deja de pensar si los responsables de los festivales hubieran seleccionado la misma película en el caso de que los protagonistas no tuvieran los ojos rasgados, la historia se desarrollara entre Málaga, Teruel y Perpignan, y el protagonista se llamara Manolo en vez de Long…

La sorpresa del día ha sido el cambio de registro de la británica Sally Potter, que desde sus comienzos nos ha regalado películas tan inabarcables para el espectador medio como “Orlando”, de esas que hacen salivar a los críticos de las revistas mensuales casi sin fotos y decididamente sin publicidad. Su nuevo trabajo, “The Party” es una francamente divertida y ácida comedia costumbrista, en la que el “autorismo agudo” de la sra. Potter se limita por fortuna a la fotografía en blanco y negro. Porque esta cinta es sin duda la más accesible y entretenida de sus obras, y posiblemente sea la que más público vea.

Aparte de lo jugosa de la trama, sobre una especie de fiesta de gente burguesa diversa para celebrar un nombramiento político, el elenco es de por sí muy seductor, en parte porque a algunos de estos actores no les teníamos aún muy descubierta su vena cómica.  Kristin Scott Thomas, Timothy Spall, Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer y Cillian Murphy nos hacen pasar un buen rato, que además apenas dura poco más de 70 minutos.  

Menos feliz es el drama coproducido por Alemania y Noruega “Helle Nächte” (Noches brillantes), de Thomas Arslan, en el que un ingeniero que vive en Berlín, a la muerte de su padre en Noruega, debe convivir unos días con su hijo, al que lleva muchos años sin ver porque se quedó con su madre, de la que se separó tiempo atrás, en otro país. Ahora, ambos acuden al país nórdico, en la época en la que apenas hay noche, y el progenitor intenta -haciendo un viaje turístico por la zona- acercarse a ese hijo al que apenas conoce, aunque ya tiene 14 años, para encontrarse su rencor y sus reproches, posiblemente justificados.