Fotograma de Cuanta será la oscuridad, película inconclusa de José Revueltas con fotografía de Álvarez Bravo
Por Arturo Garmendia
Otras experiencias fílmicas
En 1934 Paul Strand, afamado fotógrafo neoyorquino arriba a México con el propósito de desarrollar un ambicioso proyecto cinematográfico oficial, por encargo de Carlos Chávez, Jefe del INBA y con el respaldo del ministro de Educación Pública, Narciso Bassols. Strand monta una exposición de su obra, de resonancia en el medio, y conoce a Manuel Álvarez Bravo quien se vuelve su guía en algunas expediciones al interior del país.18 A su vez, el mexicano le muestra sus fotografías, muchas de las cuales expondrá al año siguiente junto a Cartier-Bresson y, a su regreso a Estados Unidos, Strand escribe un elogioso artículo sobre ellas, que se publica en Aperture, revista especializada en fotografía de vanguardia. En el ínterin. Álvarez Bravo lo acompaña a Veracruz, para la filmación de Redes, y realiza stills de la película, sin prever que más adelante desempeñará profesionalmente ese oficio.
Vale la pena comentar que se ha especulado que la fotografía Obrero en huelga asesinado, que se ha mencionado anteriormente, pudiera haber sido tomada durante el rodaje de este filme. Puesto que como “Disparos en el Itsmo” trata, como “Redes”, de un movimiento huelguístico cuyo líder es asesinado, el hecho motivó la confusión, pero el testimonio del autor de la imagen ha puesto las cosas en claro.
MANUEL ALVAREZ BRAVO, STILLMAN
Año | Película
1943 Cantaclaro, de Julio Bracho. Fotografía: Agustín Jiménez
1945 La perla, de Emilio Fernández. Fotografía: Gabriel Figueroa
1947 El fugitivo, de John Ford. Fotografía: Gabriel Figueroa
1947 La diosa arrodillada, de Roberto Gavaldón. Fotografía: Alex Phillips
1947 Algo flota sobre el agua, de Alfredo B. Crevenna. F. Agustín Martínez Solares
1950 Deseada, de Roberto Gavaldón. Fotografía: Gabriel Figueroa
1952 La bestia magnífica, de Chano Urueta. Fotografía: de Agustín Jiménez
1958 Nazarìn de Luis Buñuel. Fotografía: Gabriel Figueroa
1959 Sonatas, de Juan Antonio Bardem. Fotografía: Gabriel Figueroa
1959 El esqueleto de la señora Morales, de Rogelio A. González. F: Víctor Herrera
Se tiene noticia de que más adelante, en la segunda mitad de los años 30, don Manuel incursiona nuevamente en el cine, con el probablemente cortometraje “La vida cotidiana de los perros”, del que no se tiene mayor información que el título; pero para 1940 se encarga ya de la fotografía del documental “El petróleo nacional”, tema que –a raíz de la expropiación petrolera en 1938- se había convertido de primera importancia: Fernando de Fuentes y Gabriel Figueroa ya habían rodado “Petróleo, la sangre del mundo” (1936), de temática similar. El petróleo nacional fue dirigido por Felipe Gregorio Castillo, tenía una duración de 8 minutos y se dedicaba a exaltar la política energética del régimen del presidente Ávila Camacho. La exploración gráfica de este tema le permite a Álvarez Bravo incursionar en un estilo cercano al del constructivismo ruso o al futurismo italiano, ligados a la exaltación de la máquina, el desarrollo arquitectónico y urbano y en general la vida moderna, que ya había practicado en algunas de sus fotografías.
Avivado su interés por el cine, en 1943 y hasta 1959 se incorpora al Sindicato de Técnicos y Manuales de la Industria Cinematográfica, para desempeñarse como fotógrafo de fijas (stillman) en los rodajes nacionales. Ello le permite, además de un ingreso económico, estar cerca de personalidades nacionales y extranjeras que podrían haberle ayudado a comprender los [1] elementos característicos de las imágenes en movimiento. Entre otros, colaboró al lado de fotógrafos fílmicos como Gabriel Figueroa y Alex Phillips, y directores como Emilio Indio Fernández, Julio Bracho, Roberto Gavaldón, John Ford, Luis Buñuel y Juan Antonio Bardem.
Autorretrato.
De acuerdo con Olivier Debroise, en su artículo multicitado en estas páginas, “1945 fue, para Manuel Álvarez Bravo, un año intenso. Por un lado, producía, dirigía y fotografiaba una película experimental, Coatlicue, basada en un guión de José Revueltas, y al mismo tiempo preparaba su primera exposición retrospectiva, organizada por la Sociedad de Arte Moderno en el Palacio de Bellas Artes”. El fotógrafo y el escritor habían coincidido el año anterior en el rodaje de Cantaclaro, de Julio Bracho, desempeñándose como stillman y guionista, respectivamente. El tema prehispánico de su obra conjuta, a primera vista inusitado, no lo es tanto si tenemos en cuenta que don Manuel había sido “retratista de la aterrorizante belleza de los dioses antiguos que habitaban el Museo Nacional de la calle Moneda”, en palabras de Alfonso Morales17, material gráfico que ya había dado pie, en 1943 al libro Los tesoros del Museo Nacional de México: Escultura azteca, con prólogo del poeta surrealista Benjamín Péret, por aquel entonces residente en México. Debe mencionarse también su segundo matrimonio con la doctora Doris Heydn, especialista en la cultura teotihuacana. 19
Ítem más, prueba del interés de Álvarez Bravo por el mundo indígena fue su participación en una expedición que patrocinó, en abril de 1949, el Instituto Nacional de Bellas Artes con el objetivo de estudiar los muros poli cromáticos pintados hace más de mil años en Bonampak, expedición organizada por Fernando Gamboa. Carlos Frey fue el jefe de la expedición debido a su conocimiento de la selva y sus poblaciones, Julio Prieto fungió como jefe de campo y asistieron también el pintor Raúl Anguiano, el arqueólogo Carlos Margaín y Álvarez Bravo.20
Hacia 1946 volvió a hacer mancuerna con José Revueltas para filmar un cortometraje basado en un cuento del escritor duranguense llamado “¿Cuánta será la oscuridad?”, un relato terrible donde un pastor protestante, casi ciego, se siente impotente para consolar a su reducida grey, un puñado de gente desparramada entre unos magueyales que huye del acoso de los cristeros que los han expulsado del pueblo, no sin antes ensañarse físicamente contra ellos y particularmente contra sus pobres hijos. De acuerdo con el testimonio de Revueltas, la filmación se concluyó pero la cinta no pudo editarse “por pereza” y se quedó enlatada “en manos de no sé quién”. 21
En noviembre de 2014 la Filmoteca de la UNAM descubrió un rollo de 35 milímetros del rodaje de Cuánta será la obscuridad, realizado por Revueltas y Álvarez Bravo en 1944. En el material, titulado Rosaura, aparecen imágenes de la hermana de Revueltas. José le da indicaciones mientras Álvarez Bravo emplaza la cámara, mide la luz solar y fotografía la acción de la mujer y los niños con los ojos y bocas entreabiertos, muertos.
En 1949 se celebraron, con bombo y platillo, los 50 años de desempeño artístico de Diego Rivera y Gabriel Figueroa quiso cumplimentarlo promoviendo la creación de un retrato fílmico, poniendo el proyecto en manos de Álvarez Bravo. Le prestó una cámara Bolex de 16 mm., adquirieron película en color y convencieron al pintor para desarrollar una serie de imágenes documentales que lo muestran, con una libreta de apuntes en la mano, bocetando sus asuntos característicos: las locaciones son los embarcaderos de Xochimilco, donde indígenas tan pudorosas como María Candelaria transportan enormes ramos de gladiolas; un mercado popular, donde las mismas mercadean con productos de alfarería, amamantan a sus hijos o desfilan con ollas sobre la cabeza, luciendo huipiles multicolores. Hay la vega de un río de aguas mansas, donde desnudas se bañan displicentes; y paisajes yermos o feraces, donde se diversifica el color local. Diego circula entre todo ello, voluminoso y absorto, tocado con un extraño sombrero y sin mostrar aquello que su lápiz ha captado. Cuarenta minutos de rushes, de los cuales casi cincuenta años después, el nieto del pintor y el hijo de Figueroa han aprovechado para montar, sumando otros materiales tradicionales e inéditos, Un Retrato de Diego (2008), de buena factura e interés histórico. 22
A continuación la dupla Revueltas –Álvarez Bravo emprende la realización de un documental sobre la cuenca del Papaloapan, en agosto de 1952, por encargo de la Comisión Hidráulica. 23
Juan de la Cabada contaba que el productor Manuel Altolaguirre y su amigo y escritor José Revueltas le ofrecieron participar en una película de Luis Buñuel, “Subida al cielo” (1952), pero él objetó que no sabía hacer guiones, únicamente sabía contar cuentos, a lo que Revueltas le contestó: “…es lo mismo, solo tienes que quitar las descripciones del paisaje y tus reflexiones…”. 24 Fue así que colaboró haciendo los diálogos de ese filme. Ello nos indicaría que otro intento de Álvarez Bravo por hacer cine, el cortometraje El abonero, a partir de un guion de Juan de la Cabada, tuvo que realizarse después de esa fecha, pero tampoco en este caso el filme se concluyó. Cabe mencionar que en algunos estudios se le atribuye a este corto el nombre de “El obrero”.
Más difícil resulta precisar el contenido y la fecha de realización de otro de sus experimentos, Los tigres de Coyoacán, del que Eduardo de la Vega nos dice que “… fue un corto experimental en el que las pequeñas hijas del fotógrafo aparecían vistiéndose en su recámara”. Sabemos que la última residencia del poeta-fotógrafo fue una pequeña casa en el corazón del antiguo barrio del Niño Jesús, en la calle del Espíritu Santo, cerca del centro de Coyoacán. También que tuvo dos hijas, Aurelia y Genoveva, de su tercera esposa, Colette Urbajtel Álvarez, 25 con quien se casó en 1962, lo que indicaría una fecha de realización hacia finales de los años 60. (A menos que se trate de los dos hijos que tuvo en su segundo matrimonio, en cuyo caso el trabajo dataría de la segunda mitad de los años 40).
FILMOGRAFIA (APROXIMADA) DE MANUEL ÁLVAREZ BRAVO
AÑO | TITULO | EQUIPO | OBSERVACIONES |
1934-35 | Disparos en el Itsmo (Tehuantepec) | Director –fotógrafo MAB | Estrenada en el Cine Club Mexicano |
1940 | El petróleo nacional | Dirección: Felipe Gregorio Castillo. Fotografía: MAB | Documental de 8 minutos de duración |
1945 | Coatlicue | Director – fotógrafo MAB Guión: José Revueltas | Documental, probablemente filmado en el antiguo Museo Nacional, en la calle de Moneda. |
1946 | ¿Cuánta será la oscuridad? | Dirección – guión: José Revueltas ; Fotografía: MAB | Se completó la filmación, pero no se editó. |
1949 | Un retrato de Diego | Material fílmico incluido en el cortometraje Un retrato de Diego. La revolución de la mirada (2008), de Diego López y Gabriel Figueroa (hijo). | 40 minutos de película 16 mm., color. |
