Por Andrés Bayona
Después de la excelente ronda de películas nominadas al Oscar, nos topamos con “¿Quién @#*%$ es papá?” (“Father Figures”, Estados Unidos, 2017), una cinta acerca de dos gemelos (penosamente interpretados por Ed Helms y Owen Wilson), quienes se van de viaje a diferentes ciudades en búsqueda de su padre biológico.
El problema con esta película, dirigida por Lawrence Sher (en su debut como director y mejor conocido por su trabajo como director de fotografía en cintas como “The Hangover”, “Godzilla” y “War Dogs”) es que pretende ser una comedia, un drama e incluso un culebrón obsceno, pero no logra ser ninguna de las anteriores y termina convirtiéndose en un fallido intento que plasma cero creatividad o conexión con ninguno de sus personajes.
Este dolor de cabeza arranca cuando Helen (Glen Close) les confiesa a sus dos hijos que el nombre de su padre es Terri Bradshaw. Pronto sabremos que ese no es el caso y gracias a incoherencias, casualidades y situaciones completamente inverosímiles, los dos hermanos recorren diferentes lugares del país en busca de la verdad.
“¿Quién @#*%$ es papá?” está fácilmente a la altura de cualquier otro producto interpretado o producido por Adam Sandler. Todavía me pregunto cómo talentos de la talla de Glen Close, Christopher Walken y J.K. Simmons aceptaron ser parte de esta comedia, en la que nadie, al parecer, entiende qué está haciendo a lo largo de la historia.
Owen Wilson, quien nos ha hecho reír en cintas como “Zoolander”, “Wedding Crashers” y “The Family Stone”, nos decepciona en “¿Quién #$% es papá?”, en donde las escenas son o muy fuertes, muy incompetentes o demasiado maliciosas para despertar alguna sonrisa. ¿Es necesario ver los testículos inflamados de un gato para hacernos reír? Por supuesto que no.
A pesar de no darles ningún spoiler, es importante decir que la resolución de este “misterio” termina sintiéndose como una vil broma. Y no hablo precisamente en contra de alguno de los personajes de la historia. La realidad es que si “¿Quién @#*%$ es papá?” se toma la molestia de contar una trama durante casi dos horas, lo que menos esperaría es que tuviera a los espectadores de su lado y no pretender que son ingenuos. Infortunadamente, este no es el caso.
Desde el arranque esta cinta tuvo problemas, especialmente, por su fecha de estreno, la cual estaba estimada para noviembre de 2016 y terminó estrenándose hasta principios de este año. Y a pesar de contar con un elenco reconocido y talentoso, vemos cómo sus personajes terminan siendo una excusa para generar más ganancias en la taquilla. Nadie pone en segundo plano a Glen Close o a Chistopher Walken. Es una lección que “¿Quién @#*%$ es papá?” aprende a las malas.