Noticine.com-CorreCamara.com

“Callback”, la cuarta película del catalán Carles Torras (“Joves”, “Trash”, “Open 24 H”), ganadora de la Biznaga de Oro a mejor película, mejor actor y guión, el pasado fin de semana en el Festival de Málaga, acabó triunfando frente a otras favoritas pese a estar dialogada en inglés y narrar una historia en el reverso del sueño americano. Su protagonista es un aspirante a actor publicitario (el chileno Martín Bacigalupo) que se gana la vida como operario de mudanzas, en medio de una sociedad hostil, clasista y xenófoba, hasta llegar al total desequilibrio mental. Nuestros colegas de Noticine.com de España hablaron en exclusiva con el feliz triunfador de un certamen que ilustró la gran diversidad del cine español.

– ¿La historia de la película es totalmente inventada o se basa en algún hecho real?

De base real tiene la experiencia del actor protagonista, Martín Bacigalupo, que ha ido a muchos castings en Nueva York y recogimos algunas anécdotas de cuando fue a esas pruebas, situaciones incómodas o absurdas de esas cosas que se presentan en los castings -como por ejemplo que el que te hace la prueba no quiera darte la mano al saludar- y que son un poco humillantes. Uno tiene que buscarse una casa en Brooklyn o Harlem por lo caro que está todo. Es una sociedad la estadounidense tan segregada y competitiva, con una calidad de vida tan mala… Si eres rico y famoso es el mejor sitio del mundo. Pero hay quienes viven en ese estado de semiesclavitud legal, sobre todo hispanos y negros que trabajan a siete dólares la hora. Hay bastantes detalles que son reales. La escena del que pide dinero en el metro, contando una historia personal muy cruda, me ocurrió a mí y también nos inspiramos en ello. Se trataba de contar ese infierno que es Nueva York para tanta gente, que queríamos seguir a partir de un personaje totalmente desequilibrado… e inventado, claro.

– ¿Cómo llegaron a conocerse usted y Martín, su coguionista y protagonista?

Nos conocimos gracias a un actor, Amadis de Murga, del que ambos eramos amigos. Cuando me instalé en NY una temporada larga le llamé y nos conocimos. De ahí surgió esa amistad y las ganas de trabajar juntos. Compartíamos esta visión casi sarcástica sobre la sociedad americana. Creamos a Larry, un personaje hecho muy a la medida para Martín. Fue una aventura luego llevarme a todo el equipo… una locura. Estaba totalmente convencido de la gente que me rodeaba, de Martín y los demás, pero también era consciente de que era una película pequeña, con un presupuesto ajustado, y que nos reconozcan con la Biznaga… imagínate. Es una película muy cinematográfica, está muy cuidada y creo que es para disfrutarla en pantalla grande. Cuando una película tiene ese punto tan detallista, tan cuidada al milímetro, en una pantalla grande adquiere una mayor dimensión.

– Debió ser complicado filmar en Nueva York…

Es caro y complicado, requiere de mucha preparación. Tampoco de todas maneras es una película “low cost” en sentido estricto. Tiene un coproductor internacional, y un presupuesto de 400 000 euros. La hicimos en seis semanas, con apoyo de TV de Catalunya, y el ICEC. Rodar en Nueva York hay que buscar la forma de hacerlo. Cuando el equipo es inferior de menos de diez personas y no usas trípode no requiere permisos, por eso hay que sacar el máximo conociendo las condiciones. Hemos intentado desprendernos de todo lo que no era estrictamente necesario.

– ¿Fue uno de sus objetivos encontrar ese tono frío y distante que tiene la narración?

Totalmente, ese “tono frío y distante” es una buena forma de definirlo. Es una realidad cruda, dura y desagradable, la que rodea al personaje, y con un cierto distanciamiento respecto de los actos que comete Larry. Pensamos que el personaje podría resultar a veces repulsivo. Queríamos que el espectador no supiera cómo reaccionar ante el personaje. Borramos la frontera entre géneros. No sabes si ves una película de terror, una comedia supernegra… o como debes sentirse en cada momento. Cada espectador se relaciona con ella de una manera distinta. Y hay gente que me ha dicho ‘qué mal me lo has hecho pasar’, y otra que se ríe mucho. Hay un sentido del humor muy negro. Difuminar los géneros resulta desconcertante, pero a mucha gente es lo que más le ha fascinado. Algunos miembros del jurado me contaron que habían quedado tocados por la película. Reconozco que no es para todo el mundo. Una parte de la crítica tenía otros favoritos, pero en una edición con un nivel tan alto en Málaga, que creo que ha sido una de las más completas e interesantes, ganar el premio con una película transgresora era casi un sueño para nosotros. La gente no sabes cómo va a reaccionar. Analizamos la película microscópicamente en cada uno de los detalles. Por eso llega un momento en que pierdes la perspectiva del conjunto, y al final sólo la consigues cuando la proyectas en público. En Málaga nos hemos dado cuenta que hemos conseguido los objetivos.

