Por Matías Mora Montero
“Olvidar es pecado,” dice Socorro con enojo, con grito de exclamación, siempre en protesta. Socorro perdió a su hermano durante la tragedia del 68 y su búsqueda por justicia, diluida en alcohol, quema y dolor, nunca ha cesado. La ha atormentado hasta que, por fin, a su edad de adulta mayor, una pista la lleva a encontrar al militar que pudo haber sido el culpable de la muerte de su hermano. Este hecho es el arranque de un absurdo plan de venganza que la aclamada ópera prima de Pierre Saint-Martin, “No Nos Moverán”, nos hace seguir manteniendo a la memoria en alto. Nominada a 15 premios Ariel, la película protagonizada por Luisa Huertas, acompañada de la canción “La noche total” de Belafonte y con sabor chilango reminiscente a los claroscuros de “Güeros” (Ruizpalacios, 2014) y “Temporada de patos” (Eimbcke, 2004), muestra que Tlatelolco sigue siendo campo de batalla. Se batalla en la escucha, en el recuerdo, en la sed por una justicia que, en este país, es una cosa improbable, puesto que te conduce a callejones sin salida o a vicios peligrosos de violencia. Acá todo es desmadre, así se habita, en la ciudad de sueños de palomas y heridas lamidas. Belafonte canta: “Calendarios en el más allá. Si miras para atrás, recordarás”, bueno, en “No nos moverán” se percibe el cómo, por nuestra historia, por esta sangre aún manchada sobre los decaídos complejos habitacionales, miramos para atrás, recordamos, nos perdemos un poco de lo que es mirar al frente, hacia adelante. Es una película que, por una serie de razones, más allá de lo aclamada y nominada que está, vale mucho la pena ver en una sala de cine, donde su forma nos envuelve en las calles que nos esperan cuando la sala encienda su luz y nos invite a salir, cambiados, conscientes, buscando a dónde apunta la Diana cazadora.
Por esto mismo, fue un gusto enorme tener la oportunidad de platicar con su director, Pierre Saint-Martin. Conversamos del origen de la idea de la película, de la presencia de Belafonte, de los procesos de deshumanización dentro del complejo militar mexicano y más. Fue, para una primera entrevista de mi parte, una experiencia muy agradable, fluida y en donde se desenvuelven más razones de por qué esparcir la palabra sobre esta película, que tanto nos busca y qu,e de más de una forma, tanto buscamos. Escribo estas líneas con el corazón palpitando en susto, mis ojos están alerta, mis pies inseguros se sacuden: un pequeño temblor acaba de azotar la Ciudad. Pinche DF, como le gusta espantar.
Matías – Mucho gusto Pierre. La trama de la película se basa en una historia familiar, real, personal. Para ti, ¿cómo fue el proceso de adaptar esta anécdota familiar a un guion y hacerlo en colaboración con Iker Compeán Leroux?
Pierre – Tenía pensado escribir un cortometraje para el 50 aniversario del 2 de octubre del 68, en el 2018. Comencé a tener esta idea de una mujer que cuidaba a un militar, un adulto mayor, siendo ella también adulta mayor, y que no le cobraba, pero que no lo trataba bien. Es decir, se hacía cargo de él y tenía que ver con que ella quería estar cerca y pues, ver morir a la persona… Ya luego empecé a escribir un argumento, que le enseñé a Paula Markovitch. Muy gentil, lo leyó y me dio unos consejos al respecto, sobre todo, en el sentido de que tenía que ser más biográfico. Le hablé acerca de mi madre y me dijo “pues tiene que ser sobre tu madre”. Porque yo decía que era una cosa sobre mi tío, pero me insistió “No, es sobre tu madre” y yo dije “Bueno, pues puede ser”. Empecé a meterle más importancia al personaje y menos al suceso, digamos, al motivo de la venganza y así se fue relacionando poco a poco con la situación familiar. Reescribí el argumento, se lo pasé a Iker y aunque el argumento tenía cosas cómicas, el primer tratamiento de Iker era casi una comedia absoluta. Lo empecé a leer y me cagó, la neta, hasta que lo seguí leyendo y me empezó a dar risa, porque tenía relación con la personalidad de mi madre, algo de lo que él se dio cuenta. De ahí que quisimos que todo estuviera un poco más sobre el absurdo.
