Por: Ali López
A mediados del siglo XX en la costa oeste de los Estados Unidos un hombre blanco y una mujer afrodescendiente son pareja. Ella está embarazada y él adquiere un terreno para construir su casa; deciden ir a la capital del país para contraer matrimonio. Un día la policía irrumpe en su casa y los encarcela, a pesar de estar legalmente casados, en ese condado les está prohibido estar juntos. Richard y Mildred Loving (Joel Edgerton y Ruth Negga), tendrán que luchar contra la segregación, los prejuicios y las leyes para realizar un simple acto: amarse.
“Loving” (Jeff Nichols|USA-UK|2016) es una cinta plenamente romántica, pero para nada melodramática, cursi o melosa; al contrario, en su explosión más intensa de amor se vuelve cruda, gris y amarga. No sólo habla de amor entre un hombre y una mujer, sino del amor al prójimo, a la sociedad que los rodea y al mundo venidero. Los actos que se realizan son por amor, o por falta de éste. Así, en el título lleva el pesar, más no la penitencia; pues la cinta resulta enternecedora, brillante, y apabullante; dejando en quien la mira un dulce amargo sabor de boca.
Basada en una historia real, la película toma elementos contextuales de la política de la época; pero no profundiza, ni elabora una subtrama con esto. Lo que sucede en tribunales, constituciones y mentes de policías retrogradas queda poco expuesto, pues, lo que importa, y lo señalo nuevamente, es el amor. Lo ajeno pasa siempre a segundo plano, se puede vivir con eso.
Otro aspecto que es importante para evitar tecnicismos o explicaciones jurídicas, es inmiscuirnos en la ignorancia de dos personas que sólo buscan estar juntas. Incomprensible y ridículo se vuelve el supuesto delito que cometen, pues a los ojos de la supuesta razón todo es claro, pero en su llana y simple exposición vemos las falacias cívicas, y meramente racionales, que estos supuestos evolucionados entonan. Resalta lo humano y sólo roza con lo mundano; de lo político se habla, pero poco, simples cameos de Bobby Kennedy y Martin Luther King, pues como lo he dicho, el amor es el protagonista, y sobre este, el eje donde todo gira.
Las figuras de poder juegan un papel reacio que crítica no sólo las posturas de aquella época, sino las actuales. Pues los otros sujetos, los que ejemplifican la otredad, siguen extiendo; han cambiado de parecer pero continúan vigentes. Primero fueron los afroamericanos, después la comunidad LGBT, y ahora los migrantes y latinodescendientes; siempre hay a quién culpar y por quién preocuparse. Afortunadamente la cinta tampoco cae en el concepto de la gente blanca como encarnación del mal, pues la misma historia, y por eso vale tanto la pena, no lo permite; su fin es la convivencia. El humano, humano es.
Además de su maravillosa historia, e impecable profundidad social, “Loving” brilla por su gran manufactura; con una fotografía que no sólo evoca a la época, sino que expone mucho de las sensaciones humanas que suceden en pantalla. Además de muy dignas actuaciones, de cada uno de los personajes que salen en pantalla, sobresaliendo la de Edgerton, que, a pesar de su físico, logra crear un hombre lo mismo sensible que reacio, entrañable y sobrecogedor. Negga, por su parte, hace de la Sra. Loving una mujer fuerte y determinada, que logra expresar con su mirada mucho de lo que sucede dentro y fuera de ella.
Una película importante para los tiempos que se avecinan, y que, para fortuna, logra poner los puntos sobre las ies, y mucho dolor en las yagas, a situaciones tan comunes y dolorosas. Sin embargo, y también por fortuna, la cinta es esperanzadora, amorosa y capaz de iluminar una zona oscura de la sociedad contemporánea. Pues al final, el amor que tomas es igual al amor que creas.