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Por Damián Albor

Hace años, David King (interpretado por Denzel Washington) se enamoró de la música y le regalaba todo su pensamiento. Jamás le dio esa confianza al dinero y, sin embargo, ahora sólo piensa en él. El Rey David ha pasado más tiempo siendo Rey que músico, y lo lamenta. Tras esta realización, se propone recuperar el amor por la música.

“Highest to Lowest” (2025), más bien, va de lo bajo a lo alto. David, dueño de una disquera cuyos mejores años ya fueron, piensa en venderla. Una persona que, tras el ego de ser apodado “los mejores oídos del negocio”, y “King David”, en soledad se sume en profundas reflexiones sobre su pasado perdido. Ego, crisis de propósito, sermones y venganza: Denzel Washington aún brilla en sus lugares comunes.

Justo en esa crisis el hijo de David es secuestrado a cambio de una suma millonaria, o eso creía: los criminales se han confundido y han secuestrado al hijo de su chofer, Paul. Al inicio no quiere pagar; luego, sí. Pero lo que importa es lo que dicen las redes sociales, imposibles de ignorar. La gente lo endiosa por pagar el rescate, y sus cifras se van al cielo tras el escándalo. David se pregunta: ¿valió la pena la tragedia a cambio de la gloria y el dinero? Se invita al público a reflexionar, pero David no pudo escoger. La industria que conoció cambió sus reglas hace mucho tiempo, sin avisarle.

La banda sonora, de la mano de Howard Drossin, está presente casi en todo momento. Cuando serena, es jazz y orquesta, pero cuando llega su momento de brillar se vuelve música modal y pega unos bailes melódicos en piano que bien recuerdan a los trabajos de Joe Hisaishi, compositor de Studio Ghibli. Pienso en concreto en la pieza “The Chase”, ya disponible en plataformas. La música modal es característica del Jazz japonés, acercamiento que no es extraño de Drossin quien alguna vez trabajó en música para los videojuegos de Sonic.

Nos preocupa lo que dirán de nosotros. Hoy, las figuras públicas dicen menos para empatizar con más. Antes sólo te veían en el escenario; hoy, desean ver tu intimidad. Es un acto de valentía tomar el micrófono. Para David, todo vale la por visibilizar a la cultura negra en la música; un motivo que bien podemos homologar a su director Spike Lee.