Por Manuel Cruz Cruz
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Los electroshocks de “Berberian Film Studio: La inquisición del sonido” continúan en mi piel al escribir este texto. Ahora recuerdo que todo empezó con “La llegada del tren a la estación”, el corto de los hermanos Lumière y su legendario estreno, donde el público huyó en medio del horror. Fue quizás el primer momento donde la ficción y la realidad se encontraron, amenazando con distorsionar cualquier idea de sentido común, orden y seguridad. Los Lumière descubrieron que el cine —y la realización del cine— se fundamenta en crear una experiencia, a veces mediante trucos y engaños, muy lejos de lo usual en la vida. Lo mismo ocurrió con Mèllies y su “Viaje a la Luna”, y Orson Welles en su laberinto cinematográfico, “F For Fake”.
Es una experiencia lo que ocurre en la mirada de Gilderoy (Toby Jones) un inglés calvo, tímido y bajito, cuyos avanzados conocimientos de sonido lo dejan en la puerta del Berberian Sound Studio, un gran espacio de post-producción fílmica donde se realiza una cinta de horror. El tema: brujas, sangre, gritos y violación. Y es divertido pensar que —al menos en esa época— el sonido una cabeza destrozada se hacía cortando una lechuga frente al micrófono, una caída brutal arrojando tuétano al suelo, etc.
Son la clase de trucos que dan risas incrédulas primero e intriga después. Conforme el apetito destructivo de la cinta aumenta, también la percepción de realidad en Gilderoy… sin embargo, aquí no saldrá ningún muerto viviente. Esta película, al igual que “Suspiria” de Dario Argento, no se trata de los monstruos en el closet, pero el closet mismo: una atmósfera en cambio constante que dificulta su lugar en la realidad, y lo vuelve más perverso.
Como el tren de los Lumière, saliendo de la pantalla y asesinado a sus espectadores.
Dado que “Berberian Film Studio: La inquisición del sonido” tiene al sonido como tema, afortunadamente SUENA. Cada paso, palabra y puerta abierta esta apenas un nivel arriba de la percepción usual – por no mencionar los increíbles efectos sonoros de Gilderoy – En combinación con una fotografía de planos cerrados, nace una sensación de claustrofobia desde el principio. Toby Jones da una actuación increíble, al igual que el reparto italiano acompañándole.
Hoy en día, es común entrar a un Blockbuster y encontrar citas como “Increíble, Extraordinaria, Muchos pulgares arriba y la Mejor película del año”, en las portadas de los DVDs. Todas esas frases encuentran su lugar aquí: prepárate para estar al borde de tu asiento y buscar aire entre muchos giros y sorpresas. A algunos quizás les interese usar orejeras y tapabocas antes de dormir en la noche. Sus pesadillas podrían ser ruidosas.
Cines: Cineteca Nacional, Cinépolis, Cinemex, Cine Tonalá y Cinemanía.
Berberian Sound Studio: La inquisición del sonido
(Berberian Sound Studio, Gran Bretaña, 2012, 92 mins.)
Director: Peter Strickland. Guión: Peter Strickland. Nicholas D. Knowland. Música: Broadcast. Con: Toby Jones (Gilderoy), Tonia Sotiropoulou (Elena), Cosimo Fusco (Francesco), Susanna Cappellaro (Veronica), Chiara D’Anna (Elisa), Fatma Mohamed (Silvia), Antonio Mancino (Santini), Eugenia Caruso (Claudia), Jozef Cseres (Massimo) . Productor: Mary Burke, Keith Griffiths. Distribuidora: Interior 13 Cine. Clasificación: B.
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