Por Lorena Loeza 

El cine es para muchos más que entretenimiento, es escaparate de la cultura, es crónica, denuncia, documento. Los temas que se abordan están en profunda sincronía con nuestra realidad cotidiana, de otro modo no despertarían  en nosotros ni el más mínimo interés. Todas las expresiones artísticas son espejos de nuestros distintos modos de sentir, pensar y actuar. 

Esta reflexión es producto de la experiencia de haber reseñado el año pasado para el ciclo de cine y diversidad sexual del Centro de Capacitación y Apoyo Sexológico Humanista (CECASH) películas mexicanas que abordan – a veces de manera central, a veces incluyendo algunos personajes en la trama- el tema de la homosexualidad en la sociedad mexicana. Es relevante destacar que todas las cintas que conformaron el ciclo, están filmadas a partir de los años setenta, por una generación de cineastas que se apartan  de los estilos clásicos y consolidados del cine mexicano antes de esos años: el melodrama ranchero, el cine de arrabal, o comedias familiares, por mencionar algunos. Aquí solamente se mencionan aquellas que resultan ejemplos de ese estilo llamado desde entonces “nuevo cine mexicano”.

Y lo primero que hay que decir es que si hay un hilo conductor entre ellas en términos temáticos, es que todas narran el complejo entramado de las relaciones humanas. Independientemente de que se enfoquen en la problemática de la pareja homosexual, terminan tocando los elementos que existen en toda relación amorosa: ternura, pasión, desamor, desencanto. Temas como el primer amor, la sexualidad, la incomprensión de los demás, son propias de muchas formas de narrar las relaciones amorosas. 

Lo que es importante mencionar es que a conforme se avanza en la cronología de las películas, el tratamiento del personaje homosexual se aparta del estereotipo afeminado, deja de ser un personaje de comedia o parodia para ser un protagonista con matices y desarrollo dramático dentro de la trama. También es posible ver como la sentencia de “acabar mal”  producto de una conducta que carece de aprobación en los círculos más conservadores, se va diluyendo en otras circunstancias que no tienen que ver con la preferencia sexual. Hay historias de amor que terminan mal, no necesariamente porque  involucren a  personas homosexuales. 

Sin embargo, lo que sí hay que decir  en general, es que hay una marcada tendencia a filmar historias de homosexualidad masculina. Hay pocas referencias al lesbianismo y pocas películas que abordan este tipo de relación como problemática. 

Lo que si parece evidente, es que la narrativa se fue consolidando en función de estas películas consideradas pioneras, hasta llegar al punto de que uno de los directores premiados y reconocidos a nivel internacional, ganador dos veces del Teddy de Berlín – que premia al cine de temática  gay dentro del festival- es Julián Hernández, un mexicano  que además de ser un buen narrador de historias, se revela como un gran director visual. 

Otro asunto relevante, es que todas estás películas no son en modo alguno distribuidas de manera clandestina. Muchas se transmiten por televisión desde hace algunos años, estuvieron en cartelera comercial – algunas con mediano éxito taquillero- lo que habla de que éste no es tema marginal, ni clandestino, ni tabú, para el cine mexicano como sucedía hace tiempo, o como todavía sucede en algunos países. 

Algunas de las películas que conformaron el ciclo. 

•    El lugar sin límites. Arturo Ripstein. 1977. 

Basada en la novela de José Donoso, logra una de las mejores adaptaciones fílmicas del cine mexicano, donde participa el propio autor de la novela original y José Emilio Pacheco, además de Ripstein, el director. Esta combinación de talentos da como resultado un guión muy bien logrado que logra contar una historia realista, cruda y para algunos desgarradora, que muestra toda una colorida gama de emociones humanas acerca de las acepciones tradicionales alrededor del sexo, la pareja y los roles de género. 

•    Doña Herlinda y su hijo. Jaime Humberto Hermosillo. 1984 

Es una comedia erótica que aborda el asunto de la homosexualidad, pero no desde el punto de vista de la propia pareja – inmersa como suele ser en la clandestinidad y el miedo al rechazo. Aquí el foco se mueve hacia la figura de la madre, en una extraña mezcla de matriarcado y machismo que resulta muy interesante. La película puede apartarse de la sordidez y la tragedia, pero no supera el hecho de ser un trabajo fílmico deficiente en cuanto a actuaciones y fuerza dramática.  

•    Nesio. Alan Coton. 2008 

Sin salir del Centro Histórico, Alan Coton reinventa este espacio que nos resulta tan entrañable, coloca personajes  que de tan comunes se nos aparecen extraños. Una vecindad poblada de criaturas de la noche se apodera de la pantalla para contar una historia simple en su contenido, aunque compleja en cuanto las vivencias que retrata. 

•    Exxxorcismos. Jaime Humberto Hermosillo. 2002 

Esta película se inscribe más en el género dramático, contando la historia de un amor  entre adolescentes que termina en un suicidio a causa de la incomprensión de los padres y el entorno en general. Hermosillo combina el relato romántico con el sobrenatural: varios años después, uno de los protagonistas de la historia regresa al lugar en donde se dice que el alma de joven amante atormentado se aparece. Una noche basta para  exorcizar al demonio que le persigue desde el trágico desenlace. 

•    Tres mujeres en la hoguera. Abel Salazar. 1979. 

Se trata de una de las pocas películas mexicanas que abordan el tema del lesbianismo.  La trama gira en torno al encuentro de dos antiguas amantes(Pellicer y Olivier). Una es ahora pareja de un rico empresario y la otra mantiene una relación con una chica más joven. El empresario pronto demostrará interés por la chica y eso desata celos e intrigas entre los cuatro personajes con un fin trágico.  Es de resaltar que aún y cuando el director se aventura a filmar un tema controvertido para la época, finalmente termina plasmando una imagen del lesbianismo y la libertad sexual en términos de perversión y vicio.  

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Nesio.

El orden en que se presentaron no guarda  relación cronológica, sin embargo permiten identificar los elementos que componen la narrativa alredor del tema de diversidad sexual.  

Si bien no es una muestra numerosa, es representativa de algunos aspectos  destacados en las historias que abordan diferentes modos de expresar la diversidad sexual en el cine mexicano posterior a la época de los setentas.  

El cine mexicano ha avanzado gradualmente en la inclusión de historias y personajes con preferencias sexuales diversas. Si bien hay una marcada tendencia por abordar la homosexualidad y bisexualidad masculina, los personajes y las líneas dramáticas se fueron construyendo de manera más sólida dentro de los guiones y de su desempeño en las historias.  

El que no sean películas clandestinas, sino que se muestren en cartelera comercial y en televisión incluso, habla de que también fueron ganando audiencia y conformando un público que demanda que se filmen este tipo de historias.  

También es importante decir que el “cine gay” no constituye un género en sí mismo: es una solamente manera de contar historias cuyos personajes pueden tener diferentes preferencias sexuales y que pueden inscribirse en el melodrama, la comedia, el romanticismo. Todas las formas en que amamos y nos gusta que nos amen, todas las formas en que expresamos, dolor, pasión, desencanto o ternura. Siempre hay maneras artísticas y creativas de dar cuenta  de lo diversos que somos en todos sentidos.