Por Lorena Loeza

En nuestro país, hablar de discapacidad generalmente es sinónimo de carencia y, de vidas rotas. Las personas que viven con alguna limitante deben acostumbrarse a un trato que oscila entre la discriminación y la condescendencia. Formas pasivo-agresivas de dejarte en claro que la diferencia no es tolerada, ni debe ser visibilizada.

Quizás es por ello por lo que la historia de “Maricarmen” (2019) sea tan sorprendente, ya que claramente rompe con todos esos esquemas. Nunca vemos en el documental que protagoniza, algo que la dibuje como una persona en desventaja, al contrario. Nos queda muy claro que, aunque el camino no ha sido fácil, la suya es una historia de triunfo, con subidas y bajadas, como la de todas las personas y de hecho, como la vida misma.

A propósito de la película, tuvimos oportunidad de conversar con su director, Sergio Morkin quien, a lo largo de su trayectoria, ha desarrollado varios documentales, siendo éste el género en el que más ha trabajado y que le distingue. “Estudié cine y de pronto se me apareció mi primer personaje” recuerda. “Era Óscar, un taxista de Buenos Aires que también era artista plástico, su obra la hacía sobre publicidad, intervenía publicidades. Después de eso, la vida me fue poniendo historias. Encontré que me gustaba contar historias reales, con la dramaturgia de una película de ficción, pero que no fueran actuadas, sino que las contaran las propias personas”.

La historia de Óscar le dio la oportunidad de llegar a México desde su natal Argentina, además de descubrir el enorme potencial del documental. “Encontré algo que podía transmitir con la intención de sembrar ideas en el mundo que sirvan para algo. Crear mensajes que inviten a la reflexión, a la posibilidad de cambio, que podamos observar ese tema desde otro lugar”.

La historia de “Maricarmen” es justamente eso. Morkin nos presenta a una mujer que no se define por vivir con una discapacidad, en este caso visual, sino por todo el arte que despliega y comparte, lo que nos hace querer conocerla y aprender de ella. “Cuando conocí a Maricarmen, me impactó mucho su perfil de mujer guerrera, una mujer que no para un segundo y sore todo, su talento para tocar el chelo. Sentí mucha verdad en ella, eso que tienen los grandes artistas”.

El resultado es un interesantísimo documental, contado con mucho oficio, dando a conocer ese otro lado de ser mujer, de vivir con una discapacidad y de ser una gran artista, música y maestra. “El vivir con ceguera le permite ser sensible de una manera distinta, afinando el oído o las sensaciones”.

Buena parte del documental, está inspirado por el libro “Mirar mirándome” escrito por la propia Maricarmen Graue y que resulta una reflexión íntima y poderosa de la propia artista.

Sergio Morkin, invita a además a todo el público con discapacidad auditiva o visual a acercarse al cine, ya que habrá facilidad de bajar una aplicación para tener acceso a lengua de señas mexicana. Es así como la inclusión que el documental sugiere, también contempla la necesidad de que sea ese público, tantas veces excluido, el que se acerque a esta historia de una manera diferente.

En suma, “Maricarmen” trata de una mirada distinta de la discapacidad, en donde la experiencia de la vida, es como dice la propia Maricarmen al inicio de la cinta: A veces sólo hay que vivir, siendo. Y simplemente, al parecer esa es la pura verdad.