Por Leticia Carrillo
El thriller romántico Amor, dolor y viceversa, coproducido por Lemon Films, protagonizado por Bárbara Mori y Leonardo Sbaraglia, y dirigido por el debutante Alfonso Pineda Ulloa, se estrena en México este viernes 30 de octubre con 200 copias.
En esta ocasión, platicamos con Bárbara Mori (Chelo) y Marina de Tavira (Marcela) acerca de su participación en la película, los retos que enfrentaron para interpretar a sus personajes y como es que se involucraron en el proyecto.
CORRECAMARA.COM: ¿Cómo construyeron sus personajes?
BÁRBARA MORI: Primero leí el guión muchas veces porque no era una historia muy fácil de entender a la primera y luego Alfonso Pineda y yo nos reunimos muchas veces para empezar a crear al personaje, para encontrarla y descubrirla juntos, en base al guión.
En la película hay momentos en los que ella sigue al doctor y en la vida real llegué a seguir a Leonardo, a esperarlo afuera de su casa y ya que salía con su esposa, me escondía para que no me viera, lo seguía a un restaurant y me colocaba detrás de una plantitas para tomarle fotos y que no me descubriera, de alguna manera sentí lo que siente los paparazzis.
Me empecé a meter en Chelo hasta que un día ella ya estaba dentro de mí; es un personaje tan fuerte, intenso y profundo que de repente sentía que la que miraba a través de mis ojos no era yo sino ella, ya pensaba y reaccionaba como ella. Eso me dio la pauta para decir: “ya la tengo entre mis manos”, y como actor eso te da la facilidad de que cuando estás rodando en el set, ya sabes quién es tu personaje, como reaccionaría a cualquier imprevisto, te hace desenvolverte mejor.
MARINA DE TAVIRA: En mi personaje, Marcela, era muy importante contar la relación que había con el de Leonardo Sbaraglia (doctor Ricardo Marquez). El objetivo era ver que estas dos personas tienen una relación, con sus maravillas y sus defectos pero que sobre todo es entrañable, para que después te duela lo que pasa.
CC: Bárbara ¿Te basaste en alguna experiencia personal para crear a tu personaje?
BM: No, porque yo soy muy diferente a Chelo, yo nunca me he obsesionado, hasta ahorita, por un amor.
CC: Marina, ¿cómo fue trabajar con Alfonso Pineda?
MT: Muy padre porque él es un director obsesivo que me hizo una preguntas como las de ¿qué guarda Marcela en el cajón del buró?, ¿qué piensa cuando se corta las uñas?, ¿qué shampoo usa? y luego le preguntaba lo mismo a Leonardo para ver si estábamos de acuerdo en las respuestas; con Leonardo me eché una improvisaciones maravillosas de cómo se conocieron los personajes, hubieran estado increíble que las filmarán porque quedaron increíbles.
CC: Bárbara ¿Qué fue lo que te hizo aceptar este proyecto?
BM: Yo soy una actriz difícil, me mandan muchos guiones y rechazo gran cantidad de cosas porque lo que busco y necesito, al leer el guión, es que me haga vibrar, que me haga sentir y esos fue lo que logró el de Amor, dolor y viceversa cuando lo leí por primera vez, mi cuerpo vibraba, sentía el mismo miedo de Chelo, y me dejé llevar por la historia porque estaba súper bien escrita y contada.
CC: ¿Cuál fue el mayor reto de interpretar a sus personajes?
MT: Como la estructura de la película es muy compleja, tienes que tener clarísimo de donde viene y hacia donde va tu personaje. Es muy extraño pero a la película le entiendes todo, es clarísima, pero al mismo tiempo, compleja y contada de una forma muy original.
BM: Todo, desde descubrir quién era ella hasta realizarlo y que el director, los productores y todo el que viera el trabajo dijera: “sí me gustó, sí le creo”. Todos los personajes que he hecho en mi carrera han implicado retos, el de poderlos lograr, hacerlos bien y en este caso, de la mano de Alfonso, que me llevó por muy buen camino, pudimos conseguir algo muy padre.