Matías – Cuéntame un poco de lo que hiciste para que estuviera más balanceada la historia…
Pierre – Estuvimos escribiendo, siempre tomando en consideración que nuestra brújula era mi madre. O sea, qué haría ella y qué no haría ella. ¿Qué cosas le cagarían? ¿Qué cosas le gustarían? Y como había muchas cosas biográficas, pues yo tenía más o menos conocimiento de esto. Lo que más nos costó trabajo fue escribir la trama de la investigación, de cosas que nosotros no sabíamos. Tuvimos que investigar y eso fue algo que nos tomó un tiempo.
Matías – Justo a partir de la figura de tu madre, del proceso con la actriz y del aporte que una actriz puede traer al personaje, ¿cómo fue la construcción de Socorro que tuviste como director y con Luisa Huertas como actriz?
Pierre – Con Luisa fue muy sencillo, porque cuando tú trabajas con una actriz como Luisa Huertas, trabajas con una colaboradora, con una artista. Ella siempre tuvo muchos comentarios y notas al respecto del guion, de las cosas que pasaban y, mayormente, comentaba y todo me parecía muy positivo. El trabajo de mesa que hicimos Luisa y yo fue muy importante, porque me ayudó mucho a ilusionar. Aparte, ella había sido militante en el movimiento del 68, lo que también me ayudó, me dio paz respecto a lo que yo había puesto –aunque el personaje de Socorro no es militante–, y a entender el respeto con lo que estábamos haciendo. Y como mencioné, el trabajo con ella fue muy fácil, cuando estábamos en el set, la verdad era verla bailar-actuar, era disfrutarla. Hay muy poco que hacer cuando tienes una actriz como ella y con los actores que tuve. Creo que fue un trabajo más de dirección de casting, que hice con Luis Maya, que es mi director de casting, lo mismo que escribir el guion con Iker Compeán, así como el diseño de los personajes y la puesta en escena, que también lo hice muy de la mano con César Gutiérrez, mi fotógrafo.
Matías – Algo que para mí destacó muchísimo en la película es todo el trabajo de sonido, que sirve no sólo para hablarnos de las condiciones del personaje, sino también para hablar de la memoria y poder situar la película en Tlatelolco y en ese sentido proyectar que el 68 sigue ocurriendo a través del sonido. ¿Nos podrías platicar un poco de lo que fue el trabajo de sonido?
Pierre – Te agradezco mucho que te hayas dado cuenta de ese detalle, porque de los procesos más largos que tuvo la película uno fue la escritura del guion, que duró como un año y cacho y con la reescritura como dos años y cacho, y el segundo proceso más largo fue la postproducción de sonido, que fueron seis meses. De toda la gente, a las únicas personas que les advertí que iba a ser una chinga fue a los de sonido, porque yo tenía pensado desde antes, desde el guion, toda una cuestión sonora: del oído, de los recuerdos… Siento que el sonido es lo que nos ayuda a envolvernos en la subjetividad. Sí, la imagen, pero siento que es mucho más potente el sonido en ese sentido. De hecho, hasta los puse a trabajar antes de que estuviera listo el primer corte para que entendieran de qué iba. Me dijeron “va a ser minucioso”, y así fue porque para mí es una de las partes más importantes. Dicen que es 50-50, estoy de acuerdo, pues la imagen es una parte importante y la otra es el todo el trabajo que hicieron Alejandro Díaz, Daniel Rojo y César González, que fue el que hizo la mezcla. Ellos lo pueden decir perfectamente, hicimos una plática con Alex Otaola, que es el músico, pero que también se involucró en el diseño sonoro.
Matías – Creo que es una película que llega en un momento muy adecuado, porque lo que continuamos viendo es un proceso de militarización preocupante y con acontecimientos recientes como lo que pasó en el Foro Alicia. ¿Tú sientes que es una película que llega como advertencia-recordatorio?
Pierre – Bueno, yo no pensaría que es un recordatorio en ese sentido, como de “cuidado con los militares”, un poco lo contrario. Para mí el recordatorio es que los militares son humanos, personas como tú y como yo, que viven un proceso que los deshumaniza. Eso es más bien la conversación que nosotros queremos establecer. Lo que se trata es de comprender que esas personas muchas veces no están haciendo lo que quieren y muchas veces también sufren, y si nosotros empezamos a hablar acerca de eso tenemos más posibilidades de cambiar ese circuito, en vez de antagonizar contra ellos, porque como bien dices hay muy buenas razones para antagonizar y la gente que los odia lo puede entender. Quiero traer la memoria histórica, no desde el antagonismo, sino decir cómo pasó esto y quiénes están involucrados y escuchar cada una de las partes, lo cual no va a justificar nada. Hay que responsabilizarse de los actos, sin duda alguna, pero de eso a, digamos, sistematizar el antagonismo contra otras personas, no.
