Por Lía Rueda.

“Memorias de un caracol” (Memoir of a Snail, Australia, 2024) es una película de animación en stop-motion perfectamente construida y pensada para adultos, con una narrativa excelente que combina nostalgia y diversión. Es un largometraje dirigido y escrito por Adam Eliot, ganador de un Oscar anteriormente por su cortometraje “Harvie Krumpet” (2003).

Grace, la protagonista, ha sentido un amor especial por los caracoles desde que era muy pequeña, al igual que por la lectura. Tras quedar huérfana y ser separada de su hermano gemelo, Gilbert, debido a circunstancias ajenas a su voluntad, Grace está sumida en una profunda tristeza y depresión, no encuentra luz ni motivos para seguir adelante. Sin embargo, la vida le depara sorpresas que le devuelven la esperanza.

Entre esas sorpresas está Pinky, una mujer de la tercera edad moderna y llena de vida, quien le muestra a Grace que debe ser fuerte y valiente para enfrentar los desafíos de la existencia. Pinky la ayuda a confirmar su propia identidad, pues los secretos más oscuros y la monotonía de la vida pueden impedirle avanzar.

En este mundo de fantasía, el amor llega, pero, como en todas las relaciones, tiene fecha de caducidad. Grace aprende a dejar fluir y, como un caracol que deja su concha atrás, continúa su viaje. ¿Logrará Grace reencontrarse con lo que más ama? ¿Tendrá la vida recompensas para ella? La muerte y el sufrimiento humano provocan giros inesperados en su vida.

Esta película invita a la reflexión de principio a fin, generando emociones profundas en el espectador de una manera impactante. Sin duda alguna, es una joya cinematográfica que no pueden dejar de ver.