Por Jean-Pierre Garcia
En exclusiva desde Cannes

Gracias al trabajo de restauración de “El Esqueleto de la Señora Morales” (1959), joya del cine mexicano, tuvimos uno de nuestros grandes momentos cinéfilos en Cannes durante el 76° Festival de Cannes. Lo sorprendente de inmediato es el sentido del humor del guionista y del director, un humor negro que enreda tanto a los protagonistas como a los espectadores.

Gloria y Pablo Morales llevan quince años casados y su matrimonio es un desastre, o más bien un infierno. La mujer es muy celosa y sus quejas, así como su puritanismo enfermizo, no dejan de molestar a Pablo. Incluso se le prohíbe disfrutar de un buen bistec con papas. El olor de la carne provoca náuseas y vómitos en la señora Morales. Besarse o hacer el amor como una pareja normal está fuera de discusión. No se trata de la opresión de la mujer, sino de la tiranía de una persona que pasa la mayor parte del tiempo en la iglesia, compartiendo largas charlas con las vecinas, casi en manos del sacerdote. Gloria finge estar enferma la mayor parte del tiempo, desmayarse es como un juego, una forma de desafiar a su esposo. Cuando Gloria intenta envenenar al águila favorita de su esposo, el único animal vivo en el universo del taxidermista, la situación empeora aún más. A pesar de que Gloria no quiere separarse, la situación empeora cada día más. Gloria se da cuenta de que su esposo se divierte con sus amigos en el bar mientras bebe una cerveza, y es feliz lejos de ella. Decide gritar frente a la ventana: “¡No me golpees, Pablo, ya basta!”, llorando fuerte y golpeándose la cara.

Estamos cansados de esta situación. Y Pablo también lo está. Al día siguiente, Pablo anuncia al cura y a sus vecinas que Gloria ha ido a Guadalajara a visitar a una tía. Sin embargo, en su laboratorio de taxidermia, Pablo conserva un esqueleto al que trata como si fuera su esposa…

“El Esqueleto de la Señora Morales”, dirigida por Rogelio A. González y escrita por Luis Alcoriza, es una joya del cine mexicano, una de las mejores películas mexicanas de comedia negra con toques de cine noir.

Inspirada en el cuento de terror “El misterio de Islington” del escritor galés Arthur Machen, Luis Alcoriza escribe la adaptación y le otorga un tono surrealista, herencia de su trabajo con Luis Buñuel durante tantos años. Alcoriza impregna a esta película de elementos ricos en estilo e ingeniosas puestas en escena. La película nos atrapa desde el primer momento, moviéndose entre el terror, el thriller, el humor y el suspenso. El propósito de Alcoriza es criticar a la clase media y sus reglas sociales maliciosas. El retrato de Gloria es terriblemente cruel: sufre de una pierna y acusa a Pablo de maltrato; su carácter puritano es manipulador y obsesivamente celoso.

Con el personaje de Gloria (encarnado por la actriz Amparo Rivelles), Luis Alcoriza y el director Rogelio A. González llevan la sátira del doble juego social, de una moral vengativa, hipócrita y corrupta a alturas muy precisas. Además, mantienen un tono muy surrealista, especialmente en el uso de los decorados, como el taller gótico con animales vestidos de paja y disfrazados para aquellos que pretenden ser cazadores, la presencia de herramientas cortantes y trituradoras. Son símbolos de muerte y sacrificios humanos, expresados a través del uso del claroscuro expresionista, lo que realza la psicología de los personajes. Otra señal muy buñueliana es el fetichismo de las piernas y los zapatos, que se puede ver en muchas películas del maestro, ya sean mexicanas o de su período francés. Se puede hacer una conexión especial con “Diario de una camarera” (Le Journal d’une femme de chambre) con Jeanne Moreau y Michel Piccoli.

Los encuadres y la dirección de fotografía (Victor Herrera), junto con el uso de planos picados y contrapicados, hablan con fuerza y terminan por significar el destino fatal de esta pareja. La crueldad de la pareja Alcoriza/González se transforma en una ironía sutil y cierta en el destino de Gloria. Ella, una mujer tan devota y santa según dicen sus amigas, se revela como posiblemente enamorada del sacerdote.

Descubrir aquí en Cannes una copia brillantemente restaurada de esta obra maestra de Rogelio González es un gran placer. Este trabajo de restauración también hace justicia al cine mexicano de la época de oro. No podemos olvidar que “El Esqueleto de la Señora Morales” es contemporánea de “Psicosis” de Alfred Hitchcock y “Peeping Tom” de Michael Powell, ambas de 1960. Al igual que sucedió en 1957, cuando la película de Fernando Méndez “El Vampiro” adelantó el rostro moderno del vampiro que años después desarrollaría Hammer en Inglaterra.

En esta película, Arturo de Córdova es brillante, y muestra su gran talento al igual que en las películas noir de Roberto Gavaldón.

Por Jean-Pierre Garcia

Jean-Pierre García es crítico e historiador de cine, fundó y dirigió el Festival Internacional de Cine de Amiens, Francia, de 1980 a 2011, que muestra cine del mundo entero y ha desarrollado un papel muy importante en lo que se refiere al apoyo a jóvenes directores de África, Asia y América Latina. Organizó varias retrospectivas y homenajes al cine mexicano y participó en el libro Luz, cámara, acción: cinefotógrafos mexicanos. En 1996, creó el Fondo de Apoyo a Desarrollo de Guiones del Festival de Amiens. Ha sido integrante y presidente de varios jurados internacionales en Europa, África, Asia y América Latina. Es experto en políticas de financiamiento y apoyos a cines del hemisferio sur.