Por Carolina G, Guerrero
Noticine.com-CorreCamara.com
De la mano de los cineastas independientes Ben y Joshua Safdie, Robert Pattinson ha podido olvidarse de ser quien es en el mundo del cine. La crítica ha elogiado su interpretación en el thriller negro “Good Time”, distante un mundo del vampiro de “Crepúsculo / Twilight”, en el que da vida a un delincuente que se la juega para sacar del calabozo a su hermano, detenido tras un golpe del que él mismo pudo huir. Menos cálida fue la acogida para la segunda cinta a competición de este jueves en Cannes, “Une femme douce”, del ucraniano Sergei Loznitsa, financiada por Francia, pero cuya historia es otra aproximación a la decadencia moral en Rusia.
Los Safdie, conocidos por “Lenny and the Kids” y “Mad Love in New York”, convierten al británico Pattinson en actor, según opinaron algunos críticos tras el pase de “Good Time”, cuyo irónico título oculta el bastante mal rato que pasa su personaje, Connie, para intentar durante una noche infernal liberar a su hermano, que ha sido detenido luego de que el golpe que ambos realizaban saliera mal. Con el pelo mal teñido de rubio y aire alucinado, nuestro exEdward Cullen piensa primero en conseguir la fianza pero después considera que tal vez resulte más simple -aunque no más fácil- sacarlo de la celda a la fuerza.
“Good Time” es más un thriller medio tarantiniano, con un toque alucinado de Abel Ferrara, que la película de autor que haría salivar a los más duros críticos de Cannes, por lo que no ha generado una unamidad favorable. Sin embargo, sí que las apuestas de algunos cifran sus posibilidades en una: mejor actor para Pattinson.
Casi lo contrario podría decirse de “Une femme douce”, película sobre la realidad rusa de un ucraniano -el antes documentalista Sergei Loznitsa- producida por franceses. Aquí sí hay una clara vocación de lo antiguamente llamábamos “arte y ensayo”, a través de la historia de una mujer que recibe, devuelto por Correos, el paquete que tiempo antes envió a su marido, encarcelado en la prisión de una lejana ciudad. Ante la falta de explicaciones, decide recorrerse el país para saber qué le ha ocurrido. A lo largo de su viaje, lleno de penalidades y humillaciones, Loznitsa va describiendo una realidad muy oscura, la de un país roído por la corrupción y las bajezas morales.
El asunto es que el cineasta huye del cine social puro y duro para entregarse a algunas fantasías autorales -una larga escena onírica, por ejemplo- que desvirtuan el mensaje y lastran el resultado final de esta “Mujer suave”, donde la omnipresente actriz teatral Vasilina Makovtseva, en su debut cinematográfico, tiene oportunidades de lucimiento.
Mientras fuera del concurso David Lynch ha recibido los aplausos de sus fieles en la presentación de los dos primeros capítulos (ya emitidos en EEUU) de su secuela de “Twin Peaks”, se han conocido los primeros galardones paralelos. En la Semana de la Crítica ha habido ya el primer premio(s) para una película iberoamericana, la brasileña “Gabriel e a montanha”, de Fellipe Gamarano Barbosa. Obtenía las recompensas al film más visionario y además el de la Fundación Gan para el Cine.