*Clausura Mórbido asesino serial
Ulises Pérez Mancilla/Enviado
Tlalpujahua, Mich.- La clausura de Mórbido es… ¡desbordada!: gentil, extravagante, íntima, casi maternal y divertida. Como si se tratara de “En familia con Chabelo”, los organizadores se dan tiempo de agradecer y premiar hasta a los voluntarios del pueblo. TODOS GANAN viniendo a Mórbido. “Emergo”, la ópera prima del español Carles Torrens, resultó la película favorita del público mientras que “Penumbra” de los hermanos García Bogliano se llevó La Calavera de Sangre Roja, un nuevo premio instituido en esta emisión, otorgado por los propios directores participantes.
Carles lo decía ya por la mañana, mientras Antonio Camarillo y Roberto Coria, especialistas en el género y conductores del podcast “Horroris Causa”, lo entrevistaban para su programa en pleno desayuno: “La manera que tiene el festival para integrarse con el pueblo es hermosa”. El director de la película ganadora del premio del público sonreía a todo lo que da, distinguiéndose por su facha de niño bueno, a punto de ser atacado en este universo oscuro que con los brazos abiertos recibió su visión sobre sucesos paranormales, uniéndose a esa saludable racha del cine español de terror independiente, que se ha impuesto a nivel mundial al grado de que Hollywood le hace remakes.
La cruda de películas que dejó el maratón de un día antes, tuvo a bien dar paso a actividades alternas que son justamente las que goza el pueblo no necesariamente cinéfilo: teatro (“Una velada con Vincent Price”), libros (“Y se armó la fiesta de los muertos” de Armando Vega Gil), talleres, exposiciones, etc. El último día de Mórbido está dedicado (y planeado para) pueblear. Para toparse con la viuda de Taboada, con René Cardona III o con “El Oso” Tapia, mientras se compran esferas y llega la gran tarde del cierre/despedida.
En lo que respecta a los cortometrajes, de lo que se pudo ver (debido a que en Mórbido las funciones son únicas e irrepetibles), fue evidente que hay un interés tumultuoso por el género de terror y anexas; la temática zombie infestando al CUEC a través de “Instrucciones para no ser un zombie” (del impulso fanático a lo muy desastroso) pero también a la animación (de la transgresión regenerativa de “Mutatio” a la fábula convencional de “El mimo y la mariposa”) y a otras propuestas riesgosas pero de premisas inquietantes como “La promesa”, una puesta al día sobre el dilema futurista de los límites de la inteligencia artificial ó “Sediente”, una realización entre austera y pésima pero con un brillante argumento: la torcida relación del ratón de los dientes y una junkie.
Cercanas las seis pm, se develó la “lápida conmemorativa” del festival. Pablo Guisa volvió a adueñarse del Teatro Obrero y se encargó de homenajear “en muerto” (que en el festival significa pura vida) a Raúl Lavista y a Joselito Rodríguez, respectivamente, compositor y sonidista, piezas claves de la historia del cine mexicano, con cientos y cientos de títulos en su haber, presentes en esencia pero igualmente galardonados a través de sus familias, que recibieron La Calavera de Oro. Guisa fue enfático con uno de los objetivos del festival: preservar la memoria nuestro cine, trazar historia pero también traerla al presente, “que las nuevas generaciones sepan quién fue un Joselito Rodríguez y un Raúl Lavista”.
Tras el kilométrico y efusivo palmarés, Guisa pidió a los directores invitados que subieran al escenario para ayudarlo a anunciar el tema del próximo año. Así los símbolos, sólo tuvo que repartirles capas negras con cuello rojo y colmillos para saber que la quinta edición del festival girará en torno a los vampiros. Mientras García Bogliano se amarraba su capa, Miguel Gómez se colocaba sus colmillos y Richard Elfman jugueteaba con su nuevo atuendo, el director del festival coronaba anticipadamente a la reina vampiro del 2012: Sasha Montenegro.
La película de clausura fue “El quinto mandamiento” de Rafa Lara, cineasta dedicado, empeñoso, nato, que en los últimos años ha hecho películas como los conejos hacen conejos, creando un fuerte oficio yendo de un género a otro como se conecta de una línea del metro a otra. Director de “La milagrosa” y del éxito de taquilla, la comedia romántico-picante “Labios rojos”, en esta ocasión, vuelve a hacer dupla en el guión con su productor, Jorge Aguirre, y presenta un melodrama en torno a un asesino en serie (Guillermo Iván) y su traumático pasado religioso.
30 minutos después de acabada la función, Tlalpujahua quedaba en austeridad masiva plena. De nuevo ese silencio sepulcral. El cuarto Mórbido había muerto para ceder su energía (un irónico culto/respeto a la muerte, traicionado a su vez por ese espíritu lúdico-festivo de celebración ante la vida) a un certero e inmortal recuerdo.