En la capital, por 1910,el porfirista Patricio, feliz porque tiene
una prensa nueva para su imprenta, se preocupa a la vez por sus hijos
Ramón, Alejandro y Esteban, que conspiran en casa del primero, casado
con Adela y padre del niño Darío. Los hijos imprimen manifiestos
maderistas y su padre prevenido por el coronel Chávez, les pide en vano
que dejen la ciudad. Como Esteban es menor de edad, Patricio lo
encierra. En un cateo a la casa del impresor son descubiertos los
manifiestos. La imprenta es destruida y Patricio preso. Ramón y Adela
mueren en un tiroteo. También muere Antonia, esposa de Patricio, cuya
hija Antonia se encarga de Darío, enfermo de tifo. Como Toña no puede
pagar la renta, se resigna a ser amante del medio loco y borracho
Florencio, abogado y periodista que paga el hospital de Darío. Toña,
que vive en casa de Darío, no se atreve a visitar a su padre en la
cárcel, pese a que su amante le ha prometido matrimonio al triunfar la
revolución. Tampoco Patricio quiere ver a su hija. Darío, curado, huye
del hospital echando mueras a don Porfirio, que ya ha renunciado.
Florencio muere de delirum tremens. Patricio, ya libre, busca los suyos
con ayuda de un detective privado. Darío, de papelero, roba sin
saberlo, a su abuelo. Después de la batalla de Celaya, Esteban, coronel
obregonista, debe fusilar entre otros presos a Alejandro, teniente
villista, pero facilita la huida de su hermano. Es por ello degradado y
fusilado por la espalda. Al entrar en México el ejército
constitucionalista, Patricio, empleado de un tal García, muere de un
ataque cardíaco cuando va a recibir a sus hijos. Alejandro es llevado
por su superior el general Gómez al burdel de La Generala, donde
trabaja Toña con el nombre de Mignon. Gómez quiere a Toña para él sólo,
y un esbirro suyo mata a Alejandro cuando éste trata de sacar a su
hermana del burdel. Ante el cadáver de Alejandro, Gómez jura proteger a
Toña y buscar al ya joven Darío. Años después, ya viejos, Gómez y Toña
asisten con sus hijos y Darío a la inauguración del Monumento a la
Revolución.
NO: Jefe de Producción: José Alcalde Gámiz Ayudantes de Fotografía:
Horacio Calvillo, Carlos Carbajal y León Sánchez. Duración: 93 minutos.
Estrenada el 1 de marzo de 1950 en el cine Mariscala. Una semana.
FU: García Riera, Emilio, Historia documental del cine mexicano. Tomo 5
1949-1950, Guadalajara, Jalisco, Universidad de Guadalajara, Gobierno
de Jalisco, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto
Mexicano de Cinematografía, 1993, pp. 129-130