Un destacamento federal al mando del coronel Rosas llega a un pueblo para
reprimir a los revolucionarios. Para escándalo de la población, Rosas trae a su
amante Julia, y también sus oficiales se hacen acompañar de mujeres: el teniente
Flores de Luisa, el mayor Corona de Antonia, que ama al soldado Álvarez, y el
capitán Cruz de las hermanas Rafaela y Rosa. La joven Isabel, hermana de Nicolás
y Juan, se siente atraída por Rosas mientras que éste es perturbado por la
aparición de Hurtado, que tiene con Julia una relación enigmática.
Rosas, que no ha logrado conmover con su pasión a Julia, deja en
apariencia que ella huya con Hurtado y reprime cruelmente a la población: hace
matar a Juan y encierra a los ricos en una fiesta, al cabo de la cual Isabel se
entrega al militar. Con eso, Isabel logra que Rosas perdone la vida a Nicolás,
que va a ser fusilado con otros. Sin embargo, Nicolás prefiere morir con los
demás. Desesperado, Rosas se va del pueblo; al intentar seguirlo, Isabel queda
convertida en una piedra.