Por Domingo Rojo
A la realidad le gusta manifestarse con ironía, a veces con cruel saña. Los últimos años de la actriz Alma Delia Fuentes, fallecida hace un mes, el 2 de abril pasado, podrían dar material para una película del corte de “Sunset Boulevard” (1950) de Billy Wilder, de no ser por la triste y lamentable condición en la que se vio orillada a vivir, confinada en su ruinosa mansión, rodeada de sus mascotas, de los excrementos de éstas, de basura acumulada y de una profunda depresión. A diferencia de la Norma Desmond interpretada por Gloria Swanson, Alma Delia no reservó ningún glamour para sus días finales sino que se abandonó a la condición de indigente en el garaje de su propia casa, lo único habitable que quedaba de ella, recibiendo alimento periódicamente por parte de sus hijos y sus vecinos, según lo documentó la revista Proceso (No. 2042) en un reportaje de Paloma Boves de diciembre de 2015.
Alma Delia nació en la Ciudad de México, en 1937. A muy temprana edad demostró su talento, lo que le permitió debutar en el cine en la cinta “Sinfonía de una vida” (1945), a la que siguieron dos títulos clave del cine mexicano: “Una familia de tantas” (1948), de Alejandro Galindo, y “Los olvidados” (1950), de Luis Buñuel, donde interpretó a Meche, la niña-adolescente que, vaya ironía, vive entre la indigencia y la miseria de la ciudad, como los otros protagonistas del célebre filme, del que sólo sobrevive Alfonso Mejía.
A lo largo de su trayectoria, Alma Delia intervino en unas 50 películas de distintos cortes y géneros, alternando con directores y estrellas renombradas: “Amor a la vida” (Miguel Contreras Torres, 1951) al lado de Fernando Soler; “Historia de un corazón” (Julio Bracho, 1951) junto a Rosario Granados; “A.T.M.: ¡¡A toda máquina!!” (Ismael Rodríguez, 1951) con Pedro Infante; “Las tres perfectas casadas” (Roberto Gavaldón, 1953) con Arturo de Córdova; Canción de cuna (Fernando de Fuentes, 1953) con María Elena Marqués; “El extra” (Miguel M. Delgado, 1962) con Cantinflas; “El ángel y yo” (Gilberto Martínez Solares, 1966) junto a Tin Tan; “Blue Demon destructor de espias” (Emilio Gómez Muriel, 1968); Lauro Puñales (René Cardona , 1969) con Antonio Aguilar; y “Fallaste corazón” (1970), su última película, entre otras.
En 1970, Alma Delia se retiró de los escenarios siendo aun muy joven, con 33 años de edad. Quiso dedicarse a la vida familiar, al cuidado de sus cuatro hijos producto del matrimonio con Julio Azcárraga, primo de Emilio Azcárraga Milmo, con quien se casó a los 17 años pero del que se separó más tarde, antes de su segundo y breve matrimonio con el actor Rafael del Río.
No se sabe con certeza que ocurrió desde entonces hasta el momento en que Proceso la encontró, 45 años después, sumida en la miseria y el abandono, una brutal sacudida de la realidad, mucho más oscura de lo que suele ocurrir en la ficción, como en “No quiero dormir sola” (2012) de la cineasta Natalia Beristáin, que también sigue los pasos de una vieja actriz que sufre alzhéimer, basada en la historia de su abuela Dolores Beristáin. También el reciente documental “Margarita” (2017), del director Bruno Santamaría, aborda un caso afin, el de Vania Véjar o Margarita, actriz poco conocida que fue protagonista de un filme olvidado, “Eva y Darío” (1972) y que vive como indigente actualmente en la Ciudad de México.
A pesar de las denuncias a las autoridades y a entidades como el sindicato de actores (la ANDA), no hubo nadie que aliviara la desgracia de Alma Delia, y cabría preguntarse por qué de esta inacción y de la indiferencia generalizada, incluida de la flamante Scretaría de Cultura. En el seguimiento que hizo Proceso del caso de la actriz de “Los olvidados”, que se puede consultar en línea para conocer los detalles, hubo más episodios de esta infame trama, hasta su desaparición en noviembre pasado cuando fue sacada de su ruinosa residencia a bordo de una ambulancia. Después de ser incinerada, algunos medios informaron que en sus últimos días había permanecido en casa de su hija mayor. El rol que en esta triste historia desempeñaron los hijos, yernos y familiares es turbio (Proceso deja entrever líos de propiedades), así como un presunto romance con el político Arsenio Farell, aunque la actriz guardó silencio al respecto y siempre se refirió bien especialmente de sus hijas.
Más allá del morbo y la indignación de todo esto, que podría ser parte de un volumen sobre las sórdidas historias de nuestro cine del corte del legendario “Hollywood Babylon” de Kenneth Anger, queda el recuerdo de esta bella actriz y de su talento inmortalizado en “Una familia de tantas”, “Los olvidados” y sus otras películas. Descanse en paz.
Alma Delia interpretaba a la hija menor de Fernando Soler en “Una familia de tantas”.
A lado de Cantinflas en “El extra”.