La narración se centra en Margarito Herrero (Emilio Fernández) y su hija Chabela (Irma Serrano), medieros en una hacienda porfiriano que se unen a los revolucionarios cuando le dan refugio al jefe zapatista Pablo (Luis aguilar) y sus hombres, que son perseguidos por los federales. Margarito, con su experiencia y fiereza, poco a poco asume el liderazgo de ese grupo de zapatistas, ante el reconocimiento de Pablo. Mientras tanto, el coronel federal Raúl (Rodolfo de Anda) que pertenece a la familia de los hacendados, es designado a una misión especial. Así se presenta solo ante Pablo y Margarito y finge que desea pasarse a su bando, en una evocación directa a la jugarreta del coronel Jesús Guajardo. Mediante ciertas acciones, incluyendo la ejecución de soldados federales que tuvo bajo su mando, se gana la confianza de ellos y de Chabela, quien se enamora de él. Llegado el momento Raúl lleva a Margarito a una hacienda donde le sugiere montar su cuartel, pero allí un destacamiento de federales asesina a traición al zapatista. Luego, los federales atacan el campamento donde se encuentran los demás revolucionarios, pero Pablo logra vencerlos, capturar a Raúl y ordenar que sea ejecutado.