Por Miguel Ravelo

El pasado miércoles 28 de octubre arrancó la edición número XVIII del Festival Internacional de Cine de Morelia, demostrando una tenacidad y un esfuerzo encomiable del equipo organizador, quienes año con año traen a la capital michoacana algunas de las más valiosas propuestas cinematográficas de México y el mundo. La presente edición, por supuesto, se desarrolla dentro de una de las crisis sanitarias más importantes que vive la humanidad. El Festival decidió resistir y, observando todos los protocolos necesarios, abrir sus puertas para ofrecer, de manera tanto presencial como a distancia, el cine que nos hace volver cada año a este indispensable evento cinematográfico.

Dentro de las secciones habituales que ofrece el Festival, este jueves inició la exhibición de las nueve películas que participarán dentro de la competencia al mejor largometraje mexicano. Una de las primeras proyecciones fue para “Ricochet”, del director mexicano Rodrigo Fiallega, coproducción entre México y España que ofrece una ópera prima comprometida y reflexiva, desarrollando una historia de una intensidad profunda, enmarcada en los hermosos paisajes del campo jaliscience.

Escrita por el mismo Fiallega, “Ricochet” nos presenta la historia de Martijn (Martijn Kuiper, actor de origen neerlandés), extranjero de unos cincuenta años que lleva más de veinte viviendo en México, país al que llegó buscando suerte y aventura y del que ya no pudo separarse. Martijn encontró no solamente un nuevo lugar que lo acogió como hijo propio; aquí consiguió también casarse y formar una familia con dos hijos. Sin embargo, la historia nos hará encontrarlo en uno de los momentos más álgidos de su existencia. Un año atrás, durante las fiestas del pueblo, su hijo Martín fue asesinado por un joven, quien está a unos días de ser liberado luego de que las autoridades argumentaran que no se cuenta con las pruebas suficientes de su culpabilidad. La evidente crisis provoca la separación de Martijn y Mariana (Iazua Larios). Para colocar un punto adicional a su tragedia, Martijn acaba de descubrir que tiene una enfermedad terminal.

Si a primera vista la historia pudiera parecer de un dramatismo significativo, la buena mano de Fiallega en el guion y la dirección hacen que la película se desarrolle como un muy atractivo estudio de personaje. Desde un inicio descubrimos en Martijn a un hombre bueno, aceptado y querido por los miembros de su comunidad, pero quien se ve completamente sobrepasado por los acontecimientos recientes en su vida. Martijn soporta con estoicismo las muchas pruebas que se le van presentando, y es dentro de esta aparente pasividad del personaje en donde encontramos un desarrollo rico y complejo. El buen trabajo del actor consigue transmitir el dolor silencioso que encuentra al andar en el pueblo, ayudando a la gente, realizando trabajos para subsistir, encontrando en cada esquina, en cada árbol, en cada elemento de su vida diaria, un recuerdo de su hijo. La película se desarrollará en un día de lo más significativo para Martijn: aquel en el que el asesino de su hijo será liberado. La fiesta del pueblo, que cumple un año más, pero ahora recordándole todo lo que es distinto en su vida. Todo aquello que ya no está. 

Son destacables las actuaciones de Iazua Larios como Mariana, la pareja de Martijn, quien al mismo tiempo vive su proceso de pérdida y separación, y de Andrés Almeida, quien interpreta a Rafael, originario del lugar y entrañable amigo del protagonista. Mención especial para la fotografía de Natalia Cuevas, que muestra los paisajes del campo jalisciense como un personaje bello, complejo e inabarcable.

En este día decisivo en la existencia de Martijn, Fiallega se permite reflexionar sobre la forma en que enfrentamos procesos tan complejos como la pérdida y la muerte de nuestros seres queridos. La constante presencia del luto en nuestras vidas, con su creciente sombra que parece jamás difuminarse. ¿Qué ocurre cuando tragedias de esta magnitud tienen lugar en nuestra vida? ¿Cómo conseguimos enfrentarlas, en dónde encontramos la fuerza para hacerlo? Y en caso de no poder con ellas, ¿en qué terminaremos convertidos?

“Ricochet” es una destacable opera prima que puede verse también dentro de las funciones gratuitas en www.cinepolisklic.com. La programación y horarios en línea de las películas participantes puede consultarse en https://moreliafilmfest.com/programacion/