Comprendiéndonos mejor tenemos mejores formas de acudir a una solución, en vez de decir hay gente mala y hay gente buena, la gente mala es la que dispara y la gente buena es la que recibe los disparos. Además, ¿qué tan cerca podríamos estar nosotros de poder realizar esas mismas acciones? Siento que nos hemos vuelto más fascistas, porque o es nuestra opinión o están mal y si están mal entonces merecen ser aniquilados, destruidos. Ahora tenemos una fuerte dosis de fascismo y de xenofobia, porque estamos seguros de que si nos quitan cosas nuestras es lo peor que nos puede pasar y eso, creo, activa muchas situaciones que no queremos nosotros representar y que las representamos sin darnos cuenta, porque no nos estamos fijando en cómo nos estamos pareciendo a los sujetos que nosotros juzgábamos y reprobábamos.
Matías – Por último, te quería preguntar sobre la colaboración con Belafonte Sensacional, porque creo que es una banda muy chida, que también está contribuyendo mucho a esta nueva ola de artistas mexicanos.Tú cómo ves la forma cómo se está moviendo el arte en la ciudad y este tipo de relaciones entre el cine y la música, porque lo que lograron Belafonte y “No nos moverán”, a mí me encanta.
Pierre – Te agradezco mucho que pusieras atención a eso… Conocí a Israel porque yo quería poner una canción en la película, donde está borracho Jorge, con el dolor del pasado y siempre tiene que ser de rock. Pero conseguir una canción de rock es un desmadre, pasamos por Soda Stéreo y cosas imposibles de conseguir. Entonces Alex Otola me dijo “oye, ¿ya escuchaste a Belafonte Sensacional?, creo que te puede servir y yo conozco a Israel”. Entonces, escuché “La noche total” (del álbum “Soy piedra”), flipé y dije “no mames, qué pinche rolón, está poca madre”, pero no tenía lana para pagarla, había gastado todo el dinero. Alex me pasó su teléfono, le hablé a Israel y le dije: “mira, me vas a disculpar el exceso de confianza, pero quiero pedir que me regales tu canción, porque no te la puedo pagar y no te la puedo pedir prestada. Necesito que me la regales para la película, te la pido como un favor”. Le conté la historia, le gustó y dijo “okey” y eso es lo que es Israel/Belafonte. Y ahora que estás mencionando la colaboración, la extendimos para la promoción de la película. Ellos están haciendo su nuevo álbum (“Llamas, Llamas, Llamas”) y yo le dije “¿por qué no hacemos un mix de la salida de la película con la salida de Llamas Llamas?” Incluimos a Socorro y resultó un docu-musical, videoclip, un Happening…”. Lo hicimos, le encantó y ha tenido una gran respuesta. Lo hicimos por parte de Pimienta y los de Desde abajo Ccine, para tratar de hacer los crossovers, hacer estas mezclas de interdisciplinas, para hablar de algo que no es particularmente el disco y no es particularmente la película, sino de los temas que tenemos en común. Y eso es lo que creo que se está haciendo cada vez más y creo que luego tiene algo que ver con las redes sociales, porque la idea surgió un poco en concepto de las redes y lo veo muy bien y lo veo muy chido, la verdad.
Matías – Pues muchas gracias Pierre, es una película increíble y la cosa es seguir pasando la voz para que más gente la vea, porque yo creo que vale toda la pena, y sobre todo verla en el cine. Entonces, muchísimas gracias.
Pierre – Muchas gracias por el tiempo y sí, la verdad, no solamente lo que escriban ustedes en el artículo, sino todo lo que pueden escribir, el de boca a boca… Eso nos va a ayudar a que la película llegue a más personas.
“No Nos Moverán” está ahora en cines de todo el país, vayan a verla, salgan a caminar por sus calles, hagan del olvido memoria y escuchen “Llamas, Llamas, Llamas”, que quemar es vida.