Por José de Jesús Chávez Martínez

Con la reciente partida en diciembre de 2022 del que para muchos (me incluyo entre ellos) ha sido el mejor futbolista de todos los tiempos, Netflix produce y presenta este documental que describe la vida de un extraordinario deportista y revela varios datos que poco se toman en cuenta o que muchos desconocen para definir a una personalidad de este calibre: su vida personal, su relación con el poder político y el impacto social en su país y en el mundo.

El relato refiere a la difícil infancia del astro brasileño Edson Arantes Do Nascimento, mejor conocido como “Pelé” y más adelante simplemente como “El Rey” (“O Rei” en portugués), en sus inicios jugando al futbol como empiezan muchas estrellas provenientes de entornos pobres y pateando una pelota en la calle, en el barrio bajo. En su adolescencia, Pelé llega a probarse con el equipo Santos F. C. y casi de inmediato comienza su leyenda en torneos nacionales y copas interclubes en Sudamérica y Europa, sorprendiendo con su estilo de juego muy completo, quizá único en la historia de ese deporte.

Esta cinta incluye una entrevista con el propio Rey ya en tiempos más recientes y con avanzada edad, en la que recuerda varios pasajes con el Santos, campeón sudamericano e intercontinental, y con la selección brasileña, con la que ganó tres copas del mundo. Pelé recuerda en sus testimonios cómo él veía a Brasil, pues no sabía que existían otros países y lo único que buscaba era seguir la misma carrera de su padre, también futbolista, aunque también tuvo que trabajar desde pequeño boleando zapatos, lo que lo hizo dudar y ni siquiera pensar en convertirse en un gran jugador.

Sin embargo, ya como integrante del Santos, Pelé rápidamente muestra el enorme talento que lo caracterizó y es convocado a la selección nacional para participar en la Copa del Mundo den Suecia 1958, donde comienza la explosión de una gran figura del deporte y personalidad mundial. Aún sin cumplir los 18 años junto con su equipo gana la copa y adquiere notoriedad absoluta, con una carrera que le significaría más logros que pocos (o más bien nadie) han podido alcanzar.

Dicha explosión significó muchas cosas para Brasil, explicadas por palaras de otros entrevistados. Por ejemplo, el periodista y amigo del fenómeno, Juca Kfouri, declara que, al ganar el Mundial del ‘58 en Suecia, “Pelé transforma la autoestima del brasileño. Simbólicamente, no es poca cosa”. El legendario cantante Gilberto Gil por su parte indica que, luego de ese triunfo, El Rey “fue considerado un monarca para los negros, los blancos, los mestizos, todos… se convirtió en un símbolo de la emancipación brasileña”. Y para la política Benedita Da Silva, Pelé “se convirtió en la imagen más prometedora de un chico negro y pobre”.

Cuando el Rey es entrevistado ya en su ancianidad, da la impresión de no querer más que explicar, sin aún entenderlo del todo, el gran peso social y cultural que contrajo con la fama. Todos lo buscaban y todos lo querían, los políticos de su país entonces recurrían a él para llevar agua a su molino, el agua que Pelé había logrado recopilar con su talento. Y se dejó llevar porque no tenía alternativa. El entonces presidente de su país, Médici, era un dictador y un asesino, y sin embargo fue a recibir personalmente sus felicitaciones, lo cual siempre ha sido causa de polémicas.

Ese lado oscuro del astro es explicado por algunos compañeros de generación y periodistas entrevistados para el documental. Ya en los 60’s, Brasil entraba en una situación de progreso e industrialización en la que, según esta película, Pelé se convertiría en un protagonista gracias a su fama acrecentada con la aparición de la televisión: salía en todas partes, sobre todo en comerciales de diversos productos y servicios (un café llevaba su nombre). Pero en esta década se dio una agitación política entre izquierdas y derechas que culminó con el golpe de estado para derrocar al presidente socialista Goulart, ante el riesgo infundado de que Brasil se podría volverse comunista. Gilberto Gil explica que había un proyecto desde los Estados Unidos para impulsar dictaduras en Latinoamérica y así evitar el avance de la influencia soviética en el continente.

Para el Rey, el futbol continuó igual con la dictadura de Emilio Garrastazu Médici, se casó y la unión con su primera esposa no fue fácil por la fama y las infidelidades que O Rei reconoce y que, afirma, también sabía su cónyuge. Luego del triunfo en el Campeonato del Mundo en México 1970, Pelé es invitado por el presidente para recibir felicitaciones, lo cual fue mal visto por muchos en ese entonces. Su compañero Paulo Cézar Lima esgrime en un testimonio: “Yo amo a Pelé, pero no puedo dejar de criticarlo. Yo opinaba que su comportamiento era el de un negro sumiso, que acepta cualquier cosa, que no contesta, que no critica, que no juzga. Es una de las críticas que mantengo hasta hoy, porque una opinión de él relacionada con eso impactaría mucho, principalmente en Brasil”.

El ya citado periodista Kfouri, por su parte aclara al respecto esta actitud de Pelé: “Él no podía, siendo quien era, darle la espalda a quien, en últimas, era el Presidente de la República. Y podrían decir ‘Mohammed Alí fue diferente’. En efecto lo fue. Yo aplaudo a Mohammed Alí. Pero Alí sabia que ir preso por deserción (en la guerra de Vietnam) no corría el menor riesgo de ser maltratado o torturado. Pelé no tenía esa garantía. Las dictaduras son dictaduras. Quien las vivió sabe cómo se siente”.

Y “El Rey” termina este debate diciendo que “yo tengo la absoluta certeza de que ayudé mucho más a Brasil con mi futbol, con mi manera de vivir, que muchos políticos que trabajan y viven de eso”.

Este documental, entonces, muestra las dos caras de la moneda del máximo exponente que ha dado el balompié mundial. Una cinta que, según el periodista Ricardo de Querol (del periódico “El País”), expone “el mejor Brasil que recuerda el futbol, el de Pelé, con el peor Brasil que se ha sufrido en política” (aunque Bolsonaro se empeñó en superarlo), “el de la dictadura militar nacida del golpe en 1964 y que duró dos décadas”. Conviene verlo por eso y por su hechura, obra de un acertado montaje que constantemente va de un lado a otro: del carisma futbolístico y personal de “El Rey” al del Brasil azotado por el sanguinario régimen de Médici.

Todo se documenta muy bien con personajes claves cercanos y conocedores de Edson Arantes, que por alguna razón son presentados literalmente en claroscuros desde algún rincón de sus hogares, oficinas y sitios de trabajo; y un viejo Pelé pero con mucha lucidez y convicción en sus respuestas, incluso con lágrimas. Buena opción para conocer a O Rei, disponible en Netflix.

Título original: Pelé. País: Reino Unido. Año: 2021. Dirección y producción: David Tryhorn, Ben Nicholas. Productor ejecutivo: Kevin MacDonald. Edición: Matteo Bini, Andrew Hewitt, Julian Hart. Música: Antonio Pinto, Gabriel Ferreira y Felipe Kim. Fotografía: Michael Latham. Archivo: Dean Walsh, Antonio Venancio. Compañías: Pitch International. Distribuidora: Netflix.

Por José de Jesús Chávez Martínez

Comunicólogo egresado de la UAM Xochimilco. Profesor investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Occidente Unidad Culiacán, con las líneas comunicación y educación, y el cine como dispositivo didáctico, de las cuales se han desprendido diversos artículos científicos y tres libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Desde 2021 es colaborador de correcamara.com