Por José de Jesús Chávez Martínez
Esta miniserie con un buen elenco y ambientada en el legendario parque de Yosemite en California, plantea una trama tan compleja como el bosque que sirve de escenario, pero a la vez tan simple si la comparamos con otras series. Es decir, a pesar de contar con algunos aspectos relevantes, “Indomable” ofrece en sus seis episodios más de lo mismo. Así, tenemos problemas existenciales, de pareja, de paternidad y maternidad, de justicia, divorcios, familia, drogadicción y narcotráfico, y algunos más que se pueden ir sumando.
Kyle Turner (Eric Bana) es un experimentado agente especial, miembro de la unidad de investigación del Servicio de Parques Nacionales, que arrastra la lamentable pérdida de su pequeño y único hijo, lo que lo ha vuelto insoportablemente amargado y casi antisocial. En ese sentido, Bana hace una buena actuación, con una actitud de su personaje entre indiferente y preocupada, con melancolía que sabe esconder muy bien. Tiene dos compañeros de trabajo, Naya Vásquez (Lily Santiago) y Bruce Milch (William Smillie), que batallan por interactuar con él cuando el relato inicia de manera abrupta y terrible:
Dos alpinistas escalan una pendiente del peñón llamado “El Capitán”, cuando de repente cae sobre ellos el cuerpo de una joven que se golpea contra las rocas y se desploma hacia el vacío, dejando en vilo a los excursionistas. Esto quizá sea lo más impactante y relevante de toda la serie, pues es lo que desencadena la investigación para esclarecer esta muerte y comprobar si se trata de un homicidio, ya que la chica, llamada Lucy Cook (la convincente y novel Ezra Franky), presenta una herida de bala y desgarramientos aparentemente causados por zarpazos. Turner entonces se decide a hacer justicia a como dé lugar.
Aquí entran en escena otros personajes que dan cierto interés y tratan de justificar enredos y prolongaciones de la trama. Por ejemplo, la ex esposa de Turner, Jill (Rosemarie DeWitt), dedicada a las bienes raíces y que aparentemente no ha dejado de amarlo aun cuando se ha casado de nuevo; el jefe de guardabosques Paul Souter (Sam Neill) que se mantiene ciertamente al margen aconsejando a Eric para que tome con calma el asunto; y Naya, que es una mexicoamericana recién llegada de Los Ángeles.
Con el tiempo, Naya y Turner hacen buena mancuerna y logran avances en la indagación con descubrimientos como que una zona del mítico parque ha sido invadida por un nada agradable grupo de hippies que más bien son toxicómanos y tienen relación con un laboratorio de producción de drogas. También descubren que Lucy era huérfana, se fugó del hogar en Nevada al que había sido dada en adopción y llegó al campamento hippie en Yosemite, lo que sería el origen y causa de su muerte.
Así, esta serie se compone de hechos entrelazados y bastantes personajes que conducen eficientemente la intriga, sin embargo varios son de relleno, como el ex marido de Naya que intenta quitarle al hijo de ambos, el nuevo esposo de Jill, un dentista que más bien es un adorno timorato o Jay Stewart (Raoul Max Trujillo, famoso por la cinta de 2006 “Apocalypto”, de Mel Gibson), un nativo americano amigo de Turner que da cierto aire de cimentación social y de la hoy tan socorrida inclusión (claro, si hablas de bosques en Estados Unidos, tienes que aludir a los primeros pobladores de la nación); así también una amante de ocasión de Turner que trabaja en la recepción de un hotel. En resumen, son casi de telenovela. Además, el rol de Paul no está bien redondeado (injusticia para el gran Sam Neill): es un observador recurrente pero poco participante hasta que le dedican un giro de tuerca poco convincente y hasta cruel.
En contraparte tenemos precisamente la desmitificación de Yosemite como el lugar idílico donde hombre y naturaleza conviven en armonía, ya que también lo habitan delincuentes como el ex marine y villanazo Shane Maguire (Wilson Bethel) y Lawrence Hamilton (Joe Holt), el director del parque y típico líder que solo se preocupa por la imagen institucional; el mismo Yosemite que pudiera considerarse como un personaje más y es destacado por una impecable fotografía; y el inicio de la historia, con la impresionante escena de la muerte de Lucy.
Es una serie de contrastes, con intriga, buenas actuaciones (en especial de Bana) y un hilo conductor que genera interés y expectación; eso por una parte, y por otra, las acciones y personajes innecesarios, hechos que se dejan flojamente acoplados y no propiamente resueltos (no cito detalles para no anticipar de más), y alguna que otra escena disneyana, como la de los venados y el caballo de Naya.
“Indomable” cumple con su objetivo de entretener, se aprecia el esfuerzo y el riesgo que toma Bana como uno de los productores ejecutivos, y se instala dentro del numeroso grupo de series y miniseries cuya misión también es sostener la industria del streaming. No pierden tiempo en verla si es que deciden pasar un rato agradable, pero si buscan algo más o algo diferente, no encontrarán mucho. Está en Netflix y es de reciente estreno.
Título original: Untamed. Año: 2025. País: Estados Unidos. Dirección: Thomas Bezucha, Neasa Hardiman y Nick Murphy. Guion: Elle Smith, Mark L. Smith. Música: Jeff Russo. Fotografía: Michael McDonough, Brendan Kuroki Uegama. Edición: Ryan Jones, Tyler Eversmann, Garret Donnelly, Debra Beth Weinfeld. Producción: Kevin Human. Productores ejecutivos: John Wells, Mark L. Smith, Elle Smith, Erin Jontow, Eric Bana, Cliff Roberts, Thomas Bezucha, Todd Black, Jason Blumenthal, Tony Shaw, Steve Tisch, Steve Lee Jones. Distribución: Netflix. Reparto: Eric Bana, Sam Neill, Rosemarie DeWitt, Lily Santiago, Wilson Bethel, William Smillie, Raoul Max Trujillo, Joe Holt, Josh Randall, Ezra Franky, Nicola Correia-Damude, Trevor Carroll.