– ¿Qué cree que a la postre desencadena toda la neurosis de su personaje, el contexto social en el que vive, su frustración en la espera de su “sueño americano”, la religión de la que es devoto…?

El personaje tiene varias aristas que se van conociendo poco a poco. Vamos viendo que quiere ser actor, que trabaja en una empresa de mudanzas, hasta que vamos conociendo sus caras más oscuras. Averiguamos que se averguenza de sus orígenes… No voy a desvelar toda la trama. Intenta aparentar lo que no es, y esconde un complejo de inferioridad, unos desequilibrios mentales y delirios narcisistas, que quiere ser alguien más importante. Pienso que él ha llegado creyéndose lo del sueño americano, que cada uno tiene lo que se merece. Es un fundamento de su sociedad y explica lo que te decía antes de una realidad tan diferenciada y con sueldos de miseria. Si aspiras a vivir en Manhattan lo más barato que encuentras para un apartamento de alquiler son 4000 dólares. ¿Quién se puedo permitir eso? El resto tiene que irse a vivir a un gueto. ¿Cómo no te vas a volver loco viviendo en esas condiciones y con esos sueldos? La ciudad es muy dura, hace mucho frío en invierno, y mucho calor en verano… Cuando eres lo que ellos llaman un “looser”, no es una ciudad maravillosa, tienes una vida de mierda. Eso es lo que es alienante.

– La película tiene un final abierto e incluso a veces da la sensación de que el personaje pudo haber hecho lo mismo en otro lugar antes, y que su identidad es falsa y la cambia comprando nuevos documentos falsos…

Exactamente. También eso está basado en hechos reales, la compra de papeles falsos, para buscar trabajo. Yo también me hice los papeles así, lo hace todo el mundo, y yo quería ver cómo funcionaba para usarlo. Casi diría que se hace la vista gorda ante eso. La película empieza y acaba en un casting y se cierra un círculo. Hay gente inmigrante, ilegal, que al cabo de diez o veinte años está allí atrapada, y que renuncia a ver a su familia el resto de su vida, porque no pueden salir del país dado que los de emigración les expulsarían en ese momento y no podrían regresar. Están en una especie de limbo, y he conocido a mucha gente en esa situación.  Intentan algunos casarse y así conseguir papeles. En medio de esa situación alienada, las iglesias evangélicas se han convertido en centros comunitarios. El personaje ha adquirido ahí ese conservadurismo mental, esa xenofobia. Es algo muy de acuerdo con esa mentalidad ultraconservadora de muchos estadounidenses.

– ¿Y qué opinan precisamente los estadounidenses que la han visto?

Les ha gustado mucho, la verdad. Ellos la ven desde otro punto de vista. Me gusta de la película que tiene muchas caras. Ellos me dijeron que esto es muy actual con todo lo que está pasando con Donald Trump y su idea de los muros, el que los mexicanos son ladrones, narcos y violadores, y el miedo al extranjero por parte de la ultraderecha americana, un terror al emigrante y a los lobos solitarios dispuestos a atacar a las familias americanas. Eso es muy fuerte, porque los que son muy americanos desde hace generaciones van y agarran también una escopeta y matan gente. Es un discurso delirante, en un país que genera mucho material, fascinante.

– Entonces ustedes piensan seguir explotando esta veta…

Si, Martín y yo queremos escribir otro guión que se desarrolle allá. Da para dos películas o una trilogía. Se han quedado muchas cosas en el tintero. Esta es una película enfocada a un solo personaje, pero quizás intentemos algo más ambicioso en medios y actores, con más puntos de vista.

– Creo que aún no tienen distribución comercial en España. ¿Qué futuro cree que le espera a “Callback”?

Habíamos trabajado para distribuirla en EEUU. En España es muy difícil intentar vender una película así, es difícil de conseguir distribución, pero quizás con los premios que hemos conseguido se pueda hacer. Vamos a ver lo que pasa y si llegan ofertas. Es una película independiente, que genera debate y eso es muy interesante y me hace sentirme más orgulloso que si hubiese gustado a todo el mundo. Me gusta la provocación y que provoque debates, en la línea de otras películas que han ganado festivales y son para un público cinéfilo que busca historias que no son de puro entretenimiento.