Por Hugo Lara Chávez
“La chica danesa”( The Danish Girl, 2015) está inspirada en la historia real de Lily Elbe, nacido Einar Mogens Wegener, quien fue el primer hombre que se realizó una operación de cambio de sexo. El filme es dirigido por el británico Tom Hooper (“El discurso del rey”, 2010, “Los miserables”, 2012) apoyado por las solventes actuaciones de Eddie Redmayne y Alicia Vikander, así como por la música de Alexandre Desplat. Obutvo cuatro nominaciones al Oscar: mejor actor; actriz de reparto; diseño de producción y vestuario, y llega a las salas mexicanas este 15 de enero.
La película está basada en la novela de David Ebershoff, adaptada por Lucinda Coxon. En su arranque, narra la relación amorosa y bohemia situada en Copenhague en la década de los veintes del siglo pasado, entre Einar (Redmayne) y su esposa Gerda (Vikander), pintora que está a un paso de lograr el reconocimiento. Para culminar el retrato de una bailarina, ella le pide a Einar que pose con las medias y zapatillas de su modelo. Sin saberlo, esto despierta en él la sensualidad femenina que lleva guardada toda su vida. En lo que al principio es un juego entre la pareja, Einar comienza a usar ropa de mujer y, solapado por su esposa, asiste a fiestas bajo la identidad de Lily. Además, Gerda empieza a usarlo como su modelo femenino, despertando gran interés entre los galeristas y compradores. Sin embargo, la personalidad de Lily termina por sepultar completamente a Einar, quien renuncia a regresar a su condición masculina.
El tema de la diversidad sexual es un asunto de gran actualidad que Hollywood no ha pasado por alto y que se ha hecho presente en otros filmes recientes, incluido , “Carol” (Todd Haynes, 2015), también con varias postulaciones a los Globos de Oro. En “La chica danesa” se da pie a una trama cargada en la fuerza del personaje central, Einar-Lily, que encarna con solvencia el joven actor Redmayne, ganador del Oscar el año pasado por su interpretación como Stephen Hawking en “La teoría del todo” (The Theory of Everything”, 2014).
Asimismo, la aportación de Alicia Vikander (doblemente nominada a los Globos de Oro por su papel en la estupenda “Ex-Machina”) es muy valiosa puesto que permite balancear el conflicto de la pareja, a través del extraño dilema al que se enfrenta su personaje: apoyar o no a su esposo en su cambio de identidad y de sexo. En suma, se trata de una historia de amor anticonvencional.
La película está realizada con vistosos recursos de producción en lo relativo a la ambientación, los vestuarios, la fotografía y la música. Hay un trabajo casi irreprochable en cuanto a la reconstrucción de época (retratando el pleno modernismo europeo y sus vanguardias; las convivencias bohemias, etcétera) así como una fina dirección artística.
En cuanto a la narración, el director elige un camino demasiado convencional, con un tramo intermedio que se siente largo y que desemboca en el melodrama facilón: el retrato de la transformación sexual que ocurre paulatinamente, de manera lineal, hasta la tragedia. Y no es que esto falsifique la realidad, pero la elección creativa que toma el director parece la más simple.
“La chica danesa” es un filme con todas las características para gustar a los jurados de los premios y a la Academia. No es difícil imaginarla entre las candidatas a algunas categorías a los próximos Oscar.