Por Jon Apaolaza
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Huelva. En la recta final del año donde obtuvo su mayor éxito comercial en México con la superproducción histórica “Cinco de mayo, la batalla”, Rafa Lara ya piensa en lo que vendrá, varios proyectos, alguno de corte más modesto, y otro —un film bélico sobre la Guerra Civil española, “como nunca se ha hecho”— equiparable a la ya citada reconstrucción épica, un terreno en el que sorprendentemente este previo de director de películas de pocos personajes y presupuestos reducidos dice sentirse como pez en el agua.

– Háblenos de esos proyectos…

Me encuentro trabajando en tres películas. Ahora en enero arranco una comedia romántica muy pequeña e intimista pero muy linda, lo que sería una “chick-flick”, una película enfocada al público femenino, llamada “El tamaño sí que importa”. A mí me gusta explorar diferentes géneros. Y voy a pasar de una producción tan compleja y costosa como “Cinco de mayo” para hacer una cinta que probablemente se filmará en cinco-seis semanas y más centrada en los personajes. Y además, hacer comedia es más relajado. El casting del elenco lo comienzo cuando regrese de un festival en Canadá, en diciembre. Este proyecto lo arranco a principio de año con el fin de estrenarlo a finales. Por otro lado, estoy escribiendo un proyecto bélico muy grande. Estoy levantando la coproducción para España, que se llama provisionalmente “Memoria de los días rojos”. Además, yo tengo la nacionalidad española, una madre mexicana, y quiero hacer algo basado en mis memorias familiares al venir de una familia de republicanos españoles. Es por ello que, tengo una serie de datos de primerísima mano que me van a permitir hacer una película muy espectacular. No quiero que cuando haga el filme, la gente diga “otra película de la Guerra Civil española”, sino hacer algo que se salga de lo que hasta el momento se ha hecho sobre este conflicto.

– ¿A qué se refiere?

Se ha contado la Guerra Civil española desde la perspectiva de la anécdota, más minimalista, más íntima, más local… y yo lo que quiero es contar este hecho histórico no como espectáculo pero si en el marco grande desde la perspectiva del conflicto bélico. Ahora, en Huelva ha avanzado para consolidar alianzas con coproductores españoles, aunque esta historia por su tamaño y por su historia, conllevará una producción de al menos cuatro países: México, España, Francia y EEUU o Inglaterra. Es muy seguro que este proyecto se haga en 2015, porque en 2014 estaré consolidándolo.

– ¿Y el tercero?

Por último, tengo una película más personal, más pequeña, e incluso arriesgada en términos de exploración, pero tenía ganas de realizar desde hace tiempo y estoy escribiendo y terminando de diseñar la película. Hay también un cuarto proyecto que viene caminando en inglés, estoy terminando de cuadrar el guión y temas de derecho, porque está basado en una historia real. Sería una película de acción, de intrigas, de espionaje… y es muy probablemente se haría en EEUU.

– Como realizador, ¿Qué valora de hacer una película grande y luego una pequeña, o viceversa? ¿Qué le brinda cada una?

Si algo yo valoro en el cine es la artesanía cinematográfica antes que la parte artística, que puede ser extraordinariamente subjetiva, pero por encima de todo soy amante del cine muy bien hecho. Creo que la forma es fondo. Una película desde su fotografía se está expresando artísticamente, no es solo un tema conceptual. Es por ello que, pasar de una cinta a otra lo primero que se crea es continuidad, es decir, el mecanismo cinematográfico interior se va aceitando. ¿Cuántas veces hemos visto grandes largometrajes de directores que después pasan años de su primera película y la segunda ya ha perdido algo de frescura e incluso algo de oficio? Entonces, el rodar un film tras otro, en este caso, ya voy por mi quinta película -en los últimos cinco años he estrenado cuatro películas y al año que viene arrancaré dos, quiero mantener esa tendencia de hacer una película tras otra porque me aporta por encima de todo mucho oficio. La verdad, que amo tanto el cine, que me parece una bendición de tenerlo como estilo de vida, además de que es mi profesión. Yo vivo de, por y para el cine. Me gusta mucho la idea de pensar que soy un cineasta que hace cine para aprender este arte. No voy por la vida con lógica de poeta maldito del cine. Hago cintas porque me gusta, porque me las pagan y porque puedo seguir haciéndolas.

– ¿Cuál sería el balance de “Cinco de mayo, la batalla”? ¿Está satisfecho del resultado?

Por un lado, “Cinco de mayo” ha tenido la fortuna de que ya sido estrenada comercialmente en México y en EEUU con un gran éxito. Y por otro lado, hay que tener en cuenta que fue estrenada en verano, prácticamente el mismo día que “Iron Man”, en medio de unas aborígenes de grandes producciones americanas y a pesar de esto, la película se mantuvo dos meses y medio en cartelera. Y desde febrero hasta finales de noviembre, el largometraje no ha dejado de ir de festival en festival y todos los que hicimos la película estamos muy contentos, porque concentra mucho la base de mi propuesta, la cual tiene que ver con hacer un cine, en donde la calidad intrínsecamente cinematográfica no está peleada, en absoluto, con realizar una película para el gran público. En ese sentido, el film ha ido como gala de apertura, gala de clausura, gala especial principalmente por el tamaño de producción. Y últimamente llegamos a España, al Festival Iberoamericano de Huelva en la sección oficial compitiendo por el Colón de Oro.

–  ¿Piensa que al final se amortizará?

El tema de la recuperación económica en el cine iberoamericano es extraordinariamente complicado. Lo sabemos, por adelantado, los que hacemos cine. No quiero decir que hacemos Séptimo Arte por amor al arte, ni mucho menos por amor a las pérdidas económicas. Pero, sin duda es una realidad que un film tan caro como “Cinco de mayo”, siendo la producción más grande que se ha hecho en la historia de México, y probablemente de Latinoamérica, muy difícilmente va a recuperar su costo. Afortunadamente la película tiene una disyuntiva que le ayuda mucho. No fue hecha de entrada buscando fines comerciales, sino que fue financiada por el Gobierno de Puebla y el de México con el fin de dejar un documento audiovisual que reflejara una parte importante de la historia del país. En ese sentido, la película tiene buenos números pero en la recuperación es muy difícil porque los porcentajes que existen para el productor son ínfimos. Para que termine de recuperar no tiene que ser un hit de taquilla como nosotros, que hemos tenido una taquilla estándar, más bien ser un fenómeno de taquilla, que haga algo fuera de lugar, que nosotros no hemos sido ni creo que seremos porque no es ese perfil de película.

– Al menos la está paseando por el mundo…

Sí, la película ha tenido una salida importante a través de nuestros agentes de venta internacionales, que son canadienses. De hecho, desde España me voy al Festival Internacional de Whistler, donde también estamos en la sección oficial. Este certamen, probablemente sea el segundo más importante de Canadá, después de Toronto. Vamos a ir no sólo a competir, sino también, a arrancar la exhibición en este país. Vengo de presentar la película de una gira de Japón, donde fue todo un éxito, pasando por China, el largometraje se vendió al país asiático, Tailandia, Inglaterra, Latinoamérica… Ha tenido una salida comercial muy importante.

FOTO DEL INICIO: Rafael Lara (Foto: Festival de Huelva)


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