Por Hugo Lara Chávez
No cabe duda que Hollywood posee una poderosa maquinaria cifrada en un engrane clave que es la publicidad. Esto le ha dado siempre estupendos dividendos alrededor del mundo y, en décadas recientes, lo ha maximizado con sagas espectaculares multimillonarias, como es el caso del reboot de “El planeta de los simios”, basada en la novela de un futuro distópico creado por el francés Pierre Boulle y cuya primera adaptación fue la legendaria “El planeta de los simios” (The Planet of the Apes), dirigida por Franklin J. Schaffner en 1968. En 2011, la saga tuvo un afortunado relanzamiento con “El planeta de los simios (R)Evolución” (“Rise of the Planet of the Apes”, Rupert Wyatt, 2011), que continúa ahora con la menos lograda “El Planeta de los Simios: Confrontación” (“Dawn of the Planet of the Apes”, 2014), dirigida esta vez por Matt Reeves (“Cloverfield” 2008).
Ambientada en San Francisco, en la entrega anterior se explicaba el origen que llevará a los simios a dominar al humano, a raíz del experimento para crear una droga que neutralice el mal de Alzheimer, cuyas pruebas dotan de inteligencia a los primeros especímenes, encabezados por Caesar (Andy Serkis), su líder y el más evolucionado de los suyos. El filme concluía con una primera rebelión de los simios, que escapan de la ciudad para refugiarse en el bosque de Muir Woods, mientras se propaga una epidemia mortal para los humanos llamada “gripe del simio”. “El Planeta de los Simios: Confrontación” continúa a partir de este punto.
Bajo el liderazgo de Caesar, los simios han construido una primitiva civilización en el bosque, y piensan que los humanos se han extinguido a raíz de la epidemia y de las revueltas que se desencadenaron en todo el planeta y que los llevaron a la autodestrucción. Sin embargo, un día aparece un grupo de hombres que exploran el bosque, entre ellos los científicos Malcolm (Jason Clarke) y Ellie (Keri Russell), quienes buscan reactivar una hidroeléctrica para abastecer de energía a su refugio. La amenaza que supone la presencia de los hombres en el bosque se convierte en un dilema para Caesar, quien quiere evitar una guerra e intenta negociar, lo que es visto como una debilidad por algunos de los simios más beligerantes, especialmente por Koba (Toby Kebbell). Del lado de los humanos ocurre lo mismo, pues mientras Malcolm y Ellie quieren una solución pacífica, el otro líder humano, Dreyfus (Gary Oldman), se prepara para pelear.
A primer golpe de vista, los principales valores de producción de “El Planeta de los Simios: Confrontación” son los efectos especiales, la depurada técnica de ‘motion capture’ para darle vida a los simios, donde sobresale el trabajo de Toby Kebbell como Koba y de Andy Serkis como Caesar, el gran especialista en este recurso desde su célebre personaje de Gollum en la saga de “El señor de los anillos”. También son espectaculares las escenas de acción en el bosque (muy bien montada la escena inicial de la cacería de venados) y algunas batalla en la ciudad. Todo ello vale la pena el boleto.
En cuanto a la estructura narrativa, el filme se desenvuelve de una manera convencional apelando a la fórmula que confronta a dos tribus, razas o especies distintas, como serían vaqueros contra apaches en un western del corte de “Danza con lobos” (Dances with Wolves, 1990), o humanos contra alienígenas, en una ciencia-ficción como “Avatar” (2009). En cada bando hay buenos y malos, e incluso existe la posibilidad de una amistad entre ellos, como ocurre en “El Planeta de los Simios: Confrontación” entre Caesar y Malcolm.
Otra de las líneas narrativas que sigue el filme es la relación familiar de Caesar con su hijo Blue Eyes (Nick Thurston) y su esposa enferma Cornelia (Judy Greer). Los guionistas atienden de esta manera la necesidad de humanizar lo más posible al chimpancé Caesar —el protagonista— para lograr la máxima empatía con el público. En buena parte lo logra, sobre todo a partir de su antagonismo con el vengativo Koba, quien urde una intriga palaciega de ribetes shakespereanos para asumir el liderazgo de los monos.
Atrincherada bajo mensajes ambientalistas más oportunistas que honestos, “El Planeta de los Simios: Confrontación” tiene en su contra ser demasiado previsible, con ciertos momentos que caen en lo cursi y hasta lo risible (como las escenas familiares de Caesar y su esposa convaleciente, quien se hace rodear por unas doncellas-changas que usan una especie de velo en el rostro). También se desperdicia el talento de algunos actores, especialmente Gary Oldman que hace un papel para el olvido. Hay muchos otros elementos de relleno e intrascendentes que sólo distraen la atención (como el personaje del hijo de Malcolm, un chico antisocial que traba amistad con los simios, pero que no aporta nada significativo). Igualmente, el guión y la realización desperdician oportunidades y personajes para construir un relato más emocionante, profundo e intenso, pero que se queda en la superficie y lo apantallante de los efectos especiales. Se lamenta que todo sea demasiado solemne, con escasos signos de humor o ironía. Ojalá la siguiente entrega sea más consistente.
Título original: Dawn of the Planet of the Apes.
País: EU. Productora: 20th Century Fox. Director: Matt Reeves. Guión: Scott Z. Burns, Amanda Silver, Rick Jaffa, Mark Bomback. Fotografía: Michael Seresin. Diseño de producción: James Chinlund. Reparto: Andy Serkis, Gary Oldman, Jason Clarke, Keri Russell, Judy Greer, Kodi Smit-McPhee, Toby Kebbell, Kevin Rankin, Kirk Acevedo, Larramie Doc Shaw, Enrique Murciano, Terry Notary, Karin Konoval, J.D. Evermore, Mustafa Harris