Por Lorena Loeza
En muchas -quizás la mayoría- de nuestras historias, la magia se convierte en un elemento indispensable. La necesidad de narrar a partir de esta perspectiva implica reconocer el importante papel que el misticismo juega en la vida de las y los mexicanos.
Es quizás por ello que la fábula contada en esta película dirigida por Bernardo Arellano, nos sumerge sin problemas en una historia dentro del universo rural, filmada en blanco y negro, que nos recuerda ese otro México que parece tan lejano a ratos, y sin embargo, tan presente en todo momento.
“El paraíso de la serpiente” (B. Arellano, 2022) es una interesante historia, acerca de un profeta y un pequeño pueblo. Todo empieza cuando después de un accidente de carretera, un hombre y su hijo rescatan a un misterioso hombre que no recuerda quién es, ni dónde vive, pero parece tener el don de sanar. Eso hace que la gente, empiece a llamarle “profeta” causando curiosidad y enojo en el cura del pueblo.
De principio, hay que decir que la película está llena de símbolos alrededor de nuestra fe popular. Parecieran escenas del duelo que resulta de esa extraña mezcla entre la religión católica y el arte chamánico ancestral que ofrece respuestas alternativas nuestras inquietudes cotidianas: el amor, los celos, la enfermedad o la muerte.
El relato tampoco es lineal, constituye una visión holística del mundo donde las cosas solo pasan, sin orden, concierto o trayecto específico. Es decir, es verdad que todo empieza con la llegada del profeta, pero da la impresión de que la historia tiene otro antecedente, y que al final lo que vemos en la pantalla, solo es un corte de tiempo dentro de una historia más profunda y mucho más antigua.
No por nada, “El paraíso de la serpiente”, no sólo sigue el caminar del profeta, sino también de el de las personas que se cruzan en su camino. Para ello, tenemos actuaciones sobrias, diálogos simples, minimalismo en una cuidada cinematografía en blanco y negro, que le da a la cinta en conjunto un tinte atemporal y dramático.
Pocas veces vemos el México rural como un universo cerrado en la pantalla grande. Siempre hay influencias externas que modifican las dinámicas internas. En esta cinta, a pesar de que el supuesto profeta viene de fuera, todo lo que pasa es interno, sucede en familia, “entre nosotros” diríamos. Una mirada a la comunidad como un todo, que subraya el hecho de que conoces bien y de modo íntimo aquello que te perturba.
Una crónica del misterio de la sanación, de la creencia en los milagros, de la fe y de todo aquello que la rodea. La historia de un pueblo del que no puedes escapar, una realidad cíclica que donde comienza, acaba y viceversa.
País: México
Dirección: Arellano; Bernardo
Guión: Arellano; Bernardo
Producción: Arellano; Bernardo, Aguilar; Damián
Fotografía: Aguilar; Damián
Sonido: Córdova; Paola
Música: Arellano; Darío
Reparto:Pérez Garnica; Ángel, Sangermani; Sky, Martínez Gómez; Mariela, Vergara; Fabricio, Galván Lagunes; Jesús
Dirección de Arte: Hernández; Azucena, Alejandre; Talia