Por Miguel Ravelo
Desde Morelia
El primer día del Festival Internacional de cine de Morelia tuvo entre sus funciones de apertura la nueva obra del cineasta canadiense David Cronenberg: “Mapa a las estrellas” (Maps to the stars, 2014), la cual obtuvo el premio a la Mejor Actriz del Festival de Cannes 2014 para Julianne Moore.
A sus 71 años de edad, Cronenberg se aleja de las historias por las que recientemente había optado en películas como “Cosmopolis” (Cosmópolis, 2012) o “Un método peligroso” (A dangerous method, 2013), para presentarnos con un punto de vista mordaz y tremendamente critico la vida de un pequeño grupo de estrellas de Hollywood, sus familias y sobre todo, las culpas y secretos que tienen escondidos y que tarde o temprano tendrán que emerger. Porque en el Hollywood que nos presenta Cronenberg, cada acto tendrá sus consecuencias. Cada omisión, cada secreto guardado con la mayor prudencia irá reaccionando hasta explotar dentro de las vidas de sus personajes. Hasta tomar la forma de una aparición y hacerse presente exigiendo reconocimiento.
Y qué grupo nos presenta Cronenberg en esta ocasión. Del muy amplio catálogo de personajes brutales, repulsivos y paradójicamente atractivos que viven dentro de su cine, pareciera que en “Mapa a las estrellas” se regodea en tomar los peores aspectos de sus personalidades, aquellos que incluso los harán hasta inhumanos, y nos demuestra que no solamente pueden coexistir en un mismo lugar, sino hasta ser parte de la misma familia. Aquí no hay personaje que no esté lleno de odio, rencores, resentimientos y culpas y que no hará todo lo posible por mantener su vida lejos del ojo público que pueda amenazar con un escándalo. Cada uno de ellos, desde perspectivas particulares, serán una muestra de todo en lo que puede convertirse una mente alimentada solamente de egoísmo.
Julianne Moore interpreta de forma magistral a Havana Segrand, actriz de edad madura que busca a toda costa revivir su carrera interpretando en una película el personaje de su madre fallecida en un incendio y que al parecer abusaba de ella cuando Havana era una niña. Y a partir de este personaje, iremos conociendo otros que nos mostrarán incansablemente lo cercano al vacío al que pueden llegar seres humanos con una vida aparentemente completa y lograda: un escritor motivacional y “life coach” interpretado por John Cusack; su esposa, una mujer que poco figura en el núcleo familiar y funciona más como asistente del hijo estrella de ambos (Olivia Williams y Evan Bird); una joven desfigurada en un incendio y que trabajará como asistente de Havana Segrand (Mia Wasikowska), y un chofer de limosina que también es guionista y actor, buscando una oportunidad para triunfar en el mundo del cine (Robert Pattinson).
Es difícil encontrar en los personajes de este Hollywood tan decadente como actual, un atisbo de esperanza. De algo que nos muestre que no son seres humanos carentes de cualquier tipo de valor. Tal vez sea eso lo que hace que, como espectadores, los encontremos tan atractivos. Porque si algo ha sabido siempre hacer David Cronenberg es presentarnos con un ojo muy pertinente el lado oscuro de sus personajes, mostrarnos lo peor de ellos y con esto, demostrar lo compulsivo y fascinante que puede resultar asomarnos al torbellino que irremediablemente terminará devorándolos.