American Visa (México-Bolivia 2005) evoca desde el título un viaje de sus protagonistas, una jornada intensa donde los personajes de esta historia son sorprendidos por el destino que los lleva de súbito a los territorios de la pasión, al que se entra sin papeles.
Mario (Demián Bichir) es un profesor de una provincia de Bolivia que busca establecerse en Estados Unidos donde estudia su hijo, lo único que le queda en el mundo. Pero su viaje desde su pueblo lo obliga a hacer una escala en La Paz, la capital, para tramitar su visa en el consulado estadounidense. Lo que en teoría será una breve espera se complica cuando le es negado el documento y decide entonces acogerse a la costosa ayuda de una red de corrupción. Con ese objeto urde un peligroso plan para conseguir el dinero.
No sólo eso modifica su camino, sino también su encuentro con una teibolera, Blanca (Kate del Castillo), que le ofrece la oportunidad de hallar a su lado lo que piensa buscar afuera.
American Visa es el tercer largometraje del director boliviano-mexicano Juan Carlos Valdivia (Jonás y la ballena rosada, 1996) si bien en términos cronológicos es el segundo que llega a las salas de exhibición. Está basada en la novela de Juan de Recacoechea y ha sido filmada en su totalidad en espléndidas locaciones bolivianas.
Miguel Cané (Milenio) afirma que Valdivia, con esta cinta, “su oficio se deja lucir. Como guionista es ágil para establecer a los personajes y llevarlos con buen ritmo hasta el clímax, donde se fractura la rapidez previa, para mostrar el auténtico conflicto del protagonista y su posible redención”.
El relato de American Visa hilvana una trama de suspenso con una historia de amor a lo largo de una espiral donde es posible encontrar muchas notas para divertirse y entretenerse, pero también para reflexionar sobre la realidad latinoamericana a partir de un tema que nos comunica: el de la ilusión de nuestros migrantes por alcanzar el sueño americano. “”¿Y por qué no se habla también del sueño boliviano?” pregunta con candor Blanca en cierta parte de la película.
A diferencia de Mario, ella piensa que es posible encontrar la felicidad en su tierra, pues su arraigo parece estar a prueba de las tentaciones foráneas, aunque para ello tenga que trabajar en lo que hace, de noche y haciendo acrobacias eróticas alrededor de un tubo, pero eso sí, ganándose la plata con honestidad, como ella misma lo asegura. Por su consistente narración, por sus valores cinematográficos, no en balde American Visa ha recibido una grata recepción de la crítica especializada y del público mexicano que la han puesto como la película nacional de este 2005 número uno en términos de espectadores por pantalla en su primer fin de semana.
En este sentido, varios comentarios destacan la buena dirección de Valdivia, la llamativa banda sonora (Intocable, Ely Guerra, Vaquero, Sergent García, Bunbury y otros) y sobre todo las actuaciones de Bichir y Del Castillo, a quien en particular su trabajo se describe con entusiasmo: “Kate hace un papel extraordinario” (Ramón Fregoso, en Azteca Radio); “En American Visa, Kate del Castillo, con su belleza y actuación, nos invita a defender las tradiciones” (José Juan Reyes, Radio 13).
En suma, quizá lo mejor de esta película radica en la posibilidad de brindar a los espectadores una alternativa diferente de entretenimiento a partir de situaciones que le son cercanas, pues como propone Lucero Solórzano Zínser (Que Tal Fernanda, Imagen 90.5, Reporte 98.5) “Todos tenemos algo que ver con American Visa “¡Hay que verla…!”.