Por Pedro Paunero

“As the Earth Turns” (1937), cinta muda en blanco y negro, nos presenta a Julie Weston (Barbara Berjer) y Arthur Verrill (Alan Hoelting), un par de simpáticos reporteros que trabajan juntos en un diario. Cuando Julie le pide a Arthur una recomendación con el director para convertirse en “una auténtica reportera”, y dejar atrás el aburrimiento, al jefe no se le ocurre otra idea que enviarla a una estación de telégrafos porque “de vez en cuando ahí se reciben noticias interesantes”, en donde Julie, por supuesto, vuelve a aburrirse. De pronto, el operador recibe un enigmático cable en el cual un autodenominado “dictador”, anuncia que detendrá la rotación de la Tierra si el mundo no opta por el pacifismo. El operador, obviamente, echa a la basura el cable, pero Julie presiente que ahí hay una gran noticia y lo recoge. Sin embargo, cuando lleva la noticia a su jefe, este también la rechaza como una broma.  

Pronto, el misterioso “dictador”, que firma sus cables como “Pax”, pone de rodillas al mundo, amenazando con causar caos y destrucción si los países (al borde una nueva guerra en Europa), no cesan sus hostilidades. Por supuesto, las advertencias son ignoradas, por lo que Pax se entrega a ofrecer algunas muestras de su poder, provocando nevadas en julio, destruyendo las montañas de la Cordillera del Atlas (con lo cual logra verter el Mediterráneo en el desierto del Sahara, valiéndose para ello de una avanzada nave voladora, dotada de un arma de rayos destructivos), descarrilando trenes, provocando terremotos y cambiando la mismísima marcha del tiempo.

Los reporteros acuden al profesor Lionel Banks (Edwin C. Frost), de Harvard, que identifica a Pax como al “maestro de la inducción térmica y la desintegración atómica”. Pax, agrega Banks, es tan poderoso que podría ser capaz de cambiar el eje de la Tierra.   

Mientras conducen por la carretera, nuestro par de héroes reporteros localizan la nave aérea, sobrevolándolos, y Julie encuentra el sitio de aterrizaje. Al abrir la puerta metálica ve un mapa con los “vuelos de paz de la nave espacial (Pax II)”, y su lugar de origen, en la Península de Labrador, tomando nota, en una hoja de su libreta, de las coordenadas geográficas. Pero Pax aparece de entre los árboles, y secuestra a Julie. Arthur y el profesor Banks se disponen a rescatarla, valiéndose de un avión robado (en escenas que fueron filmadas en el Boeing Field, de Seattle, por cierto), siempre que Arthur ha encontrado la hoja con las coordenadas que Julie había dejado tirada. Así, vuelan a Labrador, pero el rayo destructor los derriba. Heridos, ingresan en la base secreta de Pax (interpretado por el mismo Richard Lyford) que ha mantenido a salvo a Julie. El científico loco se revela como un ex piloto de la Gran Guerra, desencantado del mundo que cuenta sus experiencias para lección de Arthur. Hay un altercado entre los recién llegados y Pax y, después de una serie de explosiones de su laboratorio, el científico puede convertirse, por fin, en un héroe al rescatar a Julie, muriendo de forma apoteósica.   

Richard Lyford, que contaba con apenas veinte años cuando filmó su mediometraje (de 45 minutos de duración), tenía en su haber más de cincuenta obras de teatro y casi una decena de películas, filmadas de forma amateur, pero plenas de efectos prácticos e ingeniosos que hoy sorprenden por lo versátiles. Para “As the Earth Turns”, igualmente se valió de varias técnicas para alcanzar su cometido: el contar una historia entretenida que, a pesar del esfuerzo, jamás salió del sótano donde trabajaba (y en el cual proyectaba sus filmes a unos cuantos escogidos), en su casa de Seattle, sino hasta ochenta años después, en que sus familiares lo descubrieron, al lado de varios otros cortos, y lo enviaron al compositor Ed Hartman, para que compusiera su banda sonora y a la productora GT Recordings, para su restauración. Lyford echa mano de material bélico de archivo, utiliza la doble y triple exposición, la disolución y varias maquetas (de trenes, de árboles, de la nave voladora), y realiza tomas de primeras planas de periódicos para acentuar su narrativa, todo con un tono de comedia entretenido que le debe mucho al serial “Flash Gordon” (Frederick Stephani, 1936) y a varios conceptos tomados de la novela “The Man Who Rocked the Earth” (1915), escrita por Arthur C. Train (prolífico autor de thriller legales y creador del abogado investigador Ephraim Tutt) y Robert W. Wood (pionero en el campo de la óptica y el uso de fotografía infrarroja y ultravioleta), que describía con realismo una explosión nuclear, treinta años antes de los sucesos narrados por Christopher Nolan en “Oppenheimer” (2023).

La película ha sido considerada como detentadora de la idea anti belicista que la película “El día que detuvieron la Tierra” (The Day the Earth Stood Still, Robert Wise, 1951) desarrollaría de una forma magistral, años después, pero se olvida que “Paris qui dort” (1925), el mediometraje vanguardista de René Clair, con su rayo paralizador, ya contenía la idea una década atrás o que la novela “Dueño del mundo” (1904), de Julio Verne, y segunda parte de “Robur, el conquistador” (1886), con su nave aérea capaz de castigar a la humanidad, lo había hecho mucho antes, como lo demuestran las muchas adaptaciones que ha tenido en el cine, como “El amo del mundo” (Master of the World, William Witney, 1961), producida por Samuel Z. Arkoff, el gran productor de cine de explotación americano.  

Lyford, con el tiempo, ingresó a la compañía Disney, en donde tuvo oportunidad de trabajar en “Pinocho” (Pinocchio, Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, Norman Ferguson, Wilfred Jackson, Bill Roberts, Jack Kinney, T. Hee, 1940) y “Fantasía” (Fantasia, James Algar, 1940), olvidándose por completo de sus afanosos trabajos caseros. “As the Earth Turns” -exhibida en más de un centenar de festivales y acreedora de varios premios- puede verse, hoy en día, como un gran esfuerzo imaginativo de un joven aspirante a cineasta. O como una simple curiosidad desfasada por el tiempo.   

Por Pedro Paunero

Pedro Paunero. Tuxpan, Veracruz, 1973. Cuentista, novelista, ensayista y crítico de cine. Pionero del Steampunk y Weird West. Colabora con diversos medios nacionales e internacionales. Votante extranjero de los Golden Globe Awards desde 2022.