Por Eduardo Larrocha
Noticine.com-CorreCamara.com
El último largometraje estrenado- podíamos decir la película de este año- de Woody Allen tiene la apariencia de un cuento pero es un triste melodrama cercano a la tragedia. El desgarro de sus personajes se muestra con levedad. Con su estilo tan reconocible, el director, y también guionista de “Wonder Wheel (La noria de Coney Island)”, indaga en las vidas de unos personajes con los que como espectadores sentimos una afectuosa empatía, al menos con los femeninos. Kate Winslet al fin trabaja con Woody Allen y ¿cómo no? está impecable en su contención interpretativa asumiendo el devenir triste de Ginny.
Ella hace el papel de una camarera y como April, la esposa en vacío existencial de “Revolutionary Road”, es también una actriz frustrada porque su devenir amoroso y familiar la ha impedido consagrarse. Ya suena el nombre de Kate Winslet para la próxima edición de los Oscars por su papel en esta película.
Otro gran hallazgo y mérito de “Wonder Wheel (La noria de Coney Island)” es la atmósfera de ilusión y fantasía que plasma la fotografía de Vittorio Storaro, quien confiesa haberse inspirado en la obra plástica de Reginald Marsh. Aunque hay quien cuestiona el tono irreal y deslumbrante de su luz casi onírica, el artista italiano demuestra en esta película que es un maestro de la creación de ambientes a través de la imagen. En España ha trabajado entre otros en las películas de Carlos Saura. Esa luz de fábula en la playa de Coney Island cerca de New York consigue meternos en un mundo real que nos parece de cuento de los años 50, gran época de estética preciosista.
En esta producción americana de Woody Allen, Juno Temple es la joven Carolina, objeto del deseo que desestabiliza al resto de los personajes en su huida de ese matón y capo de la mafia que ha sido su marido. En medio de las dos mujeres, Ginny y Carolina, Justin Thimberlake interpreta a Mickey, poeta soñador, aspirante a dramaturgo con referencia y homenaje de Allen a Eugene O’Neill. El plano inicial hace un barrido visual sobre la playa con bañistas disfrutando de un día soleado. Mickey, socorrista accidental, es el narrador de esta historia, y la cuenta como una fábula en la que habla con una cierta frivolidad de sus amores de verano. Ejerce su trabajo de vigilante cerca del parque de atracciones en donde aloja su vida la familia de Ginny. Sonoras broncas y gritos en la casa por la relación de ella con su esposo Humpty. Jim Belushi es viudo, bruto y machista con apariencia de buen hombre abandonado por el amor de su segunda mujer. Mientras ella está pérdida en un océano de desengaños, infidelidades e insatisfacción, él se va de pesca con sus amigos.
Al pronunciar el nombre de Woody Allen, el espectador de sus películas, suele apuntar una sonrisa. Extraño si tenemos en cuenta que si es verdad que su cine empezó en clave de comedia, en su desarrollo ha ido alternando éstas con el melodrama y con el thriller. Recordamos la trilogía que comenzó con “Match Point”. “Wonder Wheel (La noria de Coney Island)” llega ahora a cines españoles. Acaba de estrenarse en Estados Unidos después de haber clausurado el pasado mes de octubre el Festival de Nueva York en pleno escándalo Weinstein y el despido por acoso sexual del jefe de Amazon, la productora de esta película. Escándalos aparte, es el momento de disfrutar de “Wonder Wheel (La noria de Coney Island)” la -por ahora- última película de Woody Allen.