Por Samuel Lagunas
De nueva cuenta, My French Film Festival, festival de cine gratuito por Internet que comienza este 18 de enero, abre un espacio para la animación en este 2019. Lo hace ahora para incluir tres cortometrajes que comparten un objetivo central: denunciar los peligros de la civilización, entendida ésta tanto en sus prácticas más inofensivas: salir a un día de campo para olvidarse del bullicio de las ciudades, como en las más nocivas: la contaminación de los ecosistemas.
Comencemos con “Amor salvaje”, cortometraje que compite en la sección “What the f…rench!”, donde se reúnen películas con tramas arriesgadas y delirantes. Un grupo encabezado por Paul Autric dirige esta descabellada historia en la que una pareja viaja a las montañas para pasar una tarde romántica y lejos de eso que hemos llamado civilización: el ruido, el smog, el tráfico, la multitud. Sin embargo, un pequeño accidente convertirá su idílico momento en una pesadilla gore protagonizada por unos vengativos castores. Oscilando entre la ternura, la comedia y el terror, “Amor salvaje” funciona como alegoría de un temor compartido: que un día los animales cobren venganza de lo que, como especie humana, les hemos hecho.
Fuera de competencia, en “El viaje interior de Gauguin” Hayoun Kwon revive el éxodo hacía Tahití que emprendió el célebre pintor Paul Gauguin. En busca de nuevas experiencias y sensibilidades perdidas para los artistas europeos, y también a causa de malestares propios de la vida bohemia, Gauguin descubre en Tahití una faceta desconocida de la humanidad. En un ejercicio análogo, aunque mucho más pequeño, al de “Loving Vincent” (Dorotha Kobiela, Hugh Welchman, 2017), el atractivo principal de “El viaje interior de Gauguin”, el cual originalmente está hecho para ser exhibido en realidad virtual, es la recreación del estilo y de la paleta de colores que caracterizó al pintor durante esta etapa creativa. Cuadros como “El perro rojo” y “Una mujer con flor” aparecen aquí ante el espectador como parte de esa fantasía que es en sí misma la realidad virtual.
También fuera de competencia, encontramos “Híbridos”, cortometraje dirigido por un grupo de animadores encabezados por Florian Brauch. Éste es un ejercicio distópico, de anticipación, donde el ecosistema marino para sobrevivir y renovar sus ciclos se ha fusionado la chatarra que aventamos los humanos a los océanos. Más allá de ser aleccionador, o incluso querer contar algo, “Híbridos” funciona como un estímulo de la imaginación: ¿cómo se vería una ballena hecha de aluminio?, ¿un ave con cuerpo de llanta? Las preguntas son aterradoras, pero no imposibles. Al paso que vamos, los animales artificiales son los únicos con los que nos quedaremos.
Los tres cortos estarán disponibles hasta el 18 de febrero en la plataforma oficial de My French Film Festival.