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El actor venezolano Edgar Ramírez, quien esta semana presentó en su país natal “Carlos”, la película y miniserie del francés Oliver Assayas que acaba de valerle una nominación a los Emmys en Estados Unidos (tras ser también candidato a un Globo de Oro y ganar un César), aseguró que a pesar de disfrutar ahora mismo de una exitosa carrera internacional no se olvida del cine nacional y piensa volver a trabajar en Venezuela, como actor o en su próxima faceta de productor.
  

“La conexión con Venezuela está siempre, porque constantemente estoy muy pendiente de todo lo que está pasando y también estoy comenzando a producir películas, de modo que aún y cuando no esté presente como actor, estoy presente como productor. Hay proyectos que se van a confirmar pronto en el país, de los que en su momento se enterarán”, afirma Ramírez en declaraciones difundidas por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).
  

El actor, que está terminando su participación en la producción de Hollywood “Furia de titanes 2”, demuestra su conocimiento e interés sobre lo que se mueve en el cine venezolano: “Creo que hay temáticas muy interesentes que se están abordando, que hay una aproximación mucho más personal a las películas. Siento que no existe un movimiento estético específico y eso me gusta, hay mucha más variedad, más riesgo, y sobre todo muchísimo más volumen de películas de modo que creo que ya estamos bastante cerca de tener un mercado nacional importante. Es para mi un orgullo muy grande el hecho de que cada vez que me acerco a una sala de cine, hay por lo menos tres películas venezolanas en cartelera. Cuando yo comencé a hacer cine, se estrenaba una película por año, ahora se estrena un promedio de 15, y eso me parece maravilloso”.
  

Para el intérprete de “El ultimatum de Bourne”, la intervención financiera pública ha sido básica para la potenciación de la producción nacional: “Pienso que una de las cosas más importantes que tiene el cine venezolano, es justamente el apoyo del Estado, y es una de las cosas además más consistentes, es decir, independientemente de los altos y los bajos, y a pesar de lo voluble que pueda estar la situación política en el país, una de los aspectos más sólidos es el apoyo al cine nacional, y eso me parece muy importante, porque las artes tienen que estar por encima de cualquier diatriba política”.
  

“Carlos”, que llevaba proyectándose en Venezuela desde días antes de la visita de su protagonista, no será la única película de Edgar Ramírez que se vea este año en el país, ya que próximamente se estrenará la cinta que filmó en la vecina Colombia “Saluda al diablo de mi parte”.