Lección argentina. Wojciech Staron en Ambulante

Por Yossa Guzmán

Es la historia del encuentro y la amistad entre dos niños, Janek (el propio hijo del director) y Marcia. Sin narrador o subtítulos explicativos, observamos en menos de una hora su cotidianidad, sus juegos, sus problemas, sus miradas y sus pláticas. No hay más.

Al igual que en “The Siberian Lesson”, Wojciech Staron presenta en menos de una hora las distintas lecciones de la vida, quizá planee como Ulrich Seidl reflexionar sobre aspectos de la vida como sus paraísos: amor, fe y esperanza pero enfocado a las comunidades polacas.

Observar la emigración polaca en Argentina con sus dificultades, hace que el tema de los exiliados surja de nuevo y se repita el mismo patrón en todas las partes del mundo: inmigrantes que no tienen trabajo ni oportunidades, condenados al descontento melancólico de saberse limitados en un país diferente, pero visto desde la perspectiva de una niña.

Se agradece que no exista una voz omnipotente que explique lo que estamos viendo pues rompería con ese encanto visual que los rostros de los niños proyectan en pantalla, son verdaderos rostros cinematográficos. La historia no es tan relevante, es quizá, el pretexto para conocerlos y mirarlos todo el tiempo; se acerca más a la ficción que al documental, y quizá funcionaría mejor una mezcla entre los dos.

En cuanto al plano visual es fructífero e impresionante. Hay que recordar que Staron ganó el Oso de Plata como director de fotografía por la película “El premio” (2011) de Paula Markovitch y en este documental se nota su oficio.