1952 | Documental sobre la cuenca del Papaloapan | Dirección – guión: José Revueltas, fotografía: MAB | Encargo de la Comisión Hidráulica. |
¿1953? | El abonero | Director – fotógrafo: MAB Guión: Juan de la Cabada. | También conocido como El obrero. |
1955 | Talpa | Dirección: Alfredo B. Crevenna. Guión: Edmundo Báez s/cuento de Juan Rulfo. Fotografía: Rosalío Solano. 2ª. Cámara: MAB | Su inclusión en esta cinta se consideró preparatoria para su debut en la industria, hecho que no ocurrió. |
1956 | La Santa de Caborca | Dirección y guión: José Revueltas; Fotografía: MAB. Intérprete: Rosaura Revueltas. | Proyecto cancelado antes de la filmación. |
¿1968 – 70? | Los tigres de Coyoacán | Director – fotógrafo: MAB | Quizás película de corte familiar. |
En cuanto al tema, nada más misterioso que la existencia de tigres en Coyoacán, “tierra de coyotes””. Y en su obra, sólo alcanzamos a descubrir una imagen de dos leones de piedra, semi destrozados, uno erguido sobre su base pero que ha perdido la cola y el otro caído en tierra, con un mayor deterioro, que merecieran el siguiente de Antonio Rodríguez: “El observador de buena voluntad [… se dará] inmediata cuenta de que la Roca cubierta de liquen, o el Vidrio raspado o el Juego de papel o los Leones de Coyoacán son algo muy distinto a simples rocas, pedazos de vidrio, palomitas de papel o leones de piedra. Estos últimos, por ejemplo, leones de piedra destrozados, nos hacen pensar en aquellos leones de Castilla que ahí mismo en Coyoacán, tuvieran sus más arrebatadores sueños de oro y de grandeza”. 26
Pero dejemos estas especulaciones y vayamos al último intento por hacer cine de don Manuel, nuevamente acompañado por el novelista José Revueltas. Este último también abrigaba la ambición de convertirse en director cinematográfico y había ideado realizar un filme, basado en la insurrección raráumuri en contra del régimen de Porfirio Díaz, narrada por Heriberto Frías en Tomochic (1906), que llevaría por título La Santa de Caborca. La protagonista sería su hermana, Rosaura Revueltas y el fotógrafo Álvarez Bravo. Un productor novel, Adolfo Lagos, estaba dispuesto a financiar el proyecto y como prueba de ello incluyó en el rodaje de uno de sus filmes (Talpa, de Alfredo B. Crevenna, 1955) a don Manuel como segunda cámara y a Revueltas como asistente de director (sin crédito), a manera de entrenamiento. Sin embargo el filme de marras, primero en filmarse en Cinemascope en México, resultó muy costoso y fue un fracaso en taquilla. Esto y la negativa sindical a permitir que se integraran a la industria nuevos elementos, dio al traste con el proyecto. 27
Nueve esfuerzos por hacer cine, la mayor parte de ellos frustrados. Una persistencia que no se vio correspondida por una industria cerrada sobre sí misma, insensible a los llamados de la cordura, mucho más a los de la cultura. Oportunidades perdidas de incrementar el patrimonio cultural del país. Pero don Manuel no se arrendó ante tales contingencias. Entrevistado por Angélica Abelleyra, en ocasión de la inauguración de una de sus últimas exposiciones, titulada En el umbral del siglo, con la que se conmemoraron los 99 años de vida del artista, la periodista le preguntó:
“-¿El cine fue un arte frustrado para usted?
“-Tal vez, pero la verdad no siento mucho no haberlo hecho. No me quedé con las ganas. Hice intentos personales, realicé cosas con Juan de la Cabada, con José Revueltas. Lo que hice me gustó mucho porque pensaba en un cine completamente libre de todo: sin argumento, sin premeditaciones. Era la vida cotidiana, pero no lineal.
-¿Por qué no siguió entonces en ese camino?
-Por falta de tiempo. A veces uno tiene que hacer otras cosas y no da tiempo de hacer todo lo que uno quiere”. 28
Tenía razón, pero de cualquier modo fue un siglo muy fructífero el de Manuel Álvarez Bravo.
