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El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu reconoce que está
triste por el desinterés durante meses de los distribuidores
norteamericanos en su última película, “Biutiful”, finalmente adquirida
hace pocas semanas por dos pequeñas compañías independientes (Roadside
Attractions y Liddell Entertainment) que la estrenarán en un número
reducido de salas, y lo achaca “a un tipo de fobia hacia cosas que son
tabú”, refiriéndose al dolor.

En Toronto, donde acaba de presentar la cinta, en una versión aún
más larga (10 minutos más) que la estrenada con 138 en Cannes, el autor
una trilogía de films escritos por Guillermo Arriaga (“Amores perros”,
“21 gramos” y Babel”) dijo a Hollywood Reporter que el norteamericano
-donde se lanzará en diciembre- ha sido el mercado que más se ha
resistido a su cuarto largo: “Básicamente, se vendió en todo el mundo.
El único lugar que resultó resistente fueron los Estados Unidos. Era
algo muy triste para mí. Pienso que EEUU está sufriendo cierto tipo de
fobia, y la gente no puede hacer frente a algunas cosas que consideran
tabú. Hay personas que tratan de bloquear el dolor, encuentran muchos
recursos y métodos, y reaccionan contra él. Es triste, están impidiendo
a la gente ver cosas diferentes, apreciaciones distintas. Hay películas
que pueden abrirte caminos y mostrarte cosas diferentes sobre quiénes
somos. Y hay películas que sólo bloquean la realidad, la percepción
real que deberíamos tener. Lo siento por la sociedad americana de
alguna manera. Finalmente, Roadside compró la película, están muy
entusiasmados, y estoy agradecido por eso”.

El cineasta chilando
sostiene que el tono diferente y el carácter lineal de la narración en
“Biutiful” frente al previo estilo aparentemente inconexo que va
tomando sentido a lo largo del metraje en las tres cintas que para él
escribió Arriaga, no sólo es consecuencia de su ruptura con el
escritor, sino de un deseo de cambiar de estilo: “Creo que ya estaba un
poco cansado. Estaba resultando peligroso, cubrir las expectativas de
la gente sobre lo inteligentes que somos. Se estaba convirtiendo en
algo un tanto predecible. Por eso ahora quería explorar una narrativa
lineal que significara un desafío para mí”.

Por ello, el “Negro”
Iñárritu, como le conocen sus amigos, piensa que “Biutiful” no sólo es
distinta, sino también mejor que sus cintas anteriores, aunque muchos
críticos en Cannes no estuvieran de acuerdo precisamente con esa idea:
“Creo que es más lírica y poética debido a la propia naturaleza de este
drama. ¿A dónde vamos cuando morimos? Esa era la cuestión. He intentado
con la cámara, la fotografía y la luz mostrar el proceso mental que se
produce cuando nos aproximamos a ese momento, que es cuando pienso nos
volvemos más sabios. Debemos rendimos a ese hecho, que hemos estado
rechanzando toda nuestra vida. Cuánto más se acerca la muerte, creo
-después de entrevistar a bastantes personas que lo estaban viviendo-
que en esa transición se entra en un estado de mente y conciencia que
refleja otra realidad. Traté a través de la imagen de que la gente
tomara conciencia del estado mental y lo que está sintiendo mi
personaje”.

Aunque el guión lo firma junto a los argentinos
Armando Bo y Nicolás Giacobone, el cineasta chilango asegura que su
contenido básico es propio: “Cuando estaba haciendo el guión, tenía una
construcción muy precisa, muy arriesgada, de un personaje que estaba
metido en una espiral internamente, pero que exteriormente todo fuera
contrario a esa espiral. Y al mismo tiempo, había una línea que estaba
siguiendo, una línea espiritual. Es la primera vez que uso un elemento
sobrenatural en mis películas. Estoy menos interesado en la realidad, y
más en la percepción, la verdad del universo que vemos. En este caso,
fuí yo el que escribió el primer borrador, y a partir de eso momento
invité a Armando Bo y Nicolás Giacobone a trabajar conmigo. Fue una
colaboración agradable y suave. Creo que lo pasamos muy bien trabajando
juntos. Los dos son jóvenes y talentosos”.

“Biutiful”, la
historia de Uxbal (Javier Bardem), un antiguo drogadicto y delincuente
que intenta resolver sus problemas familiares y asegurar el futuro de
sus hijos ante la proximidad de una muerte anticipada, en una Barcelona
gris marcada por la explotación de los emigrantes del Tercer Mundo,
llegará a los cines comerciales a partir de octubre, primero en México.
Para verla en España y Estados Unidos habrá que esperar a diciembre.