Por Pedro Paunero
“Señor director de Excelsior: En la sección C del prestigiado periódico que usted dignamente dirige, correspondiente al domingo 16 de diciembre, aparece un reporte de París, Francia, sobre la exhibición en un cinema de la avenida de la Opera, de la repugnante película titulada “Los olvidados”, en la que arteramente se calumnia a la juventud mexicana. La crítica francesa relativa a dicha película coincide exactamente con las apreciaciones que hice en mi oportuna protesta contra la filmación y exhibición de dicho adefesio”.
El estreno de la película “Los olvidados” (1950) representó para México, país siempre susceptible a la mirada que, de “lo mexicano” (y sus clases sociales más desprotegidas) se hace en el extranjero, una sacudida. Luis Buñuel, su director, por entonces exiliado en el país, fue perseguido por la prensa. Jorge Negrete, actor principal en la película “Gran casino” (1948), primera cinta rodada por Buñuel en México, y fundador del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana, tilda a Buñuel de “gachupín” intervencionista, desconociendo que, para entonces, el cineasta ya había obtenido la ciudadanía mexicana. En una palabra, Buñuel es señalado de apátrida y provocador, un mote que, empero, conocía ya desde los tiempos de su corto surrealista “Un perro andaluz” (1929).
Ante la andanada de desprestigio, Octavio Paz, convencido del valor de la película, contrataca con un texto que reparte en el Festival de Cannes. El filme obtiene el Grand Prix en dicho festival. Posteriormente, Paz publicará un ensayo, “El poeta Luis Buñuel”, en el suplemento México en la Cultura, del periódico Novedades, en el cual señala: “La aparición de “La edad de oro” y “El perro andaluz” señalan la primera irrupción deliberada de la poesía en el arte cinematográfico. Las nupcias entre la imagen fílmica y la imagen poética, creadoras de una nueva realidad o superrealidad, tenían que parecer escandalosas y subversivas. Lo eran.” (sic).
Con el premio a cuestas y la fama obtenida, los medios mexicanos cambian radicalmente su postura, en el Esto, aparece “…Es una extraordinaria película y lo que es mejor de todo, ha sido hecha en México”; en El Nacional se lee: “Por su hondura, realismo y perfecta realización, acarreará los más sinceros elogios al Cine Mexicano”; en El redondel: “Con “Los olvidados” hay que decir muy alto que de golpe y porrazo se ha colocado México en tal especialidad a la altura del País del Arte”; en Jueves de Excelsior: “Eureka. Del Cine Mexicano ha salido una verdadera obra de arte, vigorosa, original, estupenda”, en Novedades: “Lo cierto es que rubricada esta obra por la Industria Italiana o por la Francesa nadie le pondría reparos y hasta muchos batirían palmas escandalosas, admirados de su fuerza emotiva, de su reciedumbre amarga…”.
En la España franquista, por el contrario, no hubo cambio. Stefanos G. Farkouh, un intermediario, le escribió un telegrama al productor de la película, Oscar Dancigers: “Lamento el tener que comunicarle que su película titulada Los olvidados, que fue visionada ayer día 16, por la Junta de Censura Española, ha sido prohibida su explotación en este territorio, y por consiguiente su importación definitiva”, por considerarla “dañina espiritualmente”.
Para la sexta entrega de los premios Ariel, llevada a cabo en el Palacio de Bellas Artes, la película obtiene diez premios, incluyendo Mejor película y Mejor director. Gabriel Figueroa, de forma irónica, lo ganó por Mejor fotografía, cuando sabemos que Buñuel lo obligó a darle un vuelco a su estilo preciosista, volcándolo de lleno en el feísmo, esa corriente artística que pone en lo “feo”, una búsqueda estética trascendental, y de la cual “Los olvidados” representa una de sus cimas. Alfonso Mejía obtuvo el de Mejor actuación infantil, por su papel de Pedro, y Roberto Cobo, el de Mejor actuación juvenil, por su papel del inolvidable de “el Jaibo”, en un rubro creado especialmente para premiar su actuación.
Con Arturo Ripstein que presta su voz a la de Buñuel, y testimonios de los cineastas Alejandro González Iñárritu (“Buñuel y Tarkovski trascienden el cine, son poetas del cine”) y Michel Franco, la actriz Ofelia Medina que señala que la película es un clásico porque es “verdad”, los historiadores de cine Rafael Aviña y Eduardo de la Vega Alfaro, los escritores Elena Poniatowska y Juan Villoro, Valeria Camporesi, directora de la Filmoteca española, Dave Kehr, del MoMA Department of Film, Armando Casas, presidente de la AMACC, el de Francisco Gaytán, que narra el descubrimiento del final optimista y alternativo de la película en la Filmoteca de la UNAM (filmado por Buñuel a petición de los productores, temerosos de que la crudeza del original ausentara a los espectadores), entre otros, el documental “Memoria de Los olvidados” (Javier Espada, 2025), resalta la importancia de este filme de ruptura.
De “Los olvidados”, surgiría una nueva visión de la realidad latinoamericana, con sus respectivas corrientes como el Cinema Novo, de Brasil o el Nuevo cinema cubano, y títulos puntuales, como “Amores perros” (2000), de Iñárritu y “Sin señas particulares” (2020), de Fernanda Valadez, hasta ser incluida en el catalogo “Memoria del Mundo”, por parte de la UNESCO.
“Memoria de los olvidados” se estrenó en la sección Venice Classics, en La Biennale di Venezia 2025, y tendrá un estreno el próximo 15 de Octubre en el Festival Internacional de Cine de Morelia.