NOTAS
18. Robert Curley. Peregrino en las cosas desta vida: fotografía itinerante de Manuel Álvarez Bravo. Revista Takwá Núm. 9, primavera de 2006. Ver http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/takwa/Takwa9/portafolios.pdf
19. Doris Heydn (Nueva Jersey, 1915 – México, 2005) Hizo estudios de arte e historia en Nueva York y obtuvo el doctorado en Antropología en la UNAM, en 1969. Llegó a México a mediados de los años 40 y se casó poco después con Manuel Álvarez Bravo. Tuvieron dos hijos, Laurencia y Miguel. Se desempeñó como curadora de la Sala Teotihuacana en el Museo Nacional de Antropología, dependiente del INAH y escribió más de un centenar de artículos y libros sobre una gran variedad de tópicos, entre otros Cuentos del maíz, Arquitectura prehispánica (en coautoría con Paul Gendrop, y por el que se convirtieron en pioneros del tema); México: origen de un símbolo, Mito y simbolismo en la fundación de México-Tenochtitlan, y Mitología y simbolismo de la flora en el México prehispánico, en el que analizó el significado y representación del mundo vegetal desde la visión mesoamericana.
20. Robert Curley, Op. Cit.
21. José Revueltas. Testimonio en Cuadernos de la Cineteca Nacional. Secretaría de Gobernación. México, 1975. Además ver Arturo Garmendia La pasión cinematográfica de José Revueltas, en la revista La zorra vuelve al gallinero, No. 5, Mario Raúl Guzmán Ed., s/f., reproducido en este blog.
22. En La casa chica (película de Roberto Gavaldón, 1949) la protagonista, interpretada por Dolores del Río, acudía a la inauguración de la exposición conmemorativa de los 50 años de Diego Rivera como pintor, acto celebrado en el majestuoso Palacio de Bellas Artes. Para tal secuencia se aprovechó el homenaje nacional que el gobierno mexicano rindió al célebre artista, hecho que también motivó a Gabriel Figueroa y a Manuel Alvarez Bravo (el primero en calidad de productor y el segundo como realizador y fotógrafo), para filmar un corto documental que, de haberse concluido como estaba proyectado, iba a contener excelsas imágenes de Rivera durante un viaje de trabajo a Tehuantepec y mientras pintaba cuadros modelados por Dolores del Río y Ruth Rivera Marín o supervisaba la construcción del Anahuacalli, obra arquitectónica concebida como un gran mausoleo. Quizá por problemas de producción, la cinta no pudo llegar a su término, pero los materiales, realizados en color, fueron preservados por Gabriel Figueroa a la espera de poder tener la ocasión de editarlos. Eduardo de la Vega Alfaro. Diego Rivera y el cine. En La palabra y el hombre, revista de la Universidad Veracruzana, 2008.
23. Ver Arturo Garmendia, Op. cit.
24. Roberto Fernández Pineda. El escritor y el cine: Juan de la Cabada. En la revista Esperanza. Ver http://revistaesperanza.com/escritor.htm
25. Colette Álvarez Urbajtel. Nació en París pero llegó a México en 1959, en un intercambio cultural franco-mexicano. Estudió fotografía con Manuel Álvarez Bravo y se casó con él en 1962, adoptando su apellido. Procrearon dos hijas, Aurelia Shajna y Genoveva Elisa. A la muerte de su esposo fundó la Asociación Manuel Álvarez Bravo que preside, dedicada a la catalogación, inventario y conservación del archivo de su esposo. Ha expuesto obra propia en México, Paris, Nueva York y Santa Mónica (California), y curado varias exposiciones de su marido. Ha escrito el prefacio y seleccionado el material de los libros Manuel Álvarez Bravo, Polaroids y Tianguis, que reúnen parte del legado de su esposo.
26. Antonio Rodríguez. El maestro de la fotopoesía. Revista Alquimia No. 19, Sistema Nacional de Fototecas. INAH, México, septiembre-diciembre de 2003. La fotografía Los tigres de Coyoacán (1929) fue adquirida por André Breton para su colección artística.
27. Nuevamente ver Garmendia, Op.cit.
28. Angélica Abelleyra. El siglo XXI viene echando bala. Entrevista con Manuel Álvarez Bravo. La Jornada Semanal México, febrero de 2001.
LEE AQUÍ LA PRIMERA PARTE:
Manuel Álvarez Bravo: el rostro de la modernidad (1)