Por Hugo Lara
Eduardo de la Vega Alfaro y Rosario Vidal Bonifaz acaban de presentar un libro imprescindible para la historia del cine mexicano: “Encordados. Máscaras, villanos y monstruos: mitologías de la lucha libre en el cine mexicano (1938-2021)”, publicado por Miguel Ángel Porrúa.
Esta obra es mucho más que un simple recuento histórico: es una arqueología apasionante del género, un viaje por las películas que hicieron de los luchadores enmascarados íconos culturales dentro y fuera de México. El texto, fiel al rigor característico de sus autores -y queridos amigos del que escribe- combina investigación minuciosa, datos reveladores y un análisis profundo del imaginario colectivo que la lucha libre ha forjado a través del cine.
El libro abre con un apartado dedicado a los precedentes históricos, en el que descubrimos datos poco conocidos, como la presencia de Enrique Ugartechea Lazarín, considerado el primer gladiador mexicano que apareció en la pantalla grande, de ascendencia italiana. A partir de ahí, los autores siguen el rastro del fenómeno del pancracio, mostrando cómo el espectáculo saltó del cuadrilátero a las salas de cine, consolidando un género que, con el tiempo, se volvió inseparable de la identidad cinematográfica nacional.
La investigación también rescata figuras clave, como Santiago “Chano” Urueta, pionero del cine fantástico y de luchadores, y aborda títulos fundamentales como “Padre de más de cuatro” (1938), dirigida por Roberto O’Quigley y protagonizada por Leopoldo “Chato” Ortín. Desfilan además los nombres de los primeros enmascarados que marcaron época: El Murciélago Enmascarado, El Enmascarado Rojo, El Fantasma Dorado, entre otros. Y, además, el volumen cuenta con abundantes fotografías.
El recorrido alcanza su apogeo en las décadas de 1950 y 1960, cuando irrumpen los ídolos más reconocibles: Santo, el Enmascarado de Plata, Huracán Ramírez, Blue Demon y El Médico Asesino. Los autores subrayan, además, la incursión de las mujeres en el género, fenómeno que complejizó aún más la narrativa del cine de luchadores.
Pero el libro no se detiene en la nostalgia. La investigación avanza hasta la actualidad, analizando reinterpretaciones y mutaciones del género, desde “La leyenda de una máscara” (1991) de José Buil, hasta “La calle de la amargura” (2015) de Arturo Ripstein, basada en el asesinato real de dos luchadores enanos, un ejemplo de cómo la lucha libre sigue inspirando miradas más oscuras y transgresoras. Incluso incluye apartados sobre fenómenos marginales y sorprendentes, como las producciones de pornografía gay relacionadas con luchadores, firmadas por Jorge Diestra, entre ellas “La putiza” y “La verganza” de 2004.
Como complemento, el libro ofrece una filmografía exhaustiva de largometrajes del género, desde 1938 hasta 2021, una herramienta indispensable para investigadores, cinéfilos y curiosos.
En cuanto a los autores, la credibilidad del proyecto está respaldada por trayectorias sólidas: Eduardo de la Vega Alfaro, doctor en Historia del Cine por la Universidad Autónoma de Madrid, es profesor e investigador titular en la Universidad de Guadalajara y uno de los especialistas más respetados del país. Rosario Vidal Bonifaz, doctora en Estudios Culturales e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (nivel II), también es profesora en la misma universidad y autora de diversos títulos de referencia.
La presentación de “Encordados” se realizó el pasado 31 de julio en San Ángel, en un evento concurrido y animado que reunió a representantes de la comunidad cinematográfica. Además de los autores, participó Armando Castillo Flores, especialista en cine fantástico y de terror, quien subrayó la relevancia del volumen para entender el diálogo entre la lucha libre y el imaginario fílmico mexicano.
El libro ya se encuentra disponible en librerías y promete convertirse en una obra de consulta obligada para quienes aman el cine mexicano, la lucha libre y las mitologías populares que han poblado nuestra pantalla durante más de ocho